Finalmente queremos insistir, en como el Gobierno Bolivariano ha generado falsas expectativas de un evento inminentemente capitalista, y como ha mal interpretado una integración regional de empresarios capitalistas en una “unión de los pueblos que alzan sus voces”.
Es como que usted fuese a la casa de Lorenzo Mendoza y esperara que en plena cena los comensales hablen de cómo construir el socialismo. Si a usted no le gustan las conversaciones que seguramente Lorenzo tendrá con sus familiares - donde hablará pestes de Chávez - pues lo mejor sería no ir y si va a ir pues vaya dispuesto a ser despedido a mitad de la fiesta. No decir “a Lorenzo me lo meto en un bolsillo y lo convenzo”. No es sensata esa expectativa.
Estas falsas expectativas tienen su raíz, en la fe en instituciones y eventos que desde su creación tienen intereses claramente definidos: incentivar las burguesías nacionales y trasnacionales.
Una cosa es utilizar todas las tribunas que la diplomacia ofrece para denunciar, alertar, proponer, recomponer el liderazgo chavista y otra, es creer que los capitalistas del mundo se chupan los dedos mientras nosotros recogemos firmas*