PSUV Anzoátegui: ¿Entre Estos Bonches y la Revolución Habrá contradicción?

En un momento en que comenzó a sentirse el deterioro del Movimiento Al Socialismo (MAS), los venezolanos y las venezolanas comenzamos a oír de los líderes de esta organización, esa conseja que nos decía: “Entre bonche y revolución no hay contradicción”. Sabemos ya, que el MAS con ese hermoso himno de “Si podemos”, terminó siendo un punto oscuro y bochornoso de la involución política que vivió parte importante de la izquierda en Venezuela y el mundo.

Pero después de haber pasado este viernes por la Plaza Bolívar de Barcelona y observar cómo se preparaba el ambiente para otro monumental bonche municipal, tengo la necesidad de preguntarme: ¿Esta conseja masista tiene o tuvo sentido? La pregunta viene, no porque nos neguemos el derecho de echar de vez en cuando una canita al aire, que a veces el alma lo reclama con ansiedad para soltarnos las preocupaciones y angustias, sino porque estas maneras de organizar estos bonches, se deslizan preguntas e inquietudes que ponen al proyecto bolivariano en un camino que es parte de una cultura que es necesario intentar cambiar porque refuerza  la cultura heredada.

Este fin de semana, la Alcaldía de Bolívar –Barcelona- y la Alcaldía de Sotillo –Puerto la Cruz- se dispararon con sendos bonches animados por Nicho y Nacho uno y el otro, en la jurisdicción del Municipio Sotillo por Oscar de León y las Chicas del Can. Ambos eventos forman parte de una práctica que organizan y pagan ambas alcaldías.

¿Estos bonches en Sotillo y Bolívar son  un buen o mal ejemplo?

Una manera de abordar este asunto puede ser partiendo de una comparación y es posible que se tome los programas que vienen desarrollándose en diferentes espacio de la ciudad capital, pero especialmente en el Paseo “Los Próceres”. Estos espacios han venido utilizándose para presentar grupos venezolanos y los que he podido ver por televisión, se observa que las personas que acuden a estos actos y la invitación que se hacen desde las instituciones que promueven los eventos, priva el criterio de ofrecerle a la ciudadanía un momento para pasar un buen rato, encontrándose con la música venezolana  y con destacados artistas. Se entusiasman y bailan, pero se entiende que la idea que priva en la planificación de los eventos, es la de hacer un buen uso de un espacio para la sana recreación. Digamos entonces que se difunde la música venezolana, se conocen el trabajo que desarrolla artista y se cubre así un noble propósito. Es una manera de profundizar nuestra soberanía, porque en la medida en que se resalten nuestros valores y nuestros artistas, se refuerza con ello nuestra identidad.

En estos actos que vienen realizándose en Barcelona y Puerto la cruz, la dinámica es otra. Los detalles no colocan frente a una contradicción que no puede explicarse. Los costos de traída de estos artistas, si lo evaluamos con los problemas y la ineficiencia que abunda en ambas alcaldías, se termina por entender que estas “ingeniosa idea” cubre la opción de “pan y circo” o mejor dicho es parte del drama: “caña y circo”. Mientras la basura abunda en calles y sitios de ambas alcaldías, se nota la eficiencia con la cuales se montan y se pagan en estos actos y para otros proyectos, más cónsonos con las competencias de estas instituciones, las cosas andan muy, pero muy lentamente.

Se observa a demás que entre estas dos alcaldías hay una clara competencia para que en cada oportunidad; el “caña y circo” venga animado por los más destacados artistas de fama internacional y nacional. Ahora mismo, se oye que el Municipio Guanta está pujando para no quedarse a tras y suena  la contratación de Ruben Blades para otro bonche espectacular. Esto ha venido sucediendo antes de carnaval, en carnaval, semana santa, fiesta de la Virgen del Valle y en diciembre.

“Caña y circo” es el lema que parece dominar. No es que este tipo de evento no lo merezcamos; oír salsa y mover los pies es saludable, pero bajo otra idea. Todo esto tiene como fin producir el consumo de alcohol y termina con una inmensa borrachera. Se afinca así la cultura de la caña, cuando de verdad, si estuviéramos articulando con el objetivo de afrontar la violencia, deberíamos estar promoviendo mejores actos de recreación con el objeto de comunicar que se puede disfrutar y bailar con el trabajo de artistas venezolanos y sin que la Polar salga ganando.

Como ya es costumbre; el PSUV Anzoátegui continúa pasando agacho y nada dice para saber que hay una opinión distinta. Bueno sería un proceso de articulación entre las alcaldías y la Dirección de Cultura de la Gobernación para llevar a las comunidades música, cine y teatro que les permita a las personas salirse de la cultura de la “caña y circo”.

dominguezclaudio15@gmail.com



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Claudio Domínguez


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