Barricada al pasado: Mérida merece un mejor destino

“Una ciudad, Mérida, hija del primer Juan, pero raptada por el segundo,

tuvo que acudir a todas sus capacidades para lograr sobrevivir y permanecer fiel a su padre.

Lo logró y hoy se empina sobre la Sierra ostentando con orgullo

la estrella con que la Patria la condecoró en buena hora”.

José Eustorgio Rivas Torres

Cuando uno se dispone a leer un nuevo periódico político, en especial en tiempos de revolución, por pequeño que sea, al menos aspira que sus páginas estén impregnadas con la tinta de la esperanza en un amanecer diferente o como lo anunció el general Cipriano Castro con Nuevos hombres, Nuevos ideales, Nuevos procedimientos, aunque a la postre Castro gobernó y por eso fracasó con los “mismos hombres, ideales y procedimientos”. Y eso es lo menos que queremos los merideños; volver al pasado pues esa es la sensación que a uno le deja la lectura del semanario Barricada o parapeto (que para el caso, es equivalente oportuno), “para la opinión y el debate necesario” que dirige y financia el capitán Florencio Porras, en su codiciada pretensión a reelegirse como gobernador del Estado. Los abuelos dicen con gran sapiencia que “nunca segundas oportunidades fueron buenas” y terceras mucho menos, creo.

Sólo el hecho de ver a los desaparecidos de los últimos tres años resucitar “cual fantasmas” en las páginas de Barricada como protagonistas: Eddy Gómez, Ada Ramírez, Flor Porras y Jairo Devia, nos espanta y nos obliga a levantar una verdadera Barricada que impida retroceder a ese pasado reciente que Mérida no se merece. Con el presente incierto que tenemos es suficiente para preocuparnos. Ahora uno se pregunta: estarán también detrás de Porras los mismos legisladores del periodo 1998 - 2008. Acaso creen que Mérida es una ciudad de “desmemoriados o de amnésicos por ingravidez ética”.

Aunque no todo lo de Florencio Porras I y II fue malo, hay obras importantes que destacar y funcionarios como Humberto Martínez y Judith Briceño que merecieron mejor suerte y no ser víctimas de la ignorancia y la retaliación política. Su eficiencia, compromiso, honestidad y capacidad de trabajo sobresalen por encima de muchos de los directores del gobernador actual. Para nadie es secreto que las Direcciones de Desarrollo Social y la Imprenta del Estado (IMECA) son un total fiasco. Mérida se cansó de los militares, es una ciudad civilista por excelencia, pero tampoco quiere ex rectores, ex alcaldes o ex gobernadores. Ya cada cual tuvo su tiempo y demostró de lo que era o no capaz. Mérida quiere merideños raigales que quieran y vivan por su tierra, que mañana no sientan pena de caminar entre su gente, que en vez de vivir de los diezmos, se ocupen de diezmar la pobreza, la falta de vivienda, la seguridad ciudadana, la carencia de servicios; que apuesten por una educación de calidad, una cultura de excelencia y una ciencia y tecnología de Mérida para los merideños.

Por ello, se solicita un alcalde y un gobernador que en el 2013 reediten la Campaña Admirable en la consolidación de la ciudad universitaria y turística que es Mérida, la de los Caballeros que fundó Juan Rodríguez Suárez, visitó Bolívar en 1813, 1820 y 1821 o gobernaron con acierto Don Vicente Tálamo y el Dr. Jesús Rondón Nucete, con propuestas de Estado y con obras transcendentes. Mérida no aguanta otro desgobierno más de Alcalde y Gobernador que sólo piensan en la reelección mientras la ciudad con sus calles y avenidas llenas de basura parece estar dentro de un container, gracias a un Alcalde que se convirtió en la negación de nuestra gloriosa historia; huidizo, bobalicón e inepto por donde se le mire, pues sólo le preocupa la campaña descuidando su elemental compromiso con la ciudad que lo hizo rector y Alcalde, en mala hora para los merideños. Del actual gobernador no es mucho lo que pueda decirse en su defensa. A veces pareciera que es un siamés del Alcalde de Libertador o de Florencio, que pasó por el Palacio de Mérida con más pena que gloria, aunque su gloria se parezca al goce sibarítico del poder perdido, exhibido hoy en posadas, haciendas y vehículos, entre otros lujos de sus flamantes ex directores.

¡Ni Lester, ni Marcos, ni Florencio, ni sus combos volverán! o quizás lo hagan como las oscuras golondrinas y no precisamente las del poema de Gustavo Adolfo Bécquer. Merideños a las puertas del bicentenario del momento más glorioso de la historia. El mejor homenaje a Bolívar, a la defensa de nuestra estrella y regalo a nuestros hijos, es que hagamos sonar otro “trabucazo a tiempo” al mejor estilo de Anastasia, la criada de las Clarisas, para que tan malos gobernantes huyan despavoridos. La Mérida bolivarianista clama por una mayor suerte, aunque para este servidor posiblemente está sea su carta de despedida.

nesabad@hotmail.com



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Néstor Abad Sánchez


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