Guayana se siente honrada y feliz con la visita del Presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela, Comandante Hugo Chávez.
Los habitantes de esta región ratificamos nuestro compromiso de apoyo total a la candidatura del Comandante Hugo Chávez.
Los logros en beneficio del pueblo que saltan a la vista, su eficiencia en el ejercicio del gobierno, su política internacional bolivariana y solidaria, el pago de la deuda social a través de las Misiones Populares: Educación, salud, vivienda, alimentación, pensiones, etc. Permitió visualizar a un pueblo que se mantenía oculto, oprimido y excluido y el planteamiento contundente de conducir a Venezuela a una sociedad socialista. Justifican plenamente su reelección para un nuevo mandato, todo en el marco de los enfrentamientos continuos contra la oligarquía pitiyanqui y el imperialismo.
En Guayana estamos en presencia de dos tendencias políticas en feroz pugna; una por mantener y otra por conquistar el control de las instituciones públicas, de las empresas del hierro, del acero, del aluminio y de la electricidad. Fundamentalmente, hasta ahora el balance indica que hemos avanzado muy poco en el proceso de cambio del modelo productivo. El resultado más evidente es la presencia de una anarquía generalizada que obstaculiza el desarrollo del proceso revolucionario. Manejando el concepto de la transición, colocando éste en el largo plazo para conquistar cambios estructurales, la tendencia hegemónica, antidemocrática, burocrática y reformista justifica el contubernio con los partidos y viejas figuras de la IV Republica, en la CVG, la gobernación del estado Bolívar y los poderes legislativos locales, sociales y administrativos.
La situación permite a la tendencia hegemónica el control casi total de los medios de comunicación, la escogencia a dedo de candidatos a los poderes públicos y a los sindicatos de personajes que popularmente son conocidos como bates quebrados y que acuden a la dirección de estas instituciones con afán de enriquecimiento personal, no importando los procedimientos utilizados, ni el costo político cargado al proceso.
Se inclinan orientados por la vieja política, el saqueo a la región, el traslado de la propiedad publica a la propiedad privada, la dolce vita y como complemento obligan al estado nacional a financiar empresas quebradas o no rentables y al pago de personal que no desarrolla actividades productivas, creando privilegios injustificados que producen molestia y descontento. No siendo los trabajadores responsables de este absurdo proceder. Minerven, Sidor, Alcasa, Ferrominera, Bauxilum, Venalum, Aceros del Alba, Refractarios del Orinoco, etc. Son fieles ejemplos de esta situación que describimos con mucho dolor y preocupación.
No puede ni debe ser reelecto, en el caso de Guayana, un funcionario que no haya estado a la altura de las exigencias de la región y que no profese la ideología socialista: menos si ha despedido, agredido, dividido a trabajadores. La pérdida de las elecciones en Carbonorca, Alcasa, Ferrominera, y la derrota electoral en las elecciones municipales de la misma capital del estado.
Atender a Guayana y resolver sus graves problemas y su laberíntica situación actual es una obligación y un deber.