Bajo éste título publicaron el Geog. Francisco González y el Ec. Marco Vinicio Salas, ¿en 1978?, breves, pero desgarradores ensayos en donde describían la calamitosa situación vivida en nuestro Estado en aquellos años, los de la bonanza petrolera y el endeudamiento externo.
Dice Francisco González, a quien le correspondió escribir el Trujillo al revés, que: “Para tener clara conciencia de los esfuerzos que es necesario hacer para el desarrollo trujillano, debe primero conocerse bien tanto los recursos con que el Estado Trujillo cuenta como la gravísima situación socio-económica que está atravesando y que es altamente contrastante con los recursos disponibles”.
A partir de estas palabras introductorias, el autor analiza de manera sucinta, los diversos aspectos que a su modo de ver determinaban la “gravísima situación socio-económica” de nuestro Estado. Entre ellos destaca: la existencia de una economía ineficiente, el trato discriminatorio hacia nuestro Estado, la existencia de una situación social precaria, la migración. Variables, determinadas –a su vez- por el modelo de desarrollo que le “fue impuesto a Venezuela”, el carácter monoproductor de nuestra economía, ese “Minotauro” llamado petróleo, la actitud del gobierno respecto a Trujillo, la actitud pasiva de los trujillanos y la pérdida de oportunidades.
Concluye, nuestro buen amigo el “Morocho” González, su breve –pero repito- desgarrador ensayo, proponiendo “la necesidad de una acción concreta, enérgica, agresiva, y coherente para lograr superar la crisis”.
Por su parte el Ec. Marco Vinicio Salas en su ensayo: Trujillo al derecho, analiza las potencialidades de nuestro Estado. A este respecto dice que: “Hablar de Trujillo al derecho es referirse a sus potencialidades que están representadas básicamente en sus recursos físicos, humanos y en especial, en sus recursos espirituales. De nada vale tener recursos si no existe la voluntad de aprovecharlos y la inteligencia para utilizarlos racionalmente”. Afirmaba, asimismo, que: “En líneas generales se puede asentar que el Estado Trujillo posee recursos suficientes para generar un crecimiento equiparable al de áreas mucho más desarrolladas del país”.
Como se recordará, los años setenta de la centuria pasada, fueron años de una gran producción de diagnósticos, programas de inversión y planes para el desarrollo trujillano elaborados, la mayor parte de ellos, por entes gubernamentales; pero hubo, asimismo, algunas formulaciones “programáticas” propuestas por sectores de la sociedad civil, que todavía no había sido secuestrada por AD y COPEI.
El Documento de la Corporación de los Andes (1971): La Subregión Motatán- Cenizo. Bases para un Programa de Preinversión y Desarrollo, sigue siendo una fuente documental insustituible para el estudio y comprensión del medio físico trujillano. A partir de él, CORPOANDES, la Gobernación del Estado, la Universidad de Los Andes (ULA), entre otras instituciones, elaboraron nuevas propuestas de desarrollo.
Propuestas que estuvieron determinadas por la enorme preocupación de que Trujillo superará los déficits sociales de aquellos años. Que, como se reconocía en el Documento elaborado por la Gobernación del Estado, en el año 1975, Desarrollo Trujillano. Acción Concreta:
“En el Estado Trujillo, de cada mil niños que nacen se mueren 73 antes de cumplir el primer año.
Para el área de Valera, con unos 95 mil habitantes, solo existen un poco más de 8.000 empleos, incluido el subempleo.
Apenas el 1,5% de la construcción publica en 1972 se realizó en el Estado Trujillo, siendo una de las áreas menos atendida en toda Venezuela.
El proceso erosivo en el Estado Trujillo es tan grave, que más del 80% de la superficie se encuentra erosionada en diferentes grados.
Como consecuencia de la situación de atraso más de 20 personas en promedio salen diariamente para engrosar las áreas marginales del centro.
Más de cuatrocientas mil hectáreas de buenos suelos representan un potencial agrícola que debe incorporarse al desarrollo del país.
La zona baja del Estado Trujillo puede convertirse en un polo industrial compensatorio del excesivo crecimiento del centro del país”.
Déficits sociales que es ahora cuando están siendo superados. Por lo que, si queremos un buen vivir para el trujillano, no debemos regresar al pasado, a ese pasado de progreso fatuo que propone el candidato del mal vivir, y del vivir mal, Henrique Capriles. La historia sobre ese pasado está escrita y es amarga como la hiel.
Profesor ULA
npinedaprada@gmail.com