Veo a mi hijo pegando carreras y buscando la forma de violar las medidas de seguridad y poder estrechar la mano de nuestro gobernador, con fotografía incluida, cosa que logró y que Vielma facilitó sin mayores traumas. Luego conversando con una compatriota de la tercera edad de mi comunidad, me lanza como un sopetón que me agarró desprevenido: “ese hombre es un faramallero”; en las primeras de cambio me desubicó, primero porque tenía tiempo que no escuchaba la expresión, segundo por la carga despectiva que la expresión en su naturaleza conlleva y finalmente, por darme cuenta que en su expresión no había odio, reclamo, resentimiento, ni ninguna carga negativa que acompañara la calificación, sino por el contrario, era como una identificación cómplice y picaresca que ella me lanzaba para vincularse con aquel hombre que había entrado al Olimpo (hablo de los dioses, por aquellos amigos que viven en La Concordia de San Cristóbal), era una aprobación humilde y terrenal a un estilo de gobierno, a un hombre que aún lucha por posicionarse y ganarse el afecto y comprensión de todos los tachirenses.
He podido ver en las últimas semanas a un Vielma Mora que trata de cubrir todos los frentes, tomando las decisiones osadas que le ha correspondido tomar hasta el momento y a estas alturas iniciales del partido; ha tendido un puente para llegar a un sector que la revolución bolivariana no ha logrado por ningún medio (que conste que en lo social y económico se ha gobernado para ese sector que tanto nos ha rechazado), pero que de igual manera no hemos podido tocar su corazón. Asumió el gobierno ante un desfalco en proceso en el mes de diciembre, se lanzó a los arrabales del oposicionismo municipal de SC y tomó la feria y la Vuelta al Táchira como suya reforzando estos eventos, no ha habido bochinche ferial en el que no haya hecho esfuerzo por estar; así como atendiendo las calamidades que lamentablemente han ocurrido en tan breve tiempo.
La realidad es que la navidad y las ferias facilitan este estilo de gobierno, y es una señal para que los hombres y mujeres de buena voluntad la tomen y avancemos juntos en la construcción de un Táchira potencia; pero lo cierto es que las festividades culminan y los fascistas siguen al acecho, esperando su oportunidad, no se dan por vencidos. Desde las altas esferas hablan de atentados contra Diosdado y Maduro, por lo que no es de extrañar, que por estas tierras pasen caminando sus ejecutores y nosotros nos hayamos distraído en otras faenas; es hora del alerta oportuno y de planes concretos para derrotar a la extrema derecha.
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