Santa Elena se ha convertido en una ciudad sin ley; en pasto fácil para todos aquellos que transitan por los caminos del delito. Allá retirado en ese rincón de nuestra geografía patria han encontrado campo fértil las mafias del oro, las mafias de la gasolina, las mafias del aluminio y las mafias del acaparamiento y venta de productos de primera necesidad y en esto los chinos, quienes están en su justo derecho de montar sus negocios; siempre y cuando guarden respeto por nuestra normativa legal; de la noche a la mañana; han tomado la ciudad por asalto; disponen en la población de diez supermercados de regulares dimensiones; de donde hacen lo que les da la gana sin que organismo alguno les ladre en la cueva; desde subirle el precio a los artículos, acaparando o privilegiando la venta hacia el mercado brasilero que viene con reales contantes y sonantes.
El real, que es la moneda que circula en el hermano país del Brasil esta cotizado en 12,oo Bs.. Los chinos como dijimos además de vendar a precios especulativos no dan la consiguiente factura. A esto se agrega los convenios bilaterales con el Brasil donde sus connacionales pueden comprar por persona 5 kilos de arroz, 5 harina pan, 5 kilos de café, 5 kilos de azúcar; mientras que a los venezolanos solo les permiten comprar dos kilos de estos productos como máximo. La ganancia de los asiáticos está en que ellos cobran en riales a los brasileros: Una harina pan la venden en 5 riales; un kilo de arroz en 10 riales, un kilo de azúcar en 5 riales y paremos de contar. Lo más lamentable de este cuadro especulativo es que el pueblo de Santa Elena no tiene a dónde acudir, para hacer valer sus derechos; el funcionario que funge como jefe de INDEPABIS es un asalariado de la alcaldía, sin ningún poder de decisión o normativa en las manos con la cual hacer valer los derechos de estos desamparados habitantes.
El SENIAT que debería tomar cartas en el asunto…está pintado en la pared.
Luisroa519@gmail.com
