Para el gobernador bolivariano capitán José Gregorio Vielma Mora la tarea de su gobierno en el Táchira ha resultado algo más que un gobierno de calle. Se ha encontrado con una realidad que reclama una guerra frontal contra vicios y mafias arraigadas en la frontera desde hace muchos años y además, alimentadas por el contrabando de extracción de gasolina y otras especies.
Desde que asumió su gestión el líder bolivariano, quien si bien tenía experiencia administrativa y el aval de una exitosa gestión en el Seniat, quizá no se imaginaba, a ciencia cierta, el tejido de intereses ocultos que se mueven en la región fronteriza y que alimenta a capitales transnacionales o a grupos, no precisamente acostumbrados a transitar los campos de la legalidad y del respeto por las instituciones del Estado venezolano.
Para definir esta realidad podemos traer como ejemplo, citas de un artículo de Ángel Casanova, publicado en este medio donde se señala: “En Colombia un litro de gasolina cuesta 1,30 dólares y en Venezuela cuesta 0,014 dólares, esto representa un incremento 9285,7%. Esto quiere decir, que los contrabandistas por cada dólar gastado en gasolina de Venezuela, obtienen en Colombia 92,86 dólares, algo fabuloso, comparable con las drogas y con menor riesgo”.
Igualmente agrega Casanova - Una consecuencia social de este fenómeno es la organización de verdaderas mafias que controlan el contrabando, corrompiendo a gente como los “bachaqueros”, quienes utilizan carros que registran como transporte público “por puesto”, dotados de tanques extra para transportar hasta 300 litros de gasolina. Se estima que en la zona fronteriza existen unos 2000 carros de este tipo. El otro tipo de transporte es el camión 350 y 750 dotados de pipas de 160 litros, con capacidad para transportar entre 8000 y 10000 litros de gasolina y por otra parte, logran evadir los controles fronterizos con probables complicidades de funcionarios civiles y militares quienes pueden dejarse sobornar”.
Con la llegada de Vielma Mora la situación parece haberse reducido. No obstante, otros pudieran afirmar que se sigue jugando el “juego del escondite”. Es decir, cuando se hacen operativos se detienen a los vehículos utilizados para el contrabando y a las personas involucradas en el negocio ilícito; pero por arte de magia, pasado el operativo, todo vuelve a la normalidad y muchos incluso se atreven a decir “aquí no ha pasado nada”.
Es por ello que la Gobernación del Táchira trata de aplicar el Plan “Contrabando Cero” y se hacen esfuerzos para frenar este flagelo. En torno al tema el director de Política del Ejecutivo regional, José Gregorio Zambrano”, señaló recientemente para Diario de La Nación de San Cristóbal lo siguiente: “el cierre parcial de la frontera podría reforzar la efectividad del Plan ‘Contrabando Cero”.
Igualmente – dijo el funcionario – se analizan entre otras medidas, la restricción del paso en la frontera de lunes a sábado; desde las nueve de la noche hasta las seis de la mañana y los domingos, desde las seis de la mañana hasta las seis de la mañana del lunes - expresó Zambrano.
El colaborador de Vielma Mora agregó: “En el horario permitido se garantiza el paso para el intercambio comercial necesario entre ambos países; así como para los estudiantes y trabajadores en general. Es cuestión de seguridad y de soberanía nacional”. Es algo necesario – añadió – citando como ejemplo, las 820 toneladas de alimentos recuperados por el Estado venezolano, lo cual deja en evidencia que este flagelo debe ser controlado.
La situación de José Gregorio Vielma Mora es muy similar a la que vive en el Zulia, el gobernador Francisco Arias Cárdenas; es decir, una verdadera guerra económica y de seguridad la cual les ha generado hasta amenazas de muerte por parte de las mafias de la gasolina y del contrabando de extracción de alimentos,que se mueven en la frontera.