Luego de estar varios años en manos de la Revolución Bolivariana, desde incluso mucho antes de la llegada de nuestro “Comandante Supremo” al poder, la Alcaldía del Municipio Jáuregui del estado Táchira, cuya capital es La Grita, “Ciudad del Santo Cristo”, en las pasadas elecciones su gobierno local pasó a manos de la derecha, liderada por un empresario apoyado por la MUD.
Los resultados, según la página del CNE (oficiales), revelan que el candidato de la derecha Alirio Guerrero obtuvo una votación de 8.990 votos, mientras que el candidato de la Revolución Macario Sandoval obtuvo 8.479; es decir, perdió por una diferencia de 511 votos (mientras que el CNE señala que hubo 512 votos nulos).
Por su parte, atendiendo a los resultados del voto lista para concejalas y concejales del Concejo Municipal de Jáuregui, la Revolución perdió por una diferencia estrecha de 44 votos y colocó el primer concejal del voto lista (hermano de la actual Alcaldesa).
A pesar de que está muy cercana la contienda y los resultados del CNE ya parecen irreversibles, podrían de antemano permitir un análisis muy somero de lo acontecido en la “Atenas del Táchira”, tierra en la cual nacimos y con la cual mantenemos vínculos indisolubles y de profundo arraigo familiar.
Para los griteños su decisión no parece haber sido muy difícil y quizá los resultados fueran otros, si el esfuerzo y el trabajo realizado en la campaña - que se le puso cuesta arriba al líder revolucionario Macario Sandoval - podría haber sido el titánico ganador; no sólo por su trayectoria política de luchador social de muchos años en La Grita, sino por el trabajo desarrollado en esta corta campaña, después de que la Alcaldesa, de las filas revolucionarias, mostrará una pobre gestión la cual nunca fue del agrado de los paisanos; no sólo por las diferencias políticas, sino porque no dio pie con bola en pro de los cambios que aspiraban los habitantes de Jáuregui y ni siquiera, cumplió su propio programa de gobierno.
Muy frescas están las imágenes de las reiteradas visitas que hizo el Comandante Supremo Hugo Chávez Frías; no sólo por su enfermedad visitó al Santo Cristo de La Grita, sino por su empeño de proyectar a la ciudad turística del Táchira, a la cual no se cansó de llamar un “paraíso en las montañas andinas”, cosa que ciertamente lo es.
Ya la decisión fue tomada por los hijos de La Grita, donde por cierto los campesinos y los sectores humildes del municipio dejaron su huella a favor de la causa revolucionaria y apoyaron al candidato del PSUV y del GPP Macario Sandoval; pero a la final, no hubo mayoría y se impuso o pudieron más, los malos recuerdos de la mala gestión de una Alcaldesa, de cuyo nombre no quiero acordarme y quizá también, por la influencia de una tradición goda , religiosa y clerical, la cual a través de la historia ha caracterizado a los pueblos del Táchira y que ha sido muy manipulada por la oposición de La Grita, penetrando la “Cofradía del Santo Cristo”, donde también participan griteños de buena fe.
Por los lados de la “Atenas del Táchira”, donde en el fondo sigue vivo el fervor revolucionario y a la luz de los estrechos resultados, sobre todo para el Concejo Municipal, se espera que el candidato ganador de la derecha se apegue y respete la nueva Ley del “Plan de la Patria”.
Igualmente, se fortalece la tesis la cual es ya “voz populi” en toda Venezuela, para que el líder socialista, fiel y leal al Comandante Chávez, Macario Sandoval sea proclamado por el Gobierno Revolucionario del Presidente Nicolás Maduro, como el “Protector de Jáuregui y de las tierras del Norte del estado Táchira”. ¡Amanecerá y veremos!