Señor Gobernador de Carabobo ¿qué hicimos para ser tan castigados?

Es imposible negar que Carabobo se ha transformado en una potencia cultural en América Latina, corredores culturales, más de veinte salas de cine en la zona sur o sea la zona de los humildes, recuperación de la antigua sede de la AVAP y su repotenciación, talleres de música, apertura y recuperación de plazas, mejoramiento de los edificios de las edificaciones culturales del Estado, ampliación de la escuela de Teatro Ramón Zapata, reequipamiento increíble de la Escuela De Artes Arturo Michelena, dignificación del salario de los maestros y maestras de Artes .

La lista es larga y crece cada día y es admirable la incorporación de artistas y cultores conocidos y respetados a las tareas de gobierno y de partido, como cuenta su opinión, los diálogos amables que se tienen con el hoy Gobernador Ameliach y antes con Acosta y ni hablar de lo gentil y noble con la vida cultural de Valencia tuvo Edgardo. El mundo al revés dicen por ahí….

Verdad que parece propaganda. Pero de serlo tendríamos que abundar nada de lo que digo ocurre, Valencia es un amasijo de esperanzas truncadas, una ciudad gris donde el talento no recibe ni el saludo de los que detentan el poder con o sin revolución. Gobiernos de estatal y municipal solo cambian de siglas de números y a veces de funcionarios. Nada cambio y solo una que otra declaración que intenta convertir la realidad a punta de demagogia y de crear falsas esperanzas.

Valencia la ciudad tiene un solo teatro construido en el siglo XIX aparte de ese lugar no existe otro espacio público para la presentación de piezas de teatro, solo una escuela, la Ramón Zapata, que funciona en la Plaza Sucre una vieja casona donde solo la entereza y la dignidad de los que imparten catedra la hace funcionar, y en pintura la Escuela Arturo Michelena adonde el Gobernador no se pasea a ver el triste estado en que se encuentra a pesar de que queda a un par de cuadras de la sede de la Gobernación del Estado.

Los años de los Salas serán señalados como los tiempos de la parsimonia y la censura, de los verdugos de la disidencia cultural y falta de políticas que incluyeran a sectores populares en sus formas de accionar, de abandono a lo poco existente y de un gobernador enemigo de lo nuevo, de lo propositivo y de lo que irrumpiera contra lo el besamanos institucional ¿cambiaron las cosas? Creo que el barco sigue navegando con el mismo compás y con una tripulación que no distingue aun donde está la proa y donde la popa.

La revolución pasa de ladito por Carabobo, no se llama, no se discute, no se interesa el gobierno por nada de lo que ocurre y solo envía a uno que otro CUERVO a enterarse de las críticas que se hacen entre el alumnado y el profesorado para “darles su merecido” es difícil razonar, comprender, asumir que los espacios culturales de Valencia la de Venezuela mueren de mengua, abandono, indolencia y que muy poco se hace para enfrentar la crisis, el oscurantismo la pesadez institucional.

En las corridas de toros financiadas con Bolívares y Dólares y pagando el “exquisito talento” de matadores extranjeros en una apología a los juegos romanos con esa inversión podríamos sacar del marasmo cultural a una ciudad donde al parecer el artista es el enemigo, donde la vida cultural se reduce a los cafés culturales de la zona del viñedo y donde el centro histórico y el sur de la ciudad por cierto donde gana el chavismo vive entre la mendicidad y el traslado al norte porque en Valencia el norte no es una quimera y el sur si es una pesadilla.

Un texto más para denunciar lo que ocurre en mi ciudad y otra repuesta inaudible de los personeros que hoy detentan el poder, nada ha cambiado en mi ciudad solo el bastón de mando cambio de manos.

Cuando voy a Caracas me come la envidia de la buena. Teatros recuperados, calles amplias y limpias, Alcaldía que funciona como galería, discusiones callejeras, radios comunitarias con participación del común, obras de teatro al aire libre, etc.

Ya veremos y nos veremos con aquellos que hoy son vistos y mañana desean no serlo porque el botín es grande y pesa demasiado. La ciudad resiste como Stalingrado o Londres, resiste lo indecible, resiste estoica, mientras tanto los funcionarios cobran.

Y los de ayer cobraron, los cambios que se esperaban pasaron de lado o nos atropellaron. Señoras y señores que deberían estar preocupados por tener una ciudad colorida donde lo trascendente permita recordar por muchos años o quizás por siglos vuestros nombres. Ya pasara el tiempo en que bajen de su pedestal del poder entonces haremos bustos de arcilla y pintaremos lienzos con sus imágenes y sus nombres y los escupiremos eso no es justicia pero es un pequeño desquite.


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Yuri Valecillo


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