Acabo de pasar por el Puente Morillo y observo el desastre cometido, claro ya viene la defensa y la andanada de insultos contra el que diga que como recuperación o restauración los trabajos son un verdadero asco, un insulto a la visión, al sentimiento, a la razón.
La ciudad es una mezcla de suciedad y oscuridad, el centro es intransitable y deberemos estar acompañados para transitar por las calles de esta zona después de las seis de la tarde, la herencia que recibió el nuevo alcalde es nefasta, infame y dolorosa buhoneros que toman las calles con bebedizos sin ninguna medida sanitaria, buhoneros o vendedores ambulantes que amenazan e insultan, invaden las calles y se acumulan vasos de plástico, el sucio y las bolsas negras que invaden los espacios para el ciudadano común.
¿Es muy poco tiempo para juzgar ?a Cocchiola es el nuevo Alcalde de la Ciudad y el compromiso es grande es arreglar los entuertos, el saqueo, el terror y acabar con la desconfianza que dejo Edgardo Parra . ¿Pero cuál es el límite de la paciencia seis meses, un año? En qué momento no confunde paciencia del pueblo con pendejada. O empiezan a pensar los jerarcas del poder que nuestra paciencia es olvido.
Los problemas no terminan ahí, no se detienen el boulevard o el espacio peatonal de la superficie del metro de Valencia está oscuro lleno de basura y heces fecales sin una planta algo así como un homenaje a la esterilidad de la tierra, ni una planta, ni una sombrita, ni un banco o un poquito de sombra a donde sentarse a platicar con un amigo.
La ciudad sin nomenclatura, las calles abandonadas desde los tiempos cuando Emilia y Edgardo se sentían una Pareja de Primer caballero y Primera Dama fueron días donde se detenía el trafico para que pasara aquella caravana vehicular donde viajaba la aristocracia municipal y ay de aquel que llegara a hacer un comentario en voz alta.
La zona popular de El Palotal en plena Av Bolívar Sur llena de vendedores que toman calles y donde la Compañía Metro de Valencia no le ha dado unidad paisajística a las aceras por donde el metro recorre. La ciudad tiembla y nada pasa y mientras el Ciudadano Alcalde discute con el gobierno nacional acto que aplaudo, comprendo, justifico y defiendo, La herencia Maldita de Parra sigue marcando la vida diaria de los ciudadanos.
Mientras tanto el presupuesto se va en cuidar al culpable de tantos males, de tanta destrucción y tanta desidia y tanta incapacidad. La lucha se mantiene, los mejores combates y batallas políticas aun no llegan y la ciudad resiste los embates de los que ven esta ciudad como botín de guerra.
Yo no vote por Cocchiola, pero lo reconozco como el Alcalde de la Ciudad de Valencia y claro que vote por Parra y muy poco tiempo después se le vio la costura a la canalla que nos gobernó casi cinco años, que invadió y decepciono a decenas de miles que defendimos su candidatura. Bien la vida me mostro que nos equivocamos y que me equivoque.
Muchos vimos en un Crápula, un pillo a alguien que podría darle solución a los problemas de la ciudad, Confío en que los que votaron por Cocchiola no se hayan equivocado y ojala que cumpla con su deber que esta clarito en la constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Lo demás es saber que a un a un pillo se le aplico una medida humanitaria, aunque ese nos trato como animales.
Ciudadano Miguel Cocchiola el pillaje guarimbero lo ve mal, los hombres y mujeres que amamos esta ciudad esperamos que la suerte lo acompañe, cumpla con la ley, realice acciones que mejoren la vida y el diario andar de los que somos de aquí, cumpla con la ley y desarrolle actividades y obras que vayan en beneficio de tod@s. De ser así este pueblo que es tan mío como suyo lo celebrara.
De no ser así no cuente con un adversario y si con un enemigo, sobre advertencia no hay engaño...