Guarimba Bisoña en Carabobo

Espero que el respiro dure y que el aliento se mantenga veo a los viejos y nuevos amigos, estos inventan, desarrollan, crean, generan hechos nuevos, que impactan y me impactan. Pintan murales con jóvenes y las paredes en la ciudad estallan “POR LA PAZ Y POR LA VIDA” visitan hospitales públicos y visitan niños enfermos y los títeres alegran esos espacios que un minuto antes parecía invadido por el dolor, Visitan el sur de la ciudad hasta hace unos meses olvidados y los aplausos surgen, las mujeres lloran de emoción y los niños y niñas bailan.

Se plantea transformar La Quinta La Isabela en un espacio para la fotografía, comienza a verse los primeros pininos de un esfuerzo, se presentan exposiciones, se dictan talleres y conversatorios acerca de la imagen fotográfico, veo exposiciones, se comenta, se habla, se coordina.

Pero siempre hay un pero y de repente surgen los perversos o inocentes bisoños, chicos que ven a los humildes como una especie de seres de otro planeta y de repente hacen conclaves para ver cuál es la estrategia para visitar un barrio y por suerte y convicciones otros van a visitar a los de abajo.

Y es que la propuesta cultural en Carabobo era la repartición de jugos y refrigerios y sacar cuentas del debe y el haber y el muñequeo y el pedir seguridad para visitar a los “pobres” sin asumir que el barrio protege al cultor, al artista al hombre o mujer que va a entregarles su talento, su trabajo, su sudor, sus esfuerzos.

Nada me impresiona mas de 15 años de la Dictadura Salista “creó una especie de casta, una especie de raza o condición” donde lo que no cuenta es el esfuerzo y donde confunde cuentas con creación, con maravillas, con ilusiones y entonces intentan que la “elite” sea la que mantenga la forma y el estilo de ver y asumir el mundo.

Carabobo esta por ahí con su casco colonial abandonado por un perverso ejercicio municipal de casi 5 años, el Puente Morillo con una telaraña de Acero que retiene las ramas y todo lo que arrastra el Cabriales, una Plaza Bolívar que parece un colador por la cantidad de huecos que tiene el piso de “granito” colorado.

Yo me alegro por lo que estoy viendo y observo con cuidado como uno que otro bisoño con pinceladas de color rojo intenta imponer su visión de lo es el trabajo cultural, que intentan desde su “corazón” salista desea imponer, su forma de entender el accionar cultural de Carabobo.

Y entonces desvían las ruedas y la dirección, y acusan al hombre o mujer que trabajan, bisoños si de pañales almidonados, que ven el albañil no a un hombre que construye casas, ciudades, países y solo ven con vergüenza el trabajo duro y no entienden ni asumen que la cultura va mas allá de las bellas artes.

Esperemos que los chicos formados en la adoración a los golpistas comandados desde dentro y fuera por Salas asuman su derrota electoral, politica y electoral, banda de olvidadizos seres que pretenden fracturar el espíritu de hombres y mujeres que hacen y trabajan con amor y eficiencia.

La batalla es ahora y somos parte de ella…. Veamos con atención los esfuerzos que se están realizando, no son suficientes pero creo que ya comenzaron las cosas buenas, eso espero.


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Yuri Valecillo


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