Desde que los golpistas que siempre han querido acabar con la revolución bolivariana iniciaron la guerra económica y, por ende, comenzó el desabastecimiento y las colas en las tiendas, los comerciantes y empresarios de alimentos y artículos de limpieza e higiene personal, apelaron al argumento según la cual carecen de insumos para producir y abastecer a la población venezolana.
Pero la mentira tiene patas cortas. Lo digo porque, si esa gente dice la verdad, ¿quién produce todas esas toneladas de mercancía que la FANB le decomisa actualmente a los contrabandistas o bachaqueros en la frontera?
Venezuela no será exportadora de alimentos y necesita importar para surtir el mercado en su totalidad, pero antes de la guerra económica que declaró la oposición, la gente encontraba los víveres de la cesta básica en los anaqueles de los diferentes establecimientos comerciales.
Mejor dicho: la cuestión se agudizó cuando Capriles Radonski, Leopoldo López, Antonio Ledezma y María Corina Machado empezaron a encabezar y a estimular las guarimbas, como un reforzamiento de la guerra económica que ejecutaban los comerciantes, empatados en derrocar al presidente obrero Nicolás Maduro.
Es tanto así, que ahora cuando el Gobierno golpea con todas sus fuerzas el negocio ilegal de extracción de alimentos, se pone en evidencia lo que era un secreto a voces: la conexión entre esos políticos adversos a la revolución con los comerciantes, guarimberos y contrabandistas.
Ya eso está perfectamente demostrado. Se encargaron de evidenciarlo los mismos pseudo políticos que le caen en cambote a Maduro, porque ordenó una batalla sin cuartel en contra de esas bandas del comercio delincuencial. Analicen y vean como tan pronto se ordena la marcha del sistema biométrico y la FANB les da "en la madre" a los grandes grupos hamponiles -esos que se llevan nuestro sustento y medicamentos a Colombia-, saltaron los dirigentes de Primero Justicia, Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo, grupos de sospechosos que generalmente se hacen pasar por estudiantes, entre otros, a defender a los contrabandistas y a satanizar las medidas gubernamentales tendentes a controlar el "bacahaqueo". Paralelo a eso, asesinan en la Guajira, estado Zulia, al mayor del Ejército, Raúl Bracho Jaimes; incendiaron una camioneta de la FANB y volvieron con las acciones violentas en San Cristóbal y Maracaibo.
Los golpistas se niegan desistir de sus pretensiones de hacerse del poder por medio de la fuerza y, hay que tener cuidado, porque en las guarimbas que emprendieron en febrero, mataron más de 40 personas… Y después dicen que no son ellos, sino los demás.
@AlberMoran