No creía que fuera posible, pero esto de que al Museo de la Cultura de Valencia se le hayan abierto dos de sus cuatro salas merece un reconocimiento, esto de agraciar a un gobierno no es de mis cosas y como no estoy en nómina esto me permite decir lo que me venga en gana.
La verdad es que en Valencia la de Venezuela se abrió al público la Primera Bienal Nelson Mandela y que en este ensayo y este acto temerario fueron seleccionados 108 trabajos, atrás quedaron los Censores de los Salas Romer que en medio de una exposición se atrevían a desmontar de las paredes piezas ya admitidas y es que hacerse de la vista gorda de que en Carabobo en los años del Salismo y el Alcaparrismo existió la censura previa y posterior a las decisiones de un jurado calificador.
Fueron casos muy singulares visibles y que de una manera muy valiente fueron confrontados con actos que a mi parecer requerían bastante coraje como el de ir a un museo y de manera pública ir a desmontar obras en solidaridad con artistas plásticos censurados por los caporales de las artes plásticas de Carabobo en todo caso me tengo que referir a Luis Noguera hoy Director de la Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena a el mi reconocimiento.
Pero dando unos pasos mas allá en Valencia y en el Museo de la Cultura se celebró una confrontación artística que nació con los pantalones largos, años y mas años tuvimos que sufrir el oscurantismo de los Salas Romer y sus caporales culturales si y es que no se mucho para que un lunes cualquiera o algún Rodríguez desmontara en medio del escándalo a algún artista que a él no le cayera en gracia. Esto no es secreto para nadie.
La Bienal Nelson Mandela con esfuerzos, cercada mediáticamente por los medios en Carabobo, con intentos de ridiculizar un valiente y hermoso esfuerzo dio muestras de como se deben hacer las cosas y que un proceso revolucionario da muestras de talento y capacidad al abrir a todos la posibilidad de confrontar propuestas y donde la maravilla de la obra sea el único requisito para ser admitido y claro premiado.
El silencio no puede ser un eco y el comentario tiene que surgir artistas de quince estados de la república participaron y un montaje magnifico fue el mascaron de proa, yo en mi calidad de fotógrafo y de ciudadano tengo que decir que las cosas marchan bien cuando veo que marchan bien. Ojala y las cosas en Carabobo por lo menos en lo que a salones de arte se refiere sigan en esa sintonía.
Los tiempos de los Salas Romer con su censura y sus censores, sus caporales y dueños de la tijera para podar arte no aceptado por la pobre pupila de la derecha militante han pasado, ahora nos toca hacer, crear, suscribir, desarrollar, proponer y criticar…Lo demás es oscuridad ya estamos saliendo de túnel.