Una de las tradiciones religiosas que se mantienen en Venezuela y se proyectan al futuro, como un faro de luz y relámpago de peregrinación y fe cristiana, es la representada por la imagen sagrada del Santo Cristo de La Grita, reliquia que en este mes de agosto cumple los 405 años desde su creación por el fraile Pedro Simón, franciscano quien lo iluminó un ángel y culminó el rostro de un madero, en una aldea de los páramos andinos denominada Tadea, muy cercana a la población conocida como la "Atenas del Táchira".

Luego de un terremoto que sacudió el Valle del Espíritu Santo de La Grita en el año 1610, su leyenda se propagó más allá de las fronteras y todo lo que conformaría el Virreinato de Nueva Granada, creado según Real Cédula de Felipe V de Borbón el 27 de mayo de 1717 (https://es.wikipedia.org/wiki/) y lo que sería un siglo más tarde, la Gran Colombia fundada por el Libertador Simón Bolívar en Angostura (Ciudad Bolívar) en el año 1819.

Según relata el economista Luis Hilarión Pulido en su obra "Santo Cristo de La Grita 400 años de historia" (Edit. Gráficas elportatítulo con prólogo de Mons. Raúl Méndez Moncada)), en pleno páramo se había fundado el Convento de Santa Clara y todo ello se destruyó con un fuerte terremoto que sacudió a la zona un 3 de febrero del año 1610, fecha en que nació la venerada imagen, en una aldea cercana a donde huyeron los frailes religiosos luego del movimiento telúrico.

Nuevamente este año millares y millares de personas (así como lo hacen con la Divina Pastora de Barquisimeto) viajarán a La Grita, capital del Municipio Jáuregui este 6 de agosto, para postrarse y venerar la sagrada imagen que recoge la fe de un pueblo, cada vez más motivado y organizado y el cual en una larga peregrinación por diversos caminos de Venezuela y de América Latina, se acercan a pagar promesas y a elevar una oración y una gran plegaria universal al Santo Cristo por la paz de nuestro país y del mundo.

Muchos devotos, por encima de diferencias de raza, credo e ideologías se trasladan hasta el templo de la Basílica del Espíritu Santo y ahora hacia el nuevo Santuario del Santo Cristo, para invocar con gran devoción y fe, una sóla plegaria universal y ecuménica.

La imagen sagrada, gracias a un pronunciamiento del Estado venezolano, fue proclamada durante el último mandato del desaparecido Presidente Hugo Rafael Chávez Frías como Patrimonio Histórico, Religioso y Cultural de Venezuela y bajo la supervisión y custodia de la Diócesis del Táchira y del Instituto de Patrimonio Cultural de la Nación (IPC).

Recientemente se conoció que para complementar, se proyecta construir un gran centro de peregrinación religiosa del Táchira en La Grita - para los próximos años - con el apoyo del Gobierno Nacional y del gobernador del estado Táchira José Gregorio Vielma Mora.

Se anuncia la construcción de un gran monumento o Santa Cruz iluminada (en dimensiones como la virgen de La Paz de Trujillo); pero en este caso, un gran crucifijo y una gran caminería turística para los peregrinos hasta la cima de la Aldea Tadea, en el páramo donde fue terminada la sagrada imagen del Cristo de La Montaña, por el fray Pedro Simón en el año 1610.

Igualmente, grupos de devotos y peregrinos del Santo Cristo se han organizado en cofradías y círculos de fe, para abogar por la protección de la imagen original, en el madero que supera los 405 años y el cual requiere, con la venia de la Iglesia y de los expertos en restauración de imágenes sagradas y reliquias históricas, una evaluación profunda.

La Iglesia del Táchira y agrupaciones religiosas han encargado a un grupo de expertos para la realización de importantes estudios, de los cuales existen informes que serán evaluados para la conservación de la imagen sagrada y venerada del Santo Cristo de La Grita. Este debe ser un reto inmediato y urgente.

Nuevamente - este año - movidos por la fe y la tradicional veneración a la imagen de los 405 años del "rostro sereno", estaremos recibiendo de nuestra madre Eloísa, una estampita bendita la cual todos los años, bañada con agua bendita por el Obispo Mario Moronta, nos regala nuestra madre a cada uno de los 9 hermanos de la familia Arellano Labrador… ¡Amén!