Las cosas en Valencia no son fáciles y tampoco están fáciles y es que parece que la ciudad puede ser acusada de “empobrecimiento inexplicable” ahora intentan chantajear al que se atreva a denunciar a los TARTUFOS de la continuidad.
No solo amenazan a los artistas que hacen vida en las instalaciones del viejo Teatro Municipal y es que esto de arrebatar los implementos donde se ensaya y donde se ponen a punto piezas de danza contemporánea es de antología, estos nuevos administradores del terrorismo cultural en la ciudad, intentan vapulear a un movimiento artístico que despega a pesar de las gestiones o indigestiones municipales que hemos tenido en Valencia en los últimos años al parecer no basto con tener un pillo como el conocido ALCAPARRA como burdomaestre, al que muchos comparamos con un Boves contemporáneo o postmodernista por el daño que le hizo a la ciudad.
Ahora toca vivir con Cochiola que entre traspiés, enredos, incapacidad y con una “gerencia” cultural que parecen apologistas del orden de Mussolini contra todo lo que no fuera o sea de su agrado, comisiones de censura que aunque no existen en el papel practican de modo sumarísimo el castigo contra todo el que se salga de su diminuto redil emocional y conceptual.
¿Que se creen estos administradores del presupuesto? Que ni idea tienen de sensibilidad, de sentido de la estética y que entre un radicalismo verbal de izquierda y una práctica cotidiana de censura que raya en el fascismo hacen de su vida un columpio sin cadenas que suspendan el asiento y donde podamos columpiarnos, son solo una tabla en el fango, son Tartufos, Gatopardos sin mas proyecto que hacer de sus órdenes espejos donde tengamos que reflejarnos.
Vergüenza da verlos defendiendo lo que hasta ayer “enfrentaron”, digieren con prontitud manifiesta a cualquiera que afinque sus posaderas en las sillas del poder y como socios o como agentes de las mafias más oscuras, atacan a quien hace algo que enaltezca el espíritu humano, que le dé calidez y nobleza a los seres humanos, señalan a quien los enfrente, acusan a quien los denuncie, persiguen a quien los señale e intentan vapulear a quien embellezca nuestras vidas con su arte, con su ciencia, con su cultura.
Frente a estos émulos del Salazarismo Portugués en Valencia la de Venezuela solo nos queda hacer en los espacios de la cultura y el arte en Valencia la de Venezuela una nueva Revolución de Los Claveles Rojos.
No podemos permitir y debemos impedir que sigan asignado recursos de todo tipo a quienes le caigan bien, que intenten chantajear con acusaciones a quienes los denuncien, debemos impedir que se mantenga la consigna “ para ayudarte denuncia públicamente” exonéranos.
Váyanse ambos y quien los acompañe a los señoritos de turno Yuri Miraldo y Denis Villegas al infierno del olvido, ni un pétalo en su nombre, ni una gota de agua para refrescar sus acciones.
No cofundan tolerancia con cobardía, ni lo amable con la estupidez.