El pueblo de San Joaquín en el Estado Carabobo, se le identifica nacionalmente por su aporte a la gastronomía venezolana. Todo viandante o viajero en el pasado en la antigua carretera Panamericana o los que desde la década del 50 transitan por la Autopista Regional del Centro entre Maracay y Valencia, han visto alguna vez a las paneleras o paneleros ofrecer el rico bizcocho.
En el pasado era una actividad muy femenina, se cuenta que la gestualidad de la vendedora no era otra cosa que el movimiento maternal del mecer y arrullar a su niño, mientras que con el otro brazo sostenía al biscocho en venta que igualmente participaba del vaivén arrullador.
La Panela de San Joaquín, tiene su origen en antiguos pobladores de origen europeo establecidos en la localidad y algunos historiadores señalan que fue en la cocina de la familia Zuloaga de donde surgió este bizcocho y que luego se hizo popular y fue comercializado.
En este momento, la grave crisis económica que vivimos los venezolanos, está afectando de tal manera a la decena de pequeños fabricantes de las panelas, que se corre el riesgo que cese la producción, ante la falta de insumos. Hay algunos cierres de estas pequeñas empresas. Esto traerá como consecuencia el desempleo de decenas de trabajadores y de centenares de vendedores que viven de esta actividad comercial y residentes en una población de economía deprimida, y por otra parte se afectará a miles de consumidores que históricamente han disfrutado de este manjar venezolano.
Pero además hay un hecho que es tan grave como la minusvalía económica, y es la disminución, la erosión, la sequía de nuestra Riqueza Cultural Gastronómica. La Panela de San Joaquín es un Patrimonio Cultural, de San Joaquín, del Estado Carabobo y de la Nación. Esto se puede corregir con creatividad y ejercicio del Poder.
El viernes 13 de este mes de mayo la gobernación del Estado Carabobo, nombró una comisión para que se reuniese con los paneleros en San Joaquín,( una buena iniciativa,) efectivamente se trató el tema y se acordó tomar algunas medidas, sin embargo, independientemente de las buenas intenciones, he llegado a pensar que la cosa es de más alto tenor, he hablado con paneleros (fabricantes) cuyos criterios, por razones de su práctica cotidiana, son holísticos y se hace necesario, siempre será necesario oír, pero oír y aprender de los que manejan números, sacan costos, trabajan, producen y arriesgan (no hablo de empresarios maletineros y de comerciantes pilluelos). Que por cierto son abundantes.
Pero esta situación de los paneleros, se constituye en un alerta nacional, sobre la afectación a la cultura venezolana de las dulcerías, de las granjerías, esto nos recuerda a las hermanas Bejarano en la colonia, las arañas de Chávez, el majarete, los tequiches, los piñonates de San Juan, arroz con leche y con coco, jaleas, suspiros, conservas de leche, etc., etc,.Que cada lector acuda a su memoria e incorpore a este texto la dulcería, los postres de su pueblo, y observaremos que la riqueza cultural gastronómica que está amenazada no es cualquier cosa.
Siempre será necesario recordar que la Nación venezolana está constituida por una estructura legítima de conducción, que es el Estado, tanto el Central, como el Regional y los Locales. Es decir tenemos gobernantes, con responsabilidades sobre sus respectivas instancias (sin olvidar que la nación es una sola) que nosotros los ciudadanos ,los pusimos allí para gobernar y cumplir las finalidades establecidas en la Constitución de la República bolivariana.
El Estado, gobierno y pueblo, en esta guerra económico-político a la que estamos siendo sometidos, estamos obligados a sincerar muchas cosas, a tomar decisiones, a la mayor brevedad, por ejemplo, ejecutar acciones para acopiar, tomando las medidas necesarias, los rubros fundamentales que en el caso de las panelas sería Harina, huevos, azúcar y otros, para distribuirlos previa una férrea y severa organización, para evitar las corruptelas, que incluso permeó a la organización revolucionaria en la distribución de alimentos. La Gobernación prometió abordar el asunto harina, pero no es suficiente, pues es posible que no se atienda la integralidad del asunto. Y se convierta en una frustración gubernamental más Está demás decir que hay que organizarse de acuerdo a las circunstancias de Guerra, y acudir al Poder Popular organizado.
En esta época de muchas dificultades, no se puede gobernar con criterios populistas, burocratizados y electoreros, tenemos conciencia de la alta inflación y los bajos salarios, y esto no es solamente atribuible a este gobierno, sin que ello signifique obviar e ignorar responsabilidades y desaciertos de líderes importantes del proceso y gobierno bolivariano.
En nuestro país desde hace mucho, miles y miles de ciudadanas y ciudadanos, se han ayudado con la economía casera (Rosinés-Chávez) En el segundo lustro de la década del 70, en mi andar cultural viajaba con asiduidad de Cumaná a Carúpano y siempre a la una de la tarde me conseguía a unas maestras medio protegiéndose del inclemente sol bajo un uvero, iban a dar clases en una escuela del Muelle de Cariaco, distante a dos horas, aproximadamente, y durante el viaje me daban una verdadera clase de cómo una maestra de escuela podía sobrevivir en un país capitalista-petrolero, y era con la economía hogareña: tortas, buñuelos, gelatinas. Majaretes.
En nuestros días la alta inflación que demuele sueldos, salarios, jubilaciones y pensiones, y para colmo, la escasez de productos básicos para hacer las “granjerías” con que tradicionalmente se ayudaban las familias, ha entrampado a nuestra sociedad. Y como hemos dicho esto no solamente es un hecho económico, sino depreciación de la Cultura Popular, y de desidentificación con la cocina dulcemente amorosa de nuestros mayores y del pueblo hacedor, protector y continuador de ese patrimonio.
Hay algo que causa escozor y que nos puede hacer mucho daño como sociedad, es que las necesidades económicas prolongadas en nuestra población generen migración de tanta gente buena. Inteligente, sensible, hábil, diestra y con virtudes culturales gastronómicas y otras, a la repugnante actividad del bachaqueo.
LA REVOLUCION ESCULTURAL