Valencia la de Venezuela ciudad sitiada. Ameliach, Cocchiola gobiernos gemelos

No sé de qué se sienten bien los militantes del GPP o sea el GPP o los miembros de la MUD, Valencia la de Venezuela parece ser una ciudad de Siria después del bombardeo, el sur de la ciudad abatido, sucio, abandonado, abatido, lleno de vendedores ambulantes que utilizan las obras del Metro de la Ciudad para colocar sus mercancías, generalmente productos de Mercal.

La ciudad sin cariño, parece un despojo de lo que en algún tiempo fue Cocchiola y Ameliach parecen repartirse como buitres los despojos de lo que se niega a morir, que resiste incluso a estos malos gobernantes y a los otros Edgardo Parra (un pillo de postín) y la dinastía llevada al cadalso político, por suerte, hablo del pollo, el gallito, el pavo y la paloma o sea los Salas.

Pero poco ha cambiado la ciudad al parecer la ven como un botín de pandilleros, como un carro robado a ver quién se queda con los asientos y quien con el equipo de sonido, como sonando el martillo en subasta y mientras tanto los militantes de ambas facciones (que son la misma) PSUV, MUD están hay echando cuchillo, destazando a lo que ellos consideran un animal y yo considero mi ciudad.

Que esperaran Cocchiola ese Alcalde de pacotilla y Ameliach, ¿como desearan ser recordados? ya sus gobiernos se parecen tanto a los de Parra y Salas que parecen gobiernos siameses, nada los hace despegar de su pasado, nada los hace apartarse de la línea de la destrucción, del abandono, de la desidia.

Lo cierto es que de nada vale que digan, que informen, que intenten engañar ambos son gerentes de gobiernos llenos de ignominia, con colaboradores cuya heráldica familiar reposa en el fondo de una botella de whisky, donde el himno con el que deberían marchar debería ser un ballenato de esos que colocan los buhoneros colombianos que se apoderaron de nuestras calles, nuestras plazas y nuestras avenidas y ojo no me acusen de patrioterismo, pero los vendedores ambulantes o buhoneros venezolanos son responsabilidad nuestra, pero los vendedores ambulantes de otras latitudes, esos que infringen la ley, esos que destruyen el mobiliario urbano, esos que te amenazan, esos no pueden ser responsabilidad del Estado.

El comercio informal en Valencia, ese dirigido y amparado desde quien sabe que instancia celestial, gubernamental, policial militar destruye más, acaba más con la convivencia en mi ciudad que mil guarimberos, que cien cierres de calles, que un sismo con escala de 8.

Es necesaria una política para adecentar el espacio urbano, que permita a los ciudadanos empoderarse de las calles, de las plazas, de las avenidas, que nos permita recuperar lo perdido, que nos ayude a derrotar a las mafias que venden productos regulados a precio de oro. La vida nos muestra cómo actúan el gobierno el PSUV y la MUD, hasta ahora ambos son iguales, son gobiernos gemelos que se entienden muy bien al decir o asumir que Valencia la de Venezuela es una torta y que se la están comiendo.



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Yuri Valecillo


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