Mérida es una ciudad que huele a feo

El odio politico y la basura pestilente sin recoger, tienen a Mérida convertida en una ciudad invivible donde la gente mal encarada, los zamuros, los perros realengos y los mendigos nos hacen creer que vivimos en la Calcuta de la India o a la Cúcuta de Colombia de los años 90. Aquella ciudad bucólica de gente amable y cara afable, con calles, parques y aceras limpias tiene algunos años que desapareció.

Mérida es la ciudad del interior del país con más alto porcentaje de Escuálidos, aquí Chávez nunca ganó una elección. Cómo los citadinos merideños se vanaglorian de tener a la poblacion más inteligente del país, por tener una universidad que tiene más de 200 años de fundada y dueña de las mejores tierras e instalaciones educativas, entonces creen que por ese sólo hecho tienen más "cacumen" que los "brutos y tierruos Chavistas". Aquí no da nota declararse chavista pues eres considerado inferior, algo parecida a la casta de los intocables en la India.

Uno le pregunta a cualquier merideño escuálido por qué la ciudad parece un chiquero y en seguida te responde que la culpa es de los chavistas, aun cuando los últimos tres alcaldes han sido y son de la MUD. La ciudad de Mérida, parecida a la Alepho de Siria, según los merideños, la destrozaron los "colectivos chavistas". Los "encapuchados, no han roto ni un plato, se la pasan rezando con su guía espiritual el Cardenal Baltazar Porras.

Según los escuálidos merideños, la pobreza, los mendigos destrozando las bolsas de basura, los zamuros, los perros realengos, los bachaqueros, las colas en las panaderías, los paros de transporte, la falta de gas doméstico, los apagones eléctricos, la hiperinflación, inseguridad, violencia y especulación, etc. etc; todo eso es culpa de Maduro y la única forma de acabar con esos flagelos es con la salida ya del Presidente que por mayoría elegimos los venezolanos. Aquí fracasan todo intento de diálogo para buscarle soluciones a algo. Es imposible dialogar con alguien que ni siquiera quiere oírte o no te reconozca como interlocutor.

En las elecciones para la Constituyente que acabamos de hacer, los merideños escuálidos citadinos, se comportaron como siempre, sólo que ahora se volvieron más violentos y actuaron tratando de impedir que los chavistas ejercieran sus derechos a votar, cuando en las anteriores ocasiones se contentaban con votar en contra o abstenerse. Algo inexplicable, pues con no acudir ya derrotaban la propuesta del chavismo. ¿Qué los hizo volverse como locos?.

Yó me voy atrever a opinar que aquí no hay salida negociada. Más de lo que ha hecho y sigue haciendo el gobierno nacional y regional por Mérida y sus habitantes, no se hecho en ninguna otra ciudad del país. Esta gente no están dispuesta a aceptar que todos los seres humanos somos sujetos a Derechos y Deberes iguales y que ellos no son superiores a los demás. Aquí la confrontación tiene las mismas características que obligó al Libertador a emitir su ya famoso Decreto de Guerra a Muerte durante la guerra de independencia.



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Juan Veroes


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