Uno de los servicios que deben gozar de prioridad son los de salud y asistencia sanitaria; sería injusto desconocer los esfuerzos que el gobierno nacional está haciendo para mejorar las capacidades operativas de diversos centros hospitalarios en todo el país, para formular políticas de atención priorizada a pacientes con enfermedades crónicas o para atender las demandas salariales y de formación académica del sector salud.
Lo descrito en la párrafo anterior es la conclusión que cualquier individuo sacará al ver los reportes y noticias difundidas a través de medios de comunicación oficiales en televisión, radio, y medios electrónicos, y también en aquellos privados donde el gobierno paga por su publicación.
Sin embargo también sería tremendamente injusto desconocer la terrible situación que, a pesar de tales esfuerzos, aqueja a buena parte de los centros de salud dependientes del Ministerio de Salud o de las Direcciones Regionales adscritas a gobernaciones de estado; no solo en el tema de la disponibilidad de equipos y medicinas BÁSICAS, sino a la situación salarial de los médicos que allí laboran.
En esta oportunidad quiero ahondar en el tema laboral, en las difíciles y en algunos casos INJUSTIFICABLES CONDICIONES en que laboran gran cantidad de médicos venezolanos en los centros de salud públicos, sin ninguna esperanza de mejora, ni tan siquiera un acompañamiento de parte de las autoridades administrativas.
Al respeto llama la atención la criminalización que algunos voceros de organizaciones populares están haciendo sobre los reclamos que estos profesionales tienen, llegando al extremo de acusarlos de guarimberos y probablemente quintas columnas.
Se está dando también otro fenómeno: sabemos que uno de los reductos gremiales más escuálidos por antonomasia son los Colegios de Médicos de toda Venezuela, y en el caso de Portuguesa, éste ha venido observando y en alguna medida participando en las actividades de reclamo que adelantan los galenos, sin embargo, hasta ahora, realizar acusaciones como las ventiladas en el párrafo anterior, resulta a lo menos, injusto. Varios llamados ya están haciendo en redes sociales para conjurar las protestas que algunos médicos vienen realizando para hacer valer sus derechos. Esperemos que no sea la organización popular una instancia de manipulación del gobierno regional para conjurar de manera violenta y satanizar estos reclamos.
Por otro lado, el Sindicato Único Nacional de Médicos y Médicas (SUNAMED), logró a finales del año pasado la firma de un contrato colectivo con el Ministerio del Poder Popular para la Salud (http://ciudadvalencia.com.ve/medicos-contrato-colectivo/), en el que se contemplan mejoras significativas en la tabla salarial de los galenos, así como el aumento de bonificaciones, guardias, pagos de prima entre otros.
Sin embargo, ya vamos para el segundo mes del año y ninguno de los acuerdos contemplados en ese contrato se han cumplido, generando un conflicto entre las autoridades sanitarias y los gremios médicos a nivel regional y nacional.
En este sentido, se presume que hay un desorden administrativo de proporciones gigantescas, porque hubo compañeros, quienes al solicitar una constancia de trabajo, en ella se les anunciaba un salario de más de 6 millones de bolívares (cónsono con los acuerdos logrados en el contrato aludido anteriormente), pero cuando descargaban por sistema su recibo de pago (que era lo que realmente les depositaron en sus cuentas nómina), su sueldo no llegaba ni a 400 mil bolívares!!! Tal y como se aprecia en las siguientes imágenes:
A pesar de no tratarse del mismo cargo, los montos en sus salarios son similares, por lo que surge una duda: donde están los reales?
Pero no es solamente eso, las condiciones de trabajo siguen siendo, por lo menos en el caso del Hospital Central de Acarigua Jesús María Casal Ramos, realmente deprimentes.
No hay dotación de los insumos más básicos y cuando llegan, no existe un plan de reposición eficiente que garantice la disponibilidad para atender a los pacientes, varios módulos de la sede física se encuentran en muy mal estado de infraestructura y la drástica disminución de la plantilla de médicos ha obligado a redoblar las guardias para aquellos que aún, por compromiso, por amor verdadero a su trabajo, por simple peladera de bolas, o por todo eso junto, se mantienen laborando en ese centro asistencial en turnos casi realmente insoportables.
Para agravar más la situación, la actitud de las autoridades es realmente vejatoria y ofensiva, en ese hospital los responsables de Recursos Humanos tanto del centro asistencial, como de la dirección de salud han legado al descaro de responder a los reclamos por la miseria de sueldo que ganan con cosas como esta: “renuncien, vendrán otros a sustituirlos en sus puestos”
Cabría preguntarse; cómo sobrevive un individuo cuando su salario es menor al monto en el que ya se está cotizando un cartón de huevos (Bs 500.000), qué mística va a tener un médico con sus obligaciones cuando las autoridades administrativas de las que dependen son unos desvergonzados insolentes que están –como buena parte de la dirigencia “revolucionaria”- desconectados totalmente de la realidad que el pueblo vive a diario? Pero además, si el contrato colectivo contempla un monto exponencialmente superior en el pago de salarios y bonificaciones, quien se está cogiendo esos reales? Son explicaciones que NADIE, por lo menos en esa entidad, ni siquiera los “revolucionarios” gobernador del estado y ministro de salud, se han tomado la molestia de dar.
Al mismo tiempo, el éxodo de médicos sigue creciendo, jóvenes venezolanos en los que el Estado invirtió ingentes recursos en su formación se van decepcionados no solo del desorden administrativo, negligencia y desinterés de las autoridades, sino del caradurismo de una dirigencia que habla de “guerra económica”, “grandes sacrificios” y “apoyo irrestricto a nuestra revolución y su presidente obrero”, pero en realidad están pendientes de sacar máximo provecho a las prebendas que otorga el cargo que ostentan, minando la base de apoyo, no solo en esos profesionales, sino también en la población, que no cuenta con recursos para atenderse en un clínica privada como sí lo tienen (y lo hacen ) TODOS los “hijos de Chávez”.
Mientras el presidente Maduro transmitiendo por TV la ilusión que sus burócratas le venden y que en este caso, por lo menos los habitantes de Acarigua, tan chavistas y leales como son, no creerán….