Ya al parecer todo es normal, lo que acontece en la avenida Libertador de la ciudad de Maracaibo, para el gobierno bolivariano ya es todo normal, el pueblo vive la anarquía del capitalismo salvaje, cientos de vendedores informales ofertando sus mercancías, incluso alimentos sin condiciones higiénicas, aquí cohabita el desordenado capitalismo anárquico y de libre mercado con la revolución bolivariana, se dice que aquí no ha gobierno, no hay poder local, regional ni nacional, estamos atrapado por la desidia, el abandono, la corrupción y la delincuencia a plena luz pública, el único aliciente que tiene el pueblo aquí es que paga sin IVA los productos de la canasta mínima pero eso si en efectivo porque si paga por punto le clavan una recarga en el pago aumentando los bienes más de un trescientos por ciento.
Es una vergüenza pública la avenida Libertador, predomina el desorden, la suciedad, tapadas las tanquillas de drenaje, cuando llueve es un verdadero colapso, las calles están tomadas por los informales de la economía con sus mesones, ellos dicen que pagan a la policía nacional bolivariana unos 150 mil bolívares semanales por mesa, pululan las marañas, el dinero, ni que se diga del mercado de desguase de celulares robados o no, el transito es insoportable tanto para transeúntes como para vehículos, todos viven el abandono y la apatía del gobierno local, del ministerio de salud, estos no se atreve al reordenamiento urbano ni de las actividades económicas, sería una verdadera guerra civil atreverse a dominar o regular el capitalismo en el mercado "Las Pulgas", implica un verdadero desafío descomunal, los gobiernos han venido cediendo espacio público y gobernanza de la ciudad, el mercado las Pulgas en su frente, la avenida Libertador da un triste espectáculo.
En verdad, la avenida no merece llamarse avenida Libertador, en las adyacencias tenemos el mercado Único y San Felipe, son una verdadera maraña de comercios informales y formal, donde predomina el desorden, la subsistencia de cientos de miles de personas que no encuentran colocación laboral, con la crisis ahora aguda, puede verse mesas vacías, sobre todo a los lados de la Iglesia La Basílica lindando con las Torrea Petroleras donde ocupan sus tarantines cientos de vendedores informales, lo triste de todo es ver además en el distribuidor cráteres que impiden el tráfico, miles de personas se agolpan en horas vespertinas de regreso del trabajo, todo está deshumanizado a pleno solo del mediodía. No creo que turistas algunos quieran pasar por esa ruta histórica de la antigua calle 100 de Maracaibo, el Callejón de los Pobres.
Al momento pasan camionetas y camiones repletos de pasajeros parados como ganado son transportados, la vida se hace salvaje, un oeste salvaje, un retroceso social, la revolución bolivariana ha sido objeto de deshumanización, un retroceso humano, la gente deja de ser gente, los valores se pierden, las relaciones humanas se deterioran en medio de este entorno hostil, se pierde la apariencia en la espera del tráfico, se comenta lo pendeja que ha sido esta revolución, dando dólares a sus enemigos, a la burguesía, a la banca, que Mario dijo el dia anterior, financiando empresarios capitalistas que Tarek dice que no toleraran a los capitalistas especuladores, los precios especulativos. El pueblo comenta el alto costo de la vida, se interroga dónde está la revolución económica, donde la revolución productiva, donde esta el socialismo en lo económico, donde el pan nuestro de cada día.
Mientras todo esto pasa, continua la crisis en la institución de la UBV, sin apoyo gubernamental, ni de la Alcaldía ni de la Gobernación, hasta donde se conoce, a los estudiantes se le hace cuesta arriba pagar doble pasaje, a los choferes sostener sus vehículos, a la universidad darle mantenimiento a sus unidades de transporte, los docentes con sus vehículos resguardado por problemas de repuestos, sin caucho, sin kit de embragues, sin batería, todo es un caos, los apagones de cuatros horas cada día, la escasez de liquidez, los pecios especulativos, las Pulgas se han convertido en el Banco Central de la ciudad de Maracaibo, ella decide que billete circula o no en la ciudad. Ejercer el el Poder para no mandar es el colmo de la vergüenza pública del gobierno bolivariano de acuerdo con Bolívar que sin coaraje no se puede construir patria, allí está la batalla ultima, la de Carabobo.