Todos somos hoy como una mata de mango
Esta fulana
Ando dándome un gustazo en la isla. No crean que me voy de compras y regreso con cantidades de bolsas repletas de trapos. Me he dado cuenta de una vaina en Margarita, mientras laS pantaleticas son más chiquitas más caras son y no entiendo. El fundo ya hoy no da para estas compras de pantaleticas que sirven para tirar indirectas.
A decir de Roberto Malaver, me doy un gustazo porque me siento todos los días en el frente de la casa de mis viejos en Margarita y aprovecho ese tiempo agarrando fresco para hacer un estudio sociológico sobre la base de alimentación del margariteño hoy. Mi muestra de estudio es estrictamente al azar. No hay una pizca de subjetividad en esta investigación. O sea, me llevo teóricamente por el paradigma cuantitativista o empírico, que no es de cuanto hay pa' eso. Doy supremacía a los datos. Ellos hablan y luego busco una teoría que los explique. La muestra es el 100%. Todos(as) los(as)que pasan por el frente de la casa, mientras agarro fresco.
El problema en esta investigación, que aún no había podido resolver estaba centrado en estatus teórico con el cual procesar los datos que la muestra me aportaba. Paso horas cogiendo fresco y observando mi muestra y apuntado los datos en mi libreta, que por lo general, los datos se muestran o llevan en la boca y en la manos de las personas que transita por el frente. Mi asunto no eran los datos porque ya tenía suficiente y plasmado en términos absolutos y relativos con sus respectivos cuadros y gráficos. Todo luce científico, porque si no lleva gráficos, científicamente la investigación cae en el campo de la no ciencia. El margen de error ya se había reducido a 0,01%, lo cual le daba a mi investigación casi de ser una verdad absoluta.
El punto que me atormentaba no era esencialmente etimológico, aunque algo de eso estaba haciendo ruido. El foco de atención Era fijar una base teórica con la cual explicar los datos. Cuando una vez más pensaba en eso, pegue un brinco del ture donde me encontraba sentada y dije: ver... ¡Emigdio Malaver!
Emigdio Malaver es hermano de Roberto Malaver que son las únicas dos personas más brutas de Tacarigua. El 99,99% de la población de Tacarigua es muy inteligente. La excepción de la regla es Roberto y Emigdio.
Mi estatus teórico lo tenía a no más de tres kilómetros de donde estaba. Me acordé de los cuentos de Emigdio y particularmente del cuento: La venganza de la mata de mango.
Datos: El 99,99% de la muestra tomada muy objetivamente al azar, indicada que todo las personas que pasaban frente a la casa de mis viejos en Margarita llevaban por lo menos un fruto de la especie de magnoliophyta, que a su vez es familia de las anacardiáceas. El 99,99% de la muestra llevaban un fruto de esta planta en la boca, otro en la mano y en una bolsa llevan como uno diez en promedio. O sea, iban saboreando un mango y tenía otro en cola para caerle a diente. O sea; el margariteño de este momento está entrándole con furia al mango.
En vista de esta realidad, me llegó la pregunta clave: Por qué un mango en la boca, otro en cola esperando y una bolsa repleta de mangos. Hago la respectiva encuesta, porque si no hay encuesta no hay ciencia. Pregunto a los transeúntes: ¿Por qué mango? La respuesta era inmediata: ¿Mango? ¿Mango? ¿Qué es eso hija er diablo?
Cada uno de los encuestados me muestraba la fruta magnoliophyta y toda la muestra (100%) me dice: "ah si". Eso ahora aquí se llama "mata ruido". ¿Por qué mata ruido?. El 100% respondió: Si hay ruido en las tripas, métele mata ruido (o sea mango) al buche y el estómago entrara muy rápido en un placentero y relajante silencio.
Esto se explica (en parte) por la teoría de Emigdio Malaver sobre la Venganza de la mata de mango. Emigdio cuenta que en un pueblo de Margarita, que es Tacarigua, un mata de mango se volvió una referencia. Dice Emigdio:
"La exuberante planta después se convirtió en referencia del pueblo, por eso se escuchaba: "Te espero bajo la mata de mango". "Ahí cerquita de la mata de mango". "Esa casa queda cerca de la mata de mango". Y por tanto dicho árbol era algo importante en el lugar" Este "Te espero bajo la mata de mango" tiene toda clases de implicaciones": Amorosas, Políticas, sexuales. Si oyes en Margarita: "Te espero bajo la mata de mango", mosca.
Luego cuenta Emigdio: "(...) los niños no dejaban madurarlos y como no podían treparse en sus ramas, comenzaban a tirarle piedras para tumbar las frutas tiernas, que al final quedaban en el suelo, pues los traviesos chiquillos, lo hacían por maldad y por hacer apuestas para ver quién era él que más tumbaba mango verde, y eso les parecía diversión".
La mata se molesto y un día, según el cuento, los niños "sintieron una lluvia de piedras y hasta observaron que las ramas de la mata de mango se movían de un lado a otro y de ahí salían las pedradas, lo cual los hizo huir despavoridos, para no volver más nunca a tirarle piedras al árbol, sobre el cual nunca supieron que éste había planeado su venganza, al guardar en sus ramas, varias piedras tiradas por ellos, para emprender tan increíble acción"
Hoy, producto de la venganza de la mata de mango, ya, además de "Te espero bajo la mata de mango" y "esa casa queda cerca de la mata de mango", se oye en Margarita vamos a la mata de mata ruido a poner el motor del estómago en silencio.
Esta nueva teoría coincide con la moraleja de este cuento: de la mata de mango, que según Emigdio es esta: "Alos árboles como a las personas, se les debe respeto, por muy inocentes que parezcan, porque no se sabe cómo van a reaccionar"
Póngale cuidado a esta moraleja que es la conclusión más importante de esta investigación. Ya los niños y niñas de Margarita quieren mucho a la mata de mata ruido.
Los líderes de Venezuela (Todos, aunque unos más que otros) debe estar pensando en esta moraleja, "porque nadie sabe cómo van a reaccionar"
Nota: El folleto de cuentos de Emigdio Malaver tiene por título "La Venganza de la mata de mango". Es un bonito folleto que dispone de 11 cuentos y todos desarrollan la idea de un respeto por los arboles y las personas. Son muy buenos cuentos, que debería estar en la biblioteca de los hogares para el "consumo" de los niños y niñas. Lo Recomiendo.