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En el cine Pichincha (1930) se observa la decoración geométrica, la forma escalonada y la continuidad del volumen que asemeja las características de un trasatlántico.
El estilo, entendido como la forma constante del arte, del individuo o de un grupo, según Schapiro, permite interpretar los modos en que una determinada sociedad se relaciona con su entorno; en este sentido se convierte en una herramienta de diagnóstico que puede ser usada como evidencia cultural que se corresponden con determinadas intenciones ideológicas.
El arte decó se caracteriza por un lenguaje, que si bien conserva elementos de la arquitectura academicista como la simetría, la decoración, la distribución axial de la planta, utiliza un lenguaje geométrico y alegórico, intentando alejarse del vocabulario de la arquitectura clásica. Con su énfasis geométrico y adecuación a la producción industrial del siglo XX, otorga a las formas como expresión del "movimiento moderno" y de alejamiento del eclecticismo, fluctuando entre el lenguaje sencillo de uno y la redundancia del otro.
Aparecen sus rasgos en obras que corresponden a las dos variantes estéticas del estilo, el ‘zigzag’ con sus formas redondeadas y el ‘stream line’ con la acentuación de la verticalidad y el escalonamiento de la corniza, así como la utilización de techos planos escondidos detrás de parapetos decorados que contribuyen a destacar el edificio dentro del conjunto. De esta manera, se muestra una mayor adhesión a la modernidad, al "marca el inicio de la nueva era", como lo planteó Sato, en el cual se enfatiza en la sobriedad de la decoración y en la incorporación de nuevos materiales.
En Cumaná, gran parte de nuestro entorno, lleva la inequívoca impronta del Art Decó, es un auténtico capítulo en la historia de la arquitectura; el periodo de la transición a la modernidad, entre las décadas 30 y 50 del siglo XX, está plagado de edificios de este estilo. Desde la década del treinta se había comenzado a introducir, ocupando un papel fundamental en la transición del historicismo hacia la arquitectura moderna.
Esta corriente estilística fue significativa, según se puede apreciar por la cantidad de obras de arquitectura aún existentes en distintos sectores de la ciudad de Cumaná. De allí, que se busca reconstruir la imagen arquitectónica de la primera mitad del siglo XX, surgiendo el arte decó como una de las manifestaciones de la nueva modernidad que se comenzaba a imponer en sustitución de los códigos estéticos del pasado.
A partir del inventario de la arquitectura de la "Cumaná premoderna", surgió el arte decó como una de las manifestaciones de la nueva modernidad que se comenzaba a imponer en sustitución de los códigos estéticos del pasado, que si bien conservaba elementos de la arquitectura academicista como la simetría, la decoración, la distribución axial de la planta, utilizó un lenguaje geométrico y alegórico que reprodujo arquetipos pre-hispánicos, intentando alejarse del vocabulario de la arquitectura clásica.
Aparecen sus rasgos en obras que corresponden a las dos variantes estéticas del estilo, tal cual se dio a nivel internacional, el ‘zigzag’ con sus formas redondeadas y el ‘stream line’ con la acentuación de la verticalidad y el escalonamiento de la corniza, así como la utilización de techos planos escondidos detrás de parapetos decorados que contribuyen a destacar el edificio dentro del conjunto. De esta manera, se muestra una mayor adhesión a la modernidad, se enfatiza en la sobriedad de la decoración y en la incorporación de nuevos materiales.
Se reconocen sus rasgos en obras eclécticas como la Plaza Bolívar y el edificio neoclásico Palacio de Gobierno de Cumaná, diseñados por Julián Martín Pascual (1930), en las cuales combinados con almohadillados y balaustradas neo-renacentistas encontramos un lenguaje geométrico y alegórico que reproduce arquetipos pre-hispánicos del arte decó. Asimismo, el Internado Judicial de Cumaná y el Aeropuerto de San Luis, en los cuales se combinan rasgos del "art decó", con el "art nouveau" e influencias mediterráneas.
En la calle comercio y en el sector Puerto Sucre, ostentan todavía varias de estas edificaciones con un art deco popular. Sin embargo, esta influencia determinante, principalmente en los edificios que albergaban nuevas funciones, tales como en la decoración de salas de cines, fue erigido siguiendo las líneas del nuevo estilo, variante entre un arte decó culto y otro popular: en el cine Paramount, actual teatro Luis Mariano Rivera; el cine Humboldt; el cine Nueva Esparta; el cine Ayacucho y el cine Pichincha, este último diseñado también por el ingeniero Julián Martín Pascual (1930), en la cual se observa la decoración geométrica, la forma escalonada y la continuidad del volumen que asemeja las características de un trasatlántico.
El estilo del arte decó fue utilizado tanto por la élite emergente que surgió apoyada en el boom petrolero, como por los gobernantes de turno para las edificaciones relacionadas con la salud y la educación. Abarcó usos que se extendieron desde lo comercial, lo recreativo, la salud, lo educativo hasta lo social, como expresión de la nueva modernidad que luchaba por imponerse en sustitución de los códigos estéticos del pasado decimonónico. Al analizar la producción estilística con características del arte decó, realizada durante los años 30 al 50, se puede inferir el imaginario de parte de la sociedad cumanesa de ese momento; las aspiraciones desde una determinada posición social, no en cuanto a los orígenes históricos del estilo sino, en cuanto a qué quería trasmitir ese colectivo cuando lo utilizó para expresarse.
La coherencia estilística del paisaje, a partir de la construcción extendida del arte decó en Cumaná, le impartió aires de modernidad al área central de la otrora ciudad-puerto. Esta ciudad estuvo hasta entonces conformada por edificaciones coloniales, historicistas y eclécticas, revalorizó ese importante sector comercial, que había quedado afectado como consecuencia del terremoto del 1929, también coincidente en el año con la llegada de la expedición del Falke, por la destrucción de casi todas sus viviendas y derrumbe de sus edificaciones.
¡Que se abran cien flores y florezcan cien escuelas de pensamiento… ¡
Nota: Este artículo fue tomado del libro inédito del mismo autor: "En la otra ciudad. La arquitectura de Cumaná de los últimos 130 años".
Tusa, Alfonso (1989). El cine Pichincha. [Fotografía]. Disponible: http://www.el-nacional.com/noticias/papel-literario/diez-lugares-desaparecidos-cumana_262466