"[…] aquella porción de la ciudad en la que uno puede desplazarse fácilmente a pie o, diciendo la misma cosa en forma perogrullada, la parte de la ciudad a la que no se tiene necesidad de volver, ya que precisamente se está allí". Nos remitimos a un concepto de ciudad definido por Perec [1], como para hacer más comprensible la existencia de un asentamiento autónomo de crecimiento espontáneo y de carácter suburbano, distinta del "área de interés histórico".
La imagen de este nuevo núcleo quedó signada por la arquitectura implantada con toda su capacidad de intrusión foránea en el territorio, donde paralelamente habían comenzado a construirse casas emblemáticas de estilo decimonónico y edificaciones de carácter neocolonial, destinadas a las elites herederas de la actividad agroexportadora, dedicadas ahora al intercambio comercial.
Se trataba del abandono del área de interés histórico por una parte significativa de la población, que pasaba a ocupar el territorio del nuevo lugar. Pues, durante mucho tiempo subsistió la escisión entre las dos ciudades, mientras la población crecía y se localizaba en los espacios vacíos que separaban los dos asentamientos: "el núcleo histórico-tradicional y la otra ciudad", las cuales nos sugieren la existencia de dos tipos de sociedades conviviendo en espacios distintos pero formando parte de un mismo conglomerado urbano.
LA IRRUPCIÓN PETROLERA DE LOS AÑOS TREINTA
El subperíodo 1931-1950, uno de los lapsos coyunturales de más intensos cambios en el proceso histórico coincidente con el oscurantismo atribuido a Gómez terminó con la renovación democrática del quinquenio presidencial del general Eleazar López Contreras (1936-1941), Ministro de Guerra y Marina en el gobierno de Gómez, quien propició la transición de la dictadura a la democracia. Le siguió en la presidencia otro gomecista, el general Isaías Medina Angarita (1941-1945), cuando fue depuesto por el golpe de estado del 18 de octubre. Se instauró una Junta Militar de Gobierno (1948-1950) que dió paso al gobierno de Rómulo Gallegos, derrocado en el mismo año por un nuevo golpe de estado.
Se trata de un período dominado en su primera parte por la crisis económica mundial iniciada en 1929, que se supera a partir de 1940, debido a la Segunda Guerra Mundial, de gran impacto en la economía nacional y local por el aumento en la demanda de petróleo y la irrupción petrolera de los treinta. El violento impacto de la recién nacida industria petrolera se había hecho sentir sobre las ciudades en Venezuela; con la instalación de esta actividad industrial, por primera vez se hacen visibles los síntomas de la degradación urbana y social propia de las ciudades industrializadas.
En Venezuela se determinó una coyuntura económica que articula el ocaso definitivo del sistema mercantil agroexportador con el inicio del sistema capitalista mineroexportador siendo éste un momento marcado por el ambiente de entre guerras y de la Segunda Guerra Mundial que signó la decadencia definitiva del protagonismo comercial de los europeos alemanes y dió inicio a la implantación de los valores de la cultura norteamericana.
En efecto, se consolidaron los primeros suburbios populares; es decir, los vecindarios residenciales que se extendieron entre los suburbios lineales y crecieron a partir de ellos; espacios que fueron el asentamiento de una emergente clase media-baja, integrada por trabajadores y obreros, que surgió como consecuencia del impacto industrial petrolero.
El crecimiento de las principales ciudades se realizó, fundamentalmente, desde la fundamentación teórica del ensanche, sin dejar de considerar que el resto de los procesos de construcción de la ciudad contemporánea son subsidiarios de procesos representativos de los inicios de la ciudad moderna. El estudio de la data de la época reportó que al analizar la implantación y desarrollo del ensanche, así como de otros procesos simultáneos, estos condujeron al agotamiento del modelo urbano predominante.
El proyecto de ensanche fue dirigido a ocupar los terrenos sobre los cuales debería producirse la expansión controlada para nuevas edificaciones, limitándose a una simple demarcación del área hacia la cual debía crecer la ciudad. Allí se expresó la denominación de la "zona de ensanchamiento" en las afueras de la población, limitándose a una simple demarcación del área hacia la cual debía crecer la ciudad, con base al empleo de la cuadricula, el tipo de edificación, los servicios de infraestructura y los equipamientos urbanos.
Los referentes nacionales se encuentran a finales de la segunda década del siglo XX, Caracas y Maracaibo al quedar expresada en la "Ordenanza sobre terrenos ejidos", que teóricamente las municipalidades utilizaron. A mediados de los años veinte, Caracas y Maracaibo decretan la elaboración de los proyectos de ensanche respectivos, se designa con el nombre de ensanche de Maracaibo la "zona de ensanchamiento" para ser urbanizada con base al empleo de la cuadricula, el tipo de edificación y los servicios infraestructura y los equipamientos urbanos.
En la construcción de las principales ciudades de Venezuela, más que un plan, el ensanche como instrumento urbanístico, constituyó un proyecto, por lo que no corresponde a una visión integral del todo urbano, ya que se trataba de facilitar el crecimiento de la ciudad más que de ordenar la ciudad. Significa, entonces, una superficie acotada dentro de la ciudad propuesta a ser urbanizada, en la cual se define una zona destinada para que se extiendan el tipo de edificación, los servicios infraestructura y los equipamientos urbanos: el ensanche se distingue como una urbanización o un parcelamiento residencial periférico, donde debería existir la continuidad urbana a través de la trama y el tejido.
La idea del ensanche permitió la aparición del modelo urbano que necesitaba la burguesía como instrumento urbanístico, al manifestar una insuficiente comprensión del hecho urbano global y del papel que en él desempeñaban el poder económico que se estaba haciendo presente en el crecimiento de la ciudad. De esta manera, quedó sin atender la demanda creciente de vivienda para las clases sociales de menores recursos, lo que generó la aparición de la urbanización marginal en las zonas periféricas.
Este mecanismo de producción de la ciudad logró imponerse sobre las preexistencias rural-urbanas, que por el contrario pasaron a ser dominantes una vez que se abandonó el modelo, imponiéndose desde entonces un urbanismo producto de la agregación de desarrollos puntuales (charas) vinculados a través de un deficiente sistema vial.
El ensanche de Cumaná abarca un período de tres décadas (1945-1975), pudiéndose diferenciar tres etapas en el proceso de expansión, los cuales se limitaban en su mayor parte a un simple trazado y desmonte de las calles, sin otra intervención al nivel de infraestructura, buscando establecer un orden en la rápida creación de solares urbanos que ofrecer al mercado inmobiliario. Se diferenciaron las fases de ocupación, construcción y transformación, con la delimitación de la respectiva zona del ensanchamiento:
-
El primero 1931-1950, con la fase de "ocupación" del ensanche, la zona fue dirigida en los terrenos sobre los cuales se produjo la extensión suburbana, limitándose a una simple ocupación del área hacia la cual creció la otra ciudad, localizándose sobre las planicies sur, norte y oeste, separada de la ciudad vieja varios kilómetros por terrenos de difícil urbanización. Es el proceso de localización de la zona del ensanche dirigida en los terrenos sobre los cuales se produjo la extensión suburbana, limitándose a una simple ocupación del área hacia la cual debería crecer la otra ciudad.
-
El segundo 1951-1970, con la fase de "construcción" del ensanche, https://www.aporrea.org/regionales/a294131.html, la zona se consolidó como forma dominante de la ciudad para las clases bajas y medias. Corresponde a la construcción del ensanche en las planicies norte, oeste y sur, producto de las operaciones inmobiliarias como forma dominante en la construcción de la ciudad, alcanzando su punto culminante a finales de la década de los setenta.
-
El tercero 1971-1990, con la fase de "transformación" del ensanche, la ciudad se expande sobre el territorio a partir de nuevas formas de construcción sobre las planicies sur y oeste. Comprende la integración de estas diversas tramas en una sola, en esta fase la ciudad se expande sobre el territorio, mientras se inicia un proceso de sustitución tipológica y de concentración de nuevas formas-funciones de construcción.
En las fases de "ocupación", "construcción" y "transformación", los grupos sociales que vieron sus opciones limitadas ante la carencia de recursos y su exclusión de la oferta pública, propiciaron la creación de la ciudad informal. Este fenómeno de ocupación marginal empieza a extenderse también a las tierras llanas entre el viejo aeropuerto San Luis y las costas del golfo de Cariaco y del rio Manzanares, siendo objeto de una evidente exclusión social y de una segregación en el espacio urbano. Este cerco a la ciudad construida, bordeando los márgenes de los desarrollos aislados del sector, supuso que los nuevos crecimientos formales no pudieron ser extensión de los existentes y debieron "saltar" los asentamientos irregulares, creando periferias interiores que segmentan la continuidad de la ciudad formal.
LA ESTACIONARIEDAD DE LA POBLACIÓN URBANA
En Venezuela, según Bello [2], los porcentajes de la población residente en ciudades de 100.000 y más habitantes en áreas urbanas y rurales en los censos de 1936 (34,7%:65,3%) y de 1941 (39,4%:60,6%), lo que muestra que casi la mitad de la población del pais se encontraba en las grandes ciudades, con los problemas creados por el brusco crecimiento de esas aglomeraciones. El éxodo campesino hacia los núcleos urbanos, sus causas deben vincularse con la dislocación de la agricultura tradicional y el medio rural, por consiguiente, el resultado hizo que la proporción entre la población rural y urbana en el país se invirtiera de manera total con respecto a lo que prevaleció en el año de 1926.
El INE [3] expresó que el impacto poblacional en áreas urbanas y rurales que sobre el Estado Sucre en el censo de 1936 de apenas 262.349 habitantes (27.4%:72.6%) pasa en el censo de 1936 a 291.452 habitantes (37.6%:62.4%), lo que revela un declinamiento progresivo de la población rural en referencia a la urbana y por consiguiente el abandono de la tierra y las tradiciones productivas, arruinando la agricultura y la producción artesanal.
Además, indicó que el censo de 1936 la ciudad de Cumaná albergaba 21.623 habitantes, mientras que el de 1941 la ciudad contaba con 25.893 habitantes, lo que indicó, según Pérez Quijada [4], una tendencia a la "estacionariedad" en el número de la población urbana con relación al lapso de los censos de 1920-1926. En efecto, la densidad de Cumaná para 1936 fue de 90.18 personas/km2., lo que denuncia el tránsito de una sociedad rural a la modalidad del hábitat urbano, una tendencia a la híper-concentración en los asentamientos no planificados y la profundización de los desequilibrios existentes.
LA FASE DE "OCUPACIÓN" DEL ENSANCHE
En Cumaná el plan de ensanche fue dirigido en los terrenos sobre los cuales se produjo la extensión suburbana, limitándose a una simple localización del área hacia la cual creció la "ciudad vieja". La fase de "ocupación" del ensanche fue promovida como una forma de construcción ordenada de la ciudad en respuesta al brusco crecimiento poblacional rural a urbano y la actividad inmobiliaria propiciada por los inicios y consolidación de la actividad pesquera, que estaba provocando el desbordamiento a partir de un crecimiento desordenado en su periferia.
Este proceso de ocupación del ensanche provocó grandes cambios en la estructura urbana de la densificación ciudad histórica por incremento de las viviendas tradicionales, en su gran mayoría de una sola planta, sin que se produjese la aparición de nuevas tipologías en su interior, al tiempo que se generaba una intensa actividad inmobiliaria en torno a la ciudad histórica en varios desarrollos que produjeron ensanchamientos de traza irregular, separados por terrenos irregulares.
Para hacer más comprensible la existencia y la concepción de esta idea con una actitud metodológica que estribó, básicamente, en dirigir el plan de ensanche a la "ordenación por sí sola", es decir, en distinguir la expansión en un momento previo de ordenación del suelo de las fases posteriores de "urbanización y edificación".
LA ORDENACIÓN POR SI SOLA
Cumaná inició su transformación de polo director del circuito agroexportador del oriente venezolano a centro de operaciones de la explotación pesquera del pais, cuya expresión más significativa desde el punto de vista urbano fue el surgimiento de un asentamiento de población separado y diferenciado de la ciudad tradicional, tanto por su localización geográfica como por la morfología del tejido urbano. La ciudad, que había mantenido hasta entonces la compacta trama urbana colonial, atraviesa por un primer proceso de dispersión y desintegración que se manifiesta tanto en su morfología como en la manera en que los habitantes la usan.
El nuevo asentamiento concentró las nuevas residencias de la elite comercial cumanesa, acompañadas de actividades complementarias como clubes y escuelas, conformando un espacio urbano de anchas avenidas y edificios aislados. El resto de las actividades continuaron concentradas en la ciudad histórica, que mantenía la estructura heredada de la cuadricula hispanoamericana y las edificaciones continuas desarrolladas durante el siglo XIX.
Para hacer más comprensible la existencia y la concepción de esta idea con una actitud metodológica que estribó, básicamente, en dirigir el plan de ensanche a la "ordenación por sí sola". En efecto, para interpretar de manera cabal la existencia de este nuevo núcleo hay que remitirse a la división del territorio de la ciudad de Cumaná en tres zonas (Figura 1):
-
La primera, constituida por la planicie urbana, comprendía en sus límites el núcleo fundacional y el primer barrio de la ciudad heredada del siglo XIX, entendida y reforzada como centro político y comercial.
-
La segunda, la planicie periurbana, que se distinguía como "nueva periferia"que abarcaba los terrenos sobre los cuales debería producirse la expansión de la ciudad y la creación de un nuevo asentamiento fuera del núcleo histórico-tradicional, concebido como un "salto hacia afuera" del territorio consolidado de la traza colonial.
-
La tercera, la planicie rural periférica, su materialización respondió a lo dispuesto en el plan de ensanche del Sistema de Riego de Cumaná (SRC) del año 1945.
Sin dejar de lado el carácter "regulador" que ejerció el Concejo Municipal sobre las edificaciones que se construían en la ciudad de Cumaná, acentuó la diferenciación entre el nuevo asentamiento y el núcleo histórico. El resultado de semejante proceso fue la desintegración de un ámbito urbano implantado de larga data y la creación de un lugar moderno que ofreció otra organización espacial, constituida por un tejido urbano diferente.
Se trataba del abandono del recinto histórico por una parte significativa de la población, que pasaba a ocupar el territorio del nuevo asentamiento. Durante este subperíodo subsistió la escisión entre las dos ciudades, mientras la población se localizó en los espacios vacios que separaban la zona rural de los otros dos asentamientos.
De lo expresado, estas zonas urbanas cabalgaron de manera simultánea al propiciar un espacio de transgresión y decadencia, "el locus de la memoria colectiva", como lo definió Rossi [5], el lugar de intercambio simbólico entre los ciudadanos y su circunstancia.
LA PLANICIE PERIURBANA
La planicie periurbana, que se distinguía como "nueva periferia" en la cual se reprodujeron las mismas concentraciones de pobreza en alta densidad y fragmentación del suelo, que abarcaba los terrenos sobre los cuales debería producirse la expansión de la ciudad, aquí se optó por las construcciones pareadas y continuas en la parcela, como la creación de un nuevo asentamiento fuera del núcleo histórico-tradicional, concebido como un "salto hacia afuera" del territorio consolidado de la traza colonial.
A partir de las obras de equipamiento urbano, el Aeropuerto de San Luis (1.942), en sus áreas cercanas se construían las viviendas informales que dieron inicio a un proceso de "urbanización" autónomo. El ensanche oeste, como instrumento de control, estuvo basada en una cuadrícula extendible sobre el territorio, donde la construcción y la edificación es un proceso posterior. Esta planicie periurbana, nos permitió apreciar un momento singular en la historia urbana de la ciudad cuando existió la voluntad política para imponer sobre la ciudad su crecimiento.
La fase de "ocupación" del ensanche en el subperíodo 1931-1950, representó para Cumaná una etapa de crecimiento de la ciudad premoderna, con las nuevas tipologías arquitectónicas, con lo cual desapareció el techo a dos aguas y se impone la placa plana de hormigón armado surgiendo la vivienda de platabanda; las fachadas se liberan de toda referencia académica imponiéndose el muro liso y puro, los pequeños ventanales son sustituidos por las ventanas estandarizadas de romanilla de vidrio y acero.
En los años 30, nos encontramos con la obsesión por los valores físicos-espaciales como base de la cultura arquitectónica de la época, al romper con las paredes de la antigua concepción formal, para que el espacio vacío llegara lateralmente a las construcciones y el automóvil careciera de obstáculos para moverse y estacionarse. La nueva ocupación del suelo de la entonces Plaza Bolívar, libera espacio porque frente a las superficies cuadradas de antes, ahora aparecen sólo líneas o puntos correspondientes a las trazas de los volúmenes de los edificios de la Gobernación del Estado Sucre, el inicio del trazado de la red de cloacas de la ciudad, el acueducto de Cumaná (1932-1935) y la reparación de la avenida Bermúdez (1933), el Internado Judicial de Cumaná (1936-1939), como expresión de ese mecanismo de producción de la ciudad, que no logró imponerse sobre las preexistencias rurales.
En los años cuarenta, Cumaná se transforma con la acentuación de la segmentación urbana, con la intensificación de la diferenciación producto de una cada vez más señalada segregación de fracciones de clases, con la diferenciación funcional por la presencia o ausencia de servicios infraestructurales y equipos de consumo colectivo, el Aeropuerto de San Luis (1942), reforzó la unidad urbana de la ciudad a través de una vialidad estructurante de la avenida del mismo nombre y el Flume o sector aéreo del canal (1942), que nos lleva a diferenciarla en dos grandes áreas a las que podríamos llamar la "ciudad", donde aparece como añoranza de calles y plazas, y la "no ciudad" que ha perdido su función de camino y exhibición, la primera, por las razones explicadas de comunicación y reunión, la segunda, porque la comunicación se obtiene por los equipos divisibles y las reuniones cívicas subsisten.
El crecimiento de Cumaná se yuxtapone a la ciudad histórica-tradicional con la intención de ordenar sus bordes, dado que las características irregulares del territorio en torno a ella propiciaron un proceso conducente a la configuración del ensanche, en el cual se diferenció la fase de ocupación y la delimitación de la respectiva zona del ensanchamiento. Sin embargo, el país se hacía urbano y la ciudad de Cumaná premoderna no podía quedar atrás, el gobierno nacional presidido por Isaías Medina Angarita (1941-1945), ejecutó un conjunto de quince (15) obras, en el marco de la celebración del sesquicentenario del natalicio del Mariscal Antonio José de Sucre:
-
Educacional: las Escuelas República Argentina, Marcos Antonio Saluzzo (Figura 2), Pedro Arnal, el Liceo Antonio José de Sucre y el Seminario de la Arquidiócesis de Cumaná.
-
Gubernamental: la Casa Municipal de Cumaná.
-
Salud: los Hospitales General y el Antituberculoso.
-
Residencial: la Ciudadela o Barrio Sucre.
-
Social: el Club Gran Mariscal.
-
Servicio: el Mercado Viejo, la red de cloacas, acueducto, asfaltado y el sistema de canales de riego.
Estas quince obras de la fase de "ocupación", permitieron la extensión a la ciudad histórica-tradicional, con la incorporación de una efectiva combinación entre los postulados racionalistas importados y las redescubiertas condiciones del medio ambiente local, lo cual llevó la inequívoca impronta de la arquitectura "art decó"
BIBLIOGRAFÍA
[1] PEREC, G. (1999). Especies de espacios. España. Editorial Montesino. Traducción de Jesús Camarero.
[2] BELLO F. (1986). Morfología Socio-Espacial de la Ciudad Industrial Venezolana. Barrios et ranchos. La response au problema dulogenebt dans la ville industrielle de Valencia. Venezuela. Valencia, material mimeografiado.
[3] INE: Censo General de Población: Censo VI y VII y estimaciones de Pérez Quijada, F. (2014:52-71).
[4] PÉREZ QUIJADA, Freddy (2014). Cero ingenuidad, los números hablan. Cumaná-Venezuela. Editoriales Radoca C.A.
[5] ROSSI, A. (1979). La arquitectura de la ciudad. Barcelona- España. Editorial Gustavo Gili. Colección "Arquitectura y crítica". Traducida en castellano.
[6] UEDA-Sucre (1967). Trabajo de Investigación. [Consultado: lunes, 02 de octubre 2018].
ANEXOS:
FIGURA 1. LA FASE DE OCUPACIÓN DEL ENSANCHE. EL SUBPERÍODO 1931-1950. LAS PLANICIES NORTE Y OESTE
1950. [Montaje gráfico de reconstrucción hipotética sobre el Plano de Ordenamiento Urbano de la ciudad de Cumaná del año de 1992].
FIGURA 2. LA ESCUELA MARCOS ANTONIO SALUZZO
Anónimo. (2013). La Escuela Marcos Antonio Saluzzo, [Fotografía]. [Gráfico de elaboración propia en marzo de 2016].
FIGURA 3: texto tomado del libro inédito del mismo autor.
Título de la obra: Cumaná, la otra ciudad. La arquitectura de los últimos 130 años. Período 1890-2020 y proyecciones 2030 y 2050. Línea de investigación: Historia urbana local. Mayo, 2019.
Diseño de la portada: Martel, A. (1995-97). Mundo, magia y memoria de Cumaná. Acrílico sobre tela. 130 x 80 cm. [Fotografía].
Martel, A. (1995-97). "Durante la realización de esta pintura, dos años consecutivos, sucedieron en Cumaná hechos de relevancia mundial: En el año 1995, Conmemoración de los 200 años del Natalicio del Gran Mariscal de Ayacucho y la II Bienal Internacional del Arte en el año 1997. La ciudad, la que siempre ha existido entre su río y el golfo, fue atendida. La cotidianidad, seguía al ritmo de sus personajes, esos que le dan vida, allí están representados, interactuando como siempre, mientras le remozaban las áreas de mayor tránsito, avenidas y parques, para recibir a altos dignatarios del Caribe y de la América del Sur. Luego, también fuimos visitados por Artistas de la Plástica Mundial, venezolanos y extranjeros, para confrontar sus obras en un ambiente cálido y festivo como lo fuera la instalación, por más de un mes, de la Bienal".