Perdimos Los Roques Sr. Presidente ¿Qué queremos?

A días de la publicación de la primera nota sobre este tema en El Nacional Web y en la Página Aporrea.org, seguimos sintiendo los efectos del revuelo que causamos ante la opinión pública, de la cual hemos recibido cantidades de muestras de apoyo y solidaridad; la familia regada por el país comiéndose las uñas y enviándome oraciones y rogando a Dios que salga bien de esta cruzada y los amigos y vecinos sorprendidos de que yo, que he demostrado mi amplio apoyo al gobierno nacional y al chavismo esté siendo víctima de tamaño abuso de parte del mismo equipo de gobierno que tanto defiendo.

A todos les digo, gracias; en cuanto al apoyo al socialismo es convicción política inalterable y que no cambia por efecto de las acciones individuales de quienes, aunque representen organismos del estado, no representan al chavismo en el que creo. Seguidor de Hugo Chávez y admirador de Nicolás Maduro me he declarado en mis artículos publicados, pero a ambos les hice alguna crítica en cosas puntuales, sin que eso amerite que me tilden de ningún modo; eso no me impide defender mis derechos ante los atropellos. En defensa de nuestro país y sus circunstancias tengo publicado un libro titulado "Opinión Crítica en Tiempos de Revolución" que una editorial alemana me colocó en Amazon y que nadie ha comprado nunca pero que quiero reeditar y ya tengo escrita la segunda parte.

Aclarado ese punto ideológico continúo, esta lucha por el barco Los Roques no es nueva, sólo que ya cansado de ver mancillados mis esfuerzos y burlados mis intentos por salvar mi único bien decidí abrir la puerta para qué pase el público; se que muchas manos en la olla ponen el caldo morao pero estando, como lo estábamos, en las sombras; nos encontrábamos en una posición de indefensión total.

¿Que motivó está acción?

Que por segunda vez desde que estamos ahí, expulsaron a los tripulantes de la embarcación dejándola a merced de quien quiera entrar en ella y despojarla de lo que le quede, ya eso lo hicieron una vez y el robo del que fuimos victima en ese entonces sumó más de sesenta mil dólares en equipos de navegación, bombas sumergibles, bombas de achique, bombas hidráulicas del timón, equipos de señalización del sistema mundial de socorro (GMDSS, que de paso no le sirven a nadie porque están codificadas para la embarcación) que son los que activan los operativos de búsqueda y rescate del barco o de los tripulantes en caso de un siniestro o emergencia. la sustracción o destrucción de esos equipos constituye un crimen de lesa humanidad pues deja indefensos a los tripulantes ante una emergencia.

Entonces, imposibilitados como estamos de entablar conversaciones con la gerencia de PESCALBA, que dice (lean bien) dice, porque casi nunca, por no decir nunca, escriben nada, que les debemos DOSCIENTOS CINCUENTA MILLONES DE DOLARES, cifra absurda que ni se cuanto es, ni cuantas líneas lleva en escribirla en la moneda nacional que teníamos hace apenas semanas, tomé la decisión de abrir las puertas a todo el que quisiera pasar a ver lo que sucedía, recordando al General de los generales, el Libertador Simón Bolívar cuando dijo: "La mayor de todas las fuerzas es la opinión pública".

En el artículo titulado "Perdimos Los Roques Sr. Presidente. Quién soy y por que Los Roques" resumí en largas cuatro cuartillas quien soy yo y de dónde salió ese barco; eso lo escribí porque me llegaron rumores de que se comentaba que Los Roques era un "barco fantasma de dudosa procedencia, cuya cara visible era un tal Oscar Jiménez testaferro de quien sabe quien…" Yo soy Oscar Jiménez y ese aunque ya no sea mi barco en su totalidad, porque está compartido en sociedad, lo obtuve en forma comprobablemente lícita, no soy ni somos de "dudosa procedencia"

Al día siguiente de la publicación de mi artículo denuncia por parte del Nacional Web y el portal Aporrea.org, recibí una llamada en tono cordial (no puedo decir otra cosa) del gerente de Pescalba, para expresarme que el Ministro del Poder Popular para la Pesca y Acuicultura estaba muy molesto porque mi artículo era ofensivo y difamatorio hacia su persona debido al uso de la expresión "Mi único bien, obtenido con tanto sacrificio, el barco M/N "Los Roques" se pierde por efectos de muchas cosas, la última de estas y la más mortal: la extorsión de que fuimos objeto en las instalaciones de la "Empresa Socialista del Alba" Pescalba." Bueno seguramente los leguleyos que ven con lupa lo que puede servirles ya estarán armando expedientes de acciones contra el uso de una palabra y borraran las tres mil doscientas palabras restantes que en el fondo son las que realmente los afectan.

Yo no soy abogado ni tengo como pagar los servicios de uno y si he de ir preso por eso, pues ni modo; ya sabía que la acción de abrir la puerta al público traería sus consecuencias y si no fuera por esa palabra sería por algún acento mal puesto o una como mal usada y quizás estén en eso, ellos verán. Lo cierto es que el problema es más profundo que eso.

El gerente en su llamada me dice que el Ministro me ordena comparecer en su despacho el próximo martes 16 del corriente a las diez de la mañana; como es su costumbre no hay notificación escrita y por supuesto sólo tengo el registro de la hora de la llamada más es imposible tener lo conversado; preocupado (por qué no decirlo) preocupado porque uno no sabe que quieren ni en que andan, organicé con los otros socios del barco que están en el centro del país para que asistieran ellos; uno de ellos llamó al gerente ayer para tratar de posponer el encuentro para el jueves y su respuesta fue "Tiene que estar el martes a las diez" "Pero es que ese día no podem…" "Ya veremos si no pueden" interrumpió el gerente y le cortó la llamada.

No sé, pero creo que lo legal, lo jurídico, si hay una ofensa de alcance jurídico, sería que la secretaria de lo Ministro nos remitiera comunicación formal para esa cita; sin embargo estamos dispuesto a aceptar la invitación por las buenas sin necesidad de correspondencia formal.

Pero, ¿Realmente que queremos con todo esto? Una sola cosa: Que nos devuelvan el barco o mejor dicho lo que queda de él. El Ministro de Pesca hasta hace poco nos exigió de alguna manera, sin llegar a extremos que nos hicieran pensar el que nosotros o el barco corriéramos peligro alguno, que sacáramos el barco de las instalaciones; incluso llegó a decirnos (de manera verbal, por supuesto) que la deuda no era lo más importante sino que desocupáramos las instalación para ellos darle mejor uso al espacio, cosa en lo que estamos totalmente de acuerdo y es su derecho.

¿Qué queremos? Sólo queremos que nos deje sacarlo de ahí, no entendemos por que el cambio de actitud y ahora nos exigen si no pagar más de doscientos millones de dólares por lo menos negociar en base a esa cifra, ¿Qué podemos negociar así? Por más que nos rebajen jamás podríamos complacer sus requerimientos. Eso es un absurdo totalmente, ese barco nuevo no cuesta cinco millones de dólares y así como está hemos buscado quien nos ofrezca cien mil y nos hemos encontrado que en Estados Unidos con doscientos mil dólares compras tanqueros, cargueros, o barcos similares a los Roques (además quien en su sano juicio puede hablar de doscientos cincuenta millones de dólares por un barco de 1945, a menos que en él se haya firmado la paz de la segunda guerra mundial y no lo sabíamos)

¿Qué queremos?

Queremos que nos devuelvan lo que queda del barco, no los pretendemos demandar por los daños que nos han causado en estos años, en los que, no sólo nos prohibieron el uso de herramientas de mantenimiento preventivo sino que nos impidieron echarle hasta una manito de pintura (por supuesto de manera verbal). Los ingenieros de Pescalba son profesionales y saben cómo funciona un barco, así que no pudo haber sido una maniobra casual y sin mala intensión el que nos amadrinaran barcos chatarras al costado para que se consumieran nuestra protección galvánica, como se ve en la destrucción de todas las barandas y bases de antena, y por supuesto en el casco de la embarcación a nivel de la línea de flotación.

En ese tiempo el barco se nos devaluó al extremo que la oferta más alta que alguien nos hizo por él fue sesenta mil dólares (eso cuestan sólo las maquinas principales) sin embargo no vamos a demandar a Pescalba por eso, asumiremos nuestra responsabilidad por la decisión de haber llevado el barco a esas instalaciones sin haber concretado con el inversionista que nos había prometido comprarnos una participación accionaria, como expresé en mi nota anterior.

¿Qué quiero?

Que este mal momento que tiene llorando y teniendo pesadillas a mis hijos y orando a mis hermanos y amigos termine y así, ahora sea un rancho flotante, sacar el barco de ahí.

Pero si me preguntaran ¿Que deseo o en que sueño? Desearía que asuman el daño que me causaron y me devuelvan el barco como mínimo como estaba cuando llegue ahí, y mejor aun.

Desearía que esta nota le llegue al presidente Maduro y así como, bajando del avión en San Vicente y las Granadinas, dijo palabras similares a las de la introducción de mi proyecto me ayudara a hacerlo realidad pues nunca es tarde para comenzar una buena empresa y darle trabajo directo a mas de cien personas, indirecto a un numero incontable y permitirme llevar a Venezuela en alto por el Caribe para que (como pongo en la introducción de mi proyecto) los caribeños nos conozcan e independientemente de sus gobiernos sea la amistad entre los pueblos nuestra mayor fortaleza en esta zona geográfica.

Por ahora, me conformo con que las autoridades del ramo me ayuden a lograr que los pocos tripulantes que tenemos regresen a efectuar sus funciones de custodia de la embarcación y les restituyan el servicio de agua y luz, mientras logramos salimos de ahí.



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Oscar Jiménez


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