Abominable blasfemia: Cardenal Baltazar Porras paseó por sangre y arena en la (Feria de Mérida), al santo José Gregorio Hernández…

  1. Encontrándose la arena caliente, tanto por la sangre derramada por los toros, como por el sol de estos días ardientes de verano (como nunca), … el alcohol que ardiente también corre como río por los gaznates fervorosos de los amigos de la fiesta brava, vemos recorrer la Monumental de Mérida "Román Eduardo Sandia", al cardenal Baltazar Porras, llevando en sus brazos la imagen del santo José Gregorio Hernández. ¡Entre que gentuza han metido al pobre Santo de los pobres! Ahora, a una banda de beatos, burdos y ridículos católicos les ha dado por celebrar "la tradicional procesión con la Virgen del Rocío en Mérida". En esta ocasión la han celebrado, encabezando la procesión, el experto en tauromaquia, don Cardenal Baltazar Cardozo, pero con llevando éste, llevando la imagen del santo José Gregorio Hernández. En esta ocasión Cardenal Porras, se apoderó de la imagen de San Gregorio, junto a toreros y toros, junto con la comisión taurina, con la banda musical, con los aficionados a los toros escanciando vino del bueno y del caro, con bailarinas de flamenco y organizadores de la fiesta, él pudo darse el gustazo de lo que más le ha emocionado en su vida. No es rezar, ni pedirle a Dios por los pobres, sino celebrar con la burguesía merideña las fiestas bravas en cada Feria del Ron (perdón, del Sol).

  2. No hay que olvidar que desde muchacho, a Baltazar Porras le cogió el gusto por lidiar becerros, y en una ocasión, en San Cristóbal, uno de ellos lo agarró por una nalga. Lo zarandeó feo. Por cierto, el director del diario "El Vigilante", el padre Eccio Rojo Paredes se atrevió a recoger tal hazaña en uno de sus comentarios taurinos, lo que provocó la ira del Baltazar quien de inmediato le declaró la guerra, expulsándolo del diario y sacándolo para siempre de la Curia merideña. Conservo muchos documentos de la familia del padre Eccio Rojo Paredes en los que ataca con bastante enojo a don Baltazar.

  3. No hay nada que a don Baltazar Porras estremezca más de emoción, repito, que una corrida de toros, y en eso, como en muchas otras cosas, se parece bastante a Carlos Andrés Pérez. En cada feria de Mérida vemos a don Baltazar en primera fila celebrando las embestidas a los toros, los borbotones de sangre que se desparraman por la arena, las "arteras y fabulosas verónicas", los descabellamientos, los lances con el capote y la espada, las bruscas estocadas, el derribo del toro con la garrocha desde el caballo, la bestialidad de las banderillas enterradas en el lomo del pobre animal. Ante toda esa abominable tortura y monstruosidad (fascismo puro), tenían como espectador a nuestro SANTO JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ.

  4.  Dice una nota de prensa: "Nuestro Cardenal amigo Baltazar Porras Cardozo abrió plaza e inauguró la Feria del Sol 2025 presentándole a los aficionados taurinos al Primer Santo José Gregorio Hernández… La corrida resultó todo un milagro. Buenos toros de la ganadería San Antonio fueron bautizados en homenaje al Santo José Gregorio Hernández, al Papa Francisco y al mismo Monseñor Porras con los siguientes nombres: Santo, Milagroso, José Gregorio, Baltazar, Talca e Isnotú. Los toreros Sebastián Castella, Miguel Angel Perera y Antonio Suárez cortaron 7 orejas. El cuarto y quinto toros, José Gregorio y Milagroso dieron las mejores faenas. El francés Castella se salvó de milagro de una cornada del toro José Gregorio y levantándose con mayor valor recibió olés y aplausos de los tendidos. El español Miguel Ángel Perera fue el triunfador con el toro Milagroso." Milagroso por todos lados, en la sangre, por los brindis, las borracheras, los gritos, los olés, en las estocadas, en las verónicas y en los golpes de garrocha, por el santo de José Gregorio Hernández.

  5. Es bueno recalcar que existe una profunda relación entre violencia y religión y sobre esto se ha escrito mucho, y el mejor ejemplo en Venezuela de esta conexión entre sangre y devoción a santos o vírgenes la encontramos en Baltazar Porras. Una relación que se evidenció en la Guerra Civil Española en la que se escenificaron tantos actos de crueldad, llegando a torear republicanos en plazas de toros. Ahí está, en nuestro continente, el caso de los curas sueltos en Pasto (Colombia) cuyos émulos como Juan Gregorio Sarria, castraba pastusos en nombre de Dios, y fue quien asesinó, también en nombre de Dios al Mariscal Sucre.

  6. Este cardenal Porras, agreguemos, en su amor por la violencia, se apasionó con locura por las guarimbas de los años 2014, 2015, 2016, 2017 y 2018, las alentó, al punto, que siendo él obispo, sus muchachos del Seminario salieron en tromba a trancar calles y a quemar cauchos. Mérida fue de las ciudades venezolanas que más sufrió durante esos años, el horrendo martirio producto de las guarimbas, y jamás salió alguien de la iglesia a protestar la quema de negros o chavistas, la horrenda quema de perros rociados con gasolina, la quema de CDI`s y estaciones del trolebús, de sedes del ministerio del ambiente, llegaron a provocar una enorme desforestación para atravesar árboles en la vía, se asesinaron guardias nacionales y policías, varios motorizados murieron degollados por las guayas colocadas por los santos guarimberos de la iglesia católica…

  7. Dice el teólogo seglar E. Miret Magdalena: "Muchos se preguntan por qué ha habido y sigue habiendo tantos hechos violentos religiosos. Basta echar una mirada a la historia de todos los países, y leer los periódicos, para encontrar por todas partes esa relación estrecha que hace sospechar a muchos que la religión y la violencia se hallan siempre unidas. … reacción ésta que viene ya de nuestros ancestros del reino animal. Que hemos quedado impresionados los judeo-cristianos –añade Miret- por el ejercicio de la violencia en nombre del Dios Yahvé del Antiguo Testamento; o por la defensa cruenta de la verdad cristiana durante siglos, a pesar de la tolerancia mostrada hacia todos por Jesús, que por eso murió ajusticiado en su propio país…. O lo cometido contra el fraile Savonarola, condenado a la hoguera por el inmoral Papa Alejandro VI. Y, para pretender lavar esa afrenta, cuando ya el mal no tiene remedio, se quiere ahora hipócritamente canonizar a Savonarola; pero sin arrepentirse verdaderamente de esa costumbre persecutoria contra los que no piensan como los que mandan, porque se sigue persiguiendo hoy moralmente a los pensadores eclesiásticos incómodos para la Iglesia oficial, haciéndoles callar la boca si no quieren ser anatematizados públicamente. Y todo ello sin el más mínimo respeto a los procedimientos de una justicia que tenga en cuenta los derechos humanos proclamados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, que Juan XXIII aceptó gustoso en su encíclica Paz en la tierra".

  1. Encontrándose la arena caliente, tanto por la sangre derramada por los toros, como por el sol de estos días ardientes de verano (como nunca), … el alcohol que ardiente también corre como río por los gaznates fervorosos de los amigos de la fiesta brava, vemos recorrer la Monumental de Mérida "Román Eduardo Sandia", al cardenal Baltazar Porras, llevando en sus brazos la imagen del santo José Gregorio Hernández. ¡Entre que gentuza han metido al pobre Santo de los pobres! Ahora, a una banda de beatos, burdos y ridículos católicos les ha dado por celebrar "la tradicional procesión con la Virgen del Rocío en Mérida". En esta ocasión la han celebrado, encabezando la procesión, el experto en tauromaquia, don Cardenal Baltazar Cardozo, pero con llevando éste, llevando la imagen del santo José Gregorio Hernández. En esta ocasión Cardenal Porras, se apoderó de la imagen de San Gregorio, junto a toreros y toros, junto con la comisión taurina, con la banda musical, con los aficionados a los toros escanciando vino del bueno y del caro, con bailarinas de flamenco y organizadores de la fiesta, él pudo darse el gustazo de lo que más le ha emocionado en su vida. No es rezar, ni pedirle a Dios por los pobres, sino celebrar con la burguesía merideña las fiestas bravas en cada Feria del Ron (perdón, del Sol).

  2. No hay que olvidar que desde muchacho, a Baltazar Porras le cogió el gusto por lidiar becerros, y en una ocasión, en San Cristóbal, uno de ellos lo agarró por una nalga. Lo zarandeó feo. Por cierto, el director del diario "El Vigilante", el padre Eccio Rojo Paredes se atrevió a recoger tal hazaña en uno de sus comentarios taurinos, lo que provocó la ira del Baltazar quien de inmediato le declaró la guerra, expulsándolo del diario y sacándolo para siempre de la Curia merideña. Conservo muchos documentos de la familia del padre Eccio Rojo Paredes en los que ataca con bastante enojo a don Baltazar.

  3. No hay nada que a don Baltazar Porras estremezca más de emoción, repito, que una corrida de toros, y en eso, como en muchas otras cosas, se parece bastante a Carlos Andrés Pérez. En cada feria de Mérida vemos a don Baltazar en primera fila celebrando las embestidas a los toros, los borbotones de sangre que se desparraman por la arena, las "arteras y fabulosas verónicas", los descabellamientos, los lances con el capote y la espada, las bruscas estocadas, el derribo del toro con la garrocha desde el caballo, la bestialidad de las banderillas enterradas en el lomo del pobre animal. Ante toda esa abominable tortura y monstruosidad (fascismo puro), tenían como espectador a nuestro SANTO JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ.

  4. Dice una nota de prensa: "Nuestro Cardenal amigo Baltazar Porras Cardozo abrió plaza e inauguró la Feria del Sol 2025 presentándole a los aficionados taurinos al Primer Santo José Gregorio Hernández… La corrida resultó todo un milagro. Buenos toros de la ganadería San Antonio fueron bautizados en homenaje al Santo José Gregorio Hernández, al Papa Francisco y al mismo Monseñor Porras con los siguientes nombres: Santo, Milagroso, José Gregorio, Baltazar, Talca e Isnotú. Los toreros Sebastián Castella, Miguel Angel Perera y Antonio Suárez cortaron 7 orejas. El cuarto y quinto toros, José Gregorio y Milagroso dieron las mejores faenas. El francés Castella se salvó de milagro de una cornada del toro José Gregorio y levantándose con mayor valor recibió olés y aplausos de los tendidos. El español Miguel Ángel Perera fue el triunfador con el toro Milagroso." Milagroso por todos lados, en la sangre, por los brindis, las borracheras, los gritos, los olés, en las estocadas, en las verónicas y en los golpes de garrocha, por el santo de José Gregorio Hernández.

  5. Es bueno recalcar que existe una profunda relación entre violencia y religión y sobre esto se ha escrito mucho, y el mejor ejemplo en Venezuela de esta conexión entre sangre y devoción a santos o vírgenes la encontramos en Baltazar Porras. Una relación que se evidenció en la Guerra Civil Española en la que se escenificaron tantos actos de crueldad, llegando a torear republicanos en plazas de toros. Ahí está, en nuestro continente, el caso de los curas sueltos en Pasto (Colombia) cuyos émulos como Juan Gregorio Sarria, castraba pastusos en nombre de Dios, y fue quien asesinó, también en nombre de Dios al Mariscal Sucre.

  6. Este cardenal Porras, agreguemos, en su amor por la violencia, se apasionó con locura por las guarimbas de los años 2014, 2015, 2016, 2017 y 2018, las alentó, al punto, que siendo él obispo, sus muchachos del Seminario salieron en tromba a trancar calles y a quemar cauchos. Mérida fue de las ciudades venezolanas que más sufrió durante esos años, el horrendo martirio producto de las guarimbas, y jamás salió alguien de la iglesia a protestar la quema de negros o chavistas, la horrenda quema de perros rociados con gasolina, la quema de CDI`s y estaciones del trolebús, de sedes del ministerio del ambiente, llegaron a provocar una enorme desforestación para atravesar árboles en la vía, se asesinaron guardias nacionales y policías, varios motorizados murieron degollados por las guayas colocadas por los santos guarimberos de la iglesia católica…

  7. Dice el teólogo seglar E. Miret Magdalena: "Muchos se preguntan por qué ha habido y sigue habiendo tantos hechos violentos religiosos. Basta echar una mirada a la historia de todos los países, y leer los periódicos, para encontrar por todas partes esa relación estrecha que hace sospechar a muchos que la religión y la violencia se hallan siempre unidas. … reacción ésta que viene ya de nuestros ancestros del reino animal. Que hemos quedado impresionados los judeo-cristianos –añade Miret- por el ejercicio de la violencia en nombre del Dios Yahvé del Antiguo Testamento; o por la defensa cruenta de la verdad cristiana durante siglos, a pesar de la tolerancia mostrada hacia todos por Jesús, que por eso murió ajusticiado en su propio país…. O lo cometido contra el fraile Savonarola, condenado a la hoguera por el inmoral Papa Alejandro VI. Y, para pretender lavar esa afrenta, cuando ya el mal no tiene remedio, se quiere ahora hipócritamente canonizar a Savonarola; pero sin arrepentirse verdaderamente de esa costumbre persecutoria contra los que no piensan como los que mandan, porque se sigue persiguiendo hoy moralmente a los pensadores eclesiásticos incómodos para la Iglesia oficial, haciéndoles callar la boca si no quieren ser anatematizados públicamente. Y todo ello sin el más mínimo respeto a los procedimientos de una justicia que tenga en cuenta los derechos humanos proclamados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, que Juan XXIII aceptó gustoso en su encíclica Paz en la tierra".



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

 jsantroz@gmail.com      @jsantroz

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