Los analistas estarán ahora muy concentrados en explicar los resultados de Barinas, pero fijándose exclusivamente en los votos obtenidos por el PSUV y los votos logrados por el candidato ganador. Unos, estarán enfrascados en demostrar, que casi no se perdió porque Arrreaza a lo mejor sacó más votos que el anterior candidato del PSUV y los ganadores o algunos de los toletes de la oposición, probablemente sacarán sus conclusiones para otros fines.
Barinas este 9-E pudo ser un retrato político del país y los resultados pueden tener un mundo de significados, que no expresan únicamente, la debacle de un chavismo que perdió el camino. Significa también, que el camino que tiene el ganador parece culebrero, en tanto, el fenómeno de la polarización se ve enterito. La "solución" parece ser votar por el "contrario" (polarizado) y en esta "solución", la "revolución" tiene una gran responsabilidad. Los polos succionaron una apreciable cantidad de votos y la abstención asomó su cara. Una organización política hizo lo que creía oportuno realizar para alimentar el fenómeno de la polarización. La salida del PCV apuntaba en ese sentido. Al otro (muy democrático), le pareció bien esta "solución" porque la polarización es también su fuente.
Esta es una situación que valoró como importante. Sin embargo, voy a considerar un hecho, que no es muy visible en esta confrontación Barinas. La aparición de Claudio Fermín y los intentos por negarle a un sector político del país, su derecho a participar, se vuelve normal y alimentan este esquema. A ese dato, súmele, la falta de propuestas porque las opciones que se visualizan (referendo o esperar 2024) van como por inercia. Es como la vía de la llamada salida, pero bajo el lema del voto. Es como un quítate tú pa ponerme yo. Barinas, es posible verla hoy como la institucionalización de una nueva forma de guarimbear entre los dos polos en los centros electorales.
Entendiendo o asumiendo, que Barinas el 9-E fue un retrato del país, está más o menos claro, las razones por las cuales salió derrotado Arreaza y ganó el otro. No parece haber nada más. Fermín, no cupo como una opción. Suena como un recurso y ya parece normal, que en el CNE sólo haya cabida para los líderes de la polarización y otro que mantenga esta polarización.