Caneyes y su historia

Caneyes es un caserío enclavado en el municipio Guasimos, de gente laboriosa, solidaria y emprendedora; que cuenta su pasado a través del libro; Caneyes y su Historia, escrito por la profesora Orfila Somaza Chacón, Juan Alberto Vivas, Leoncio González y Naida de Maduro. Es un libro escrito con la meticulosidad del entomólogo, que no obvia detalle alguno, con rigurosidad va nombrando, a cada vecino, bien por su nombre o su apodo, sin que nadie quede en el olvido. Este es un libro lleno de historia, de historia recogida de aquí, de allá, narrada en forma cronológica. Nos muestra una visión de sus primeros pobladores, sus raíces indígenas. Sus servicios públicos, telégrafo, teléfono, electricidad, acueducto. La evolución de su educación a través del tiempo, las instalaciones deportivas, sus festividades navideñas, la quema del año viejo y la lectura de su testamento, hábilmente redactados por sus organizadores. Son páginas donde se narra la vida de lo más granado de los habitantes. Otras son los versos y poemas de los vates lugareños que nombra y transcribe. Es el retrato a cuerpo entero de un pueblo que se ha negado a morir, donde sus habitantes no han desmayado en luchar por sus reivindicaciones más sentidas. Alguien decía por ahí: "que un pueblo sin historia escrita da la impresión que son habitadas por gentes que se avergüenzan de su pasado". Diferentes a aquellos que escriben; crean una biblioteca y le rinden culto. Tienen una Sociedad de Hijos de Caneyes"; donde se les rinde homenaje a los niños. Cuidan de las instalaciones deportivas. Les ha costado trabajo y esto permite que luchen para que estos perduren con el tiempo. Son actos de desprendimiento de estas gentes, que hoy muchos no están al alcance de imitar. Estoy hasta cierto punto ligado a este poblado porque allí realice los dos primeros grados de primaria y mi mamá Félida Morales de Roa, fue docente por más de 25 años. Con este libro sus autores echan por la borda esas voces agoreras, que no quieren nada con el pasado y dejan para las futuras generaciones esta obra llena de recuerdo, de vivencias y amor por el terruño.

Adan el venao

Adán era un muchacho que apareció de la nada, comenzó haciéndole mandados a la señora Blanca de Briceño; así se fue encariñándo con él hasta que finalmente lo recibió en su casa. Al comienzo, aquella honorable matrona lo mantenía a raya a través de una férrea disciplina, ya el mozalbete iba creciendo y se le hacía imposible controlar aquel polvorín; comenzó a llegarle tarde, borracho y con algunos señalamientos por sus descarríos en la calle que le comentaban sus vecinos y amistades, que comenzaba a preocupar a su protectora. Uno de esos comentarios que lo relacionaban con Adan era la pérdida de dos venados que pertenecían a un zoológico que había montado la cervecería en sus inmediaciones, en una agreste vegetación, con árboles de alto fuste, con algunos de los mamíferos más representativos de nuestra fauna nacional; entre ellos estos dos hermosos venados; que eran la atracción del lugar; en una madrugada y con unos palos encima, lo atacó el hambre y sacrificó aquellos animalitos y parte de ello los asó en sus cercanías. De ahí el origen de tan peculiar remoquete. Una vez que Adán cumplió la mayoría de edad, fue reclutado, cumpliendo su servicio militar en la Guaira. Es histórica la reunión de Caraballeda con la OPEP durante el gobierno de Rafael Caldera I. Este litoral guaireño fue sede de tan pomposas delegaciones, casi todas del medio oriente; lo cumbre de todo esto es que a Adán lo ponen a custodiar las habitaciones de uno de esos selectos hoteles donde se habían hospedado algunos de estos jeques. Después de aquella fastuosa reunión el venao salió de permiso y con él se trajo al pueblo parte de los relojes "decomisados" a tan distinguidos visitantes, unos regaló, otros vendió sin percatarse de su valor real. El relataba aquella bajada de mula con cierto gaje de Inocencia. Finalmente desapareció y no se supo más de él.