La nueva proyección geométrica ortogonal de la pintura de Felipe Meneses y su descripción constructiva constituyen un daño irreversible a la memoria del lugar y un desprecio por la historia local.
En https://aporrea.org/regionales/a329100.html, la Comisión de Sustentación Histórica de la Casa Sucre, señaló:
"(…) gracias a descripciones que ha recibido en el transcurso del tiempo de parte de personas acreditadas, especialmente del fallecido Cronista de la Ciudad, el Dr. Rafael José Gómez Rodríguez (…) se corresponden a un palacio nobiliario de finales del siglo XVIII, de estilo ilustrado o rococó, de los que se acostumbraba a construir para personas pertenecientes al gobierno regional o a ricos comerciantes, con volúmenes coherentes con el estilo, y posicionamiento sobre podio clásico, lo cual es propio de una residencia de ese nivel social, construida sobre un terreno de esas características, lo cual expresa un alto nivel adquisitivo por parte de los propietarios. El palacio se presenta con la fachada principal hacia la vía de acceso al Castillo San Antonio de la Eminencia y la fachada lateral (profundidad) sobre la actual Calle La Luneta, dominando la vista de la Plaza de Armas". Se presenta lo que pudo ser el canon constructivo y estético de la Casa Natal de AJS, en correspondencia al uso y estilo de la medianía del siglo XVIII en Cumaná y otras ciudades venezolanas; y españolas: En sus líneas generales, nos recuerda la tipología de los palacios aristocráticos, propuesta por el arquitecto don Diego de Villanueva, en 1773, en Madrid. Esta tipología de palacio ilustrado, fue ampliamente imitada en España y en toda Hispanoamérica, con innumerables variantes según el gusto de los propietarios. La fachada principal del edificio se presentaba a dos niveles; en ellos, había siete módulos en cada piso; y en la fachada lateral que daba hacia la plaza, había cinco módulos en cada piso. Esta disposición da la impresión de que el palacio era casi cuadrado, aunque en realidad era rectangular, porque los módulos de la fachada principal eran un poco más anchos, que los de la fachada lateral."
Definitivamente, a partir del contenido de la cita sobre la descripción del "canon" -entendido como "catálogo"-, constructivo y ¿estético? -¡por Dios!-, de la Casa de Sucre de Cumaná, se resolvió el problema del "proyecto de arquitectura", a través de una incorrecta apreciación historiográfica -más de contratistas que de historiadores-, constituyéndose en un daño irreversible a la memoria del lugar, un desprecio por la historia local y una flagrante violación al ejercicio de la profesión de arquitectos e ingenieros.
Por lo que preguntamos:
* ¿Bajo que criterios historiográficos la proyección geométrica ortogonal de la pintura de Felipe Meneses se convirtió en el "proyecto" de la Casa de Sucre de Cumaná?
* ¿Su construcción no significará un daño patrimonial al entorno urbano-arquitectónico y a la poligonal histórica, ambiental, cultural y patrimonial?
Las respuestas a estas interrogantes deberían estar acompañadas de los correctivos necesarios -desde lo legal y técnico hasta el equipo idóneo-, para llevar con el rigor de estilo de tan trascendente tarea.
Nos parece pertinente y necesaria continuar con la denuncia de los vacíos que ha tenido el proceso histórico y arquitectónico del proyecto de la "Casa Sucre".
Deseamos expresar, -evitando generar polémicas o discusiones políticas-, la importancia de que la comunidad en general comparta la opinión técnica sobre el proyecto de la Casa Sucre.
Invitamos a quienes deseen conocer más sobre el proyecto y expresar sus puntos de vista a unirse a esta lucha: es vital que como profesionales, comunidad y ciudadanos hagamos oír nuestras voces, en el entendido que esta iniciativa lleva implícita la idea de abrir un debate, el cual consideramos de notable interés para todo la ciudad, el estado Sucre y el país.
Entendemos que el camino es la reflexión -más que la la agresión-, dejando estas simples pero sentidas palabras y solicitamos no volver a ser mal interpretados por la culpa de responder al "deber-ser" en su momento y tiempo de acción.
¡Que se abran cien flores y florezcan cien escuelas de pensamiento¡
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