Dice una canción del género de la salsa, que “perro come perro”. Y en una contienda electoral, político muerde a político. No obstante, muchos políticos sufren cientos de derrotas y vuelven al ruedo como si los electores hubiesen estado en coma en los últimos 20 años. Esa hojarasca de fantasmas políticos se niega a ver la patética imagen de sus cadáveres deambulando en los medios. Fueron víctimas y victimarios de viejas masacres electorales. Pues bien, se avecina una nueva masacre.
Es triste decirlo, pero da pena escuchar el discurso de muchos políticos. En la militancia del PSUV también se deja colar esa idiota estrategia de maldecir al adversario con un odio visceral que ciega el entendimiento, como si existiese un “revolucionometro”. Afortunadamente esa vocación por prácticas de la vieja inquisición están fastidiando a la militancia y comienza una nueva fase en la que no basta ser revolucionario y “odiar” a los gringos, sino ser eficientes con resultados concretos y sobre todo, disciplinados.
Las primarias del PSUV permitirán dilucidar la realidad de la revolución, ¿quiénes somos, cuántos somos, cómo somos y qué hacemos?, y el error de la oposición es subestimar el sueño de quienes militan en el PSUV, pues aún soportando los errores de la inmadurez y la indisciplina, nace una organización cuyo proceso de gestación es lo más cercano a la realidad política del momento.
No puede existir un partido como una casa en el aire. En Bolívar por ejemplo, quienes se oponen al gobierno de Chávez sufren la frustración de no tener una verdadera opción, una propuesta diferente, sencillamente porque no existe. La única motivación política es el odio visceral a Chávez y a todos sus simpatizantes, aunque sean mayorías. Exigirle unidad a los candidatos a la gobernación de Bolívar, Carvajal, Rojas Suárez y Andrés Velásquez, es pedirle a dos de esos tres cadáveres que se suiciden de nuevo. Ninguno parece tener vocación de “Kamikazi”, y hasta razón tienen, porque ninguno tiene moral para exigir del otro una declinación incondicional. Es bueno que se mantenga la lucha, porque será un final para agarrar palco. Una verdadera historia de suspenso en la que sólo quedará uno vivo.
Seguramente en el resto de los estados se vive el mismo suspenso y usted amigo lector también es responsable de que en estas contiendas políticas, la palabra masacre sea una metáfora en la prensa y no un titular de un hecho noticioso real, como sucede en Colombia, donde miles de políticos fueron masacrados literalmente.
Nuestras elecciones tienen el folclor y humor popular, pero en los últimos años una minoría irracional pretende ganar los espacios de poder por las armas, la violencia o el anarquismo. Y existen muchas maneras de ser cómplices de tan nefasto plan, empezando por la adicción a la difamación y la injuria.
Vote por quien le de la gana, pero no sufra de amnesia al hacerlo, supere la apatía y esa estúpida fobia a la política que lo mantiene engordando mientras ve películas o telenovelas. La función va a comenzar y este artículo continuará…
Davidjavier18@gmail.com