La oposición está replegada para conquistar espacios regionales y luego incendiar el país desde las gobernaciones que puedan conquistar. En Bolívar, el candidato Andrés Velazquez ha planificado invasiones a las viviendas que construye la Gobernación. Ante el fracaso del plan, planifica ahora paralizar los CDI y SRI de Barrio Adentro, incitando a los trabajadores del sector salud, que hoy viven la pesadilla de sobrevivir más de 14 años como suplentes. Lo que no dice Velázquez a los trabajadores que manipula es que siendo gobernador, en complicidad con su secretario general Eliécer Calzadilla, el mismo que financió el Correo del Caroní, decretaron la transferencia de más de 300 trabajadores de la salud, para crear el Instituto de Salud Pública. La injusticia con los trabajadores es que la transferencia nunca se realizó y los trabajadores quedaron en el aire, prácticamente a expensas de donativos del ejecutivo regional. El crimen impune de Velázquez es que jamás presupuestó la nómina del ISP y desde entonces la pesadilla se agudiza porque con el pasar de los años se contrataron más trabajadores como suplentes de aquellos, que hasta el sol de hoy, no pueden jubilarse porque no existe ente que asuma tal costo. Obviamente, la solución está en manos del Ministerio de Salud y el proceso jurídico para dar respuesta es apremiante, pero lo que pretende Velázquez es atacar Barrio Adentro y el plan es impedir el funcionamiento de los CDI y SRI, evitando operaciones, exámenes, y todo el funcionamiento del sistema de salud. Rojas Suárez, que conoce el plan y durante su administración pagaba la cesta tiquet cada tres meses, y a los suplentes cada seis meses, anuncia un decreto de emergencia. Se regodea en decir que dejó ejecutado el Hospital de Trauma y Soporte Vital, pero obvia que su administración pagó el 100% de la dotación del hospital y la empresa no entregó ni una jeringa. Durante el proceso de demanda, la empresa contratada reconoció que las hermanas del ex gobernante cobraron una comisión del 50% de ese pago. Y la construcción presentó graves fallas por no prever las condiciones del suelo. La empresa se comprometió e dotar el hospital y lo cumplió a medias. Bonita manera de gobernar y pretender volver.
El peligro mayor, es que en la oposición, más que un programa de gobierno, existe un programa de guerra para incendiar Guayana. Y que sectores contrarrevolucionarios han permitido abrir los espacios para estos planes. Ejemplo de ello, fueron las políticas fantasmas ejecutadas desde la CVG en el sector de la minería. Es un peligro latente la irresponsable gestión en la CVG, que la actual dirigencia debe corregir o de lo contrario terminará siendo cómplice del desmantelamiento de las empresas básicas. Los sindicatos no son ajenos a esta realidad, su visión errada de lucha por la masa trabajadora, se desenmascara por cúpulas que negocian con gerentes corruptos para obtener beneficios. ¿Cuántos locos han de pasar por la presidencia de una empresa básica, para que se advierta el peligro de socavar una de las patas de la estructura económica del país?.
Las famosas Cooperativas están sirviendo para llenar los bolsillos de funcionarios corruptos, de igual forma la conformación de empresas de servicios que funcionan como intermediarias y triplican los presupuestos, por supuesto en complicidad con funcionarios públicos. Así funciona la contrarrevolución, así se desdibuja la moral de quienes creen en los cambios. No basta ser anti imperialista, se necesita demostrar con hechos una gerencia exitosa. Es obligatorio dar respuestas concretas y optimizar la administración pública, además de abrir espacios a la contraloría social. De lo contrario, la inconciencia será cómplice de los delincuentes, que como Velázquez y Rojas, buscan incendiar Guayana para hundirla en la pobreza, la ignorancia y la mediocridad.
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