Cumbres Borrascosas

La escogencia de Madrid, capital del Reino de España, para la realización de las reuniones Cumbres de la Unión Europea con América Latina y el Caribe y el Sistema de Integración Centroamericano, SICA, fue una decisión política dirigida a aprovechar la presidencia semestral de España para facilitar la concreción de Tratados de Libre Comercio que pudieran ayudar a la Europa del Capital, a superar la crisis sistémica en que se encuentra, mediante una apertura mayor de nuestros mercados a la producción industrial y agrícola de sus economías y un aseguramiento del trasdlado de las inmensas ganancias de sus corporaciones financieras en la región.

Sin embargo, el escenario de crisis desatado en el mes de mayo en Grecia y su fuerza expansiva sobre España, Portugal e Italia (los tres países con mayor conexión humana, económica y cultural de Europa con América Latina y el Caribe), derrumbó todos los auspiciosos pronósticos de los anfitriones del palacio Moncloa que vieron convertido este “sui generis” torneo de Cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno, en un intercambio de recriminaciones con magros resultados, apenas tapados por el sorprendente anuncio de una “alianza global intercontinental”, anunciada, a título personal, por la presidenta de la República Argentina, Cristina Fernández de Kisckner.

Y es que no se podía obtener un resultado distinto al logrado en unas Cumbres en la que cada uno de los países anfitriones de Europa estaban más pendientes del errático comportamiento de sus Bolsas de Valores y del precio de Euro, que de hipotéticos acuerdos con América Latina y el Caribe que, pese a todos los daños causados a sus economías por la crisis global del Capitalismo Central, se encuentra entre las regiones menos afectadas por la actual situación de inestabilidad económica y financiera que afecta a la economía mundial desde el año 2007.

Era imposible pensar que la bancarrota de Grecia, el zapatazo contra los derechos sociales de los españoles, los aumentos impositivos y los congelamientos de las remuneraciones de los trabajadores portugueses y e italianos y, la caída en picada de su signo monetario, el euro, podían ser un buen escenario para que América Latina y el Caribe “amarrara” acuerdos importantes con economías sumergidas en tan gravísimos riesgo de depresión.

Los nuevos escenarios que se abren a partir de la presente sismicidad de la economía europea, no conducen a nuevas Cumbres Borrascosas con el epicentro del capital financiero internacional, sino a reafirmar la visión económica estratégica planteada por el comandante Chávez, de que la única alternativa que tiene de América Latina y Caribe para enfrentar y superar la actual crisis del Capitalismo Global es la “endogenización” económica de la región, mediante la aceleración de la integración económica, monetaria y financiera , el fortalecimiento del intercambio comercial justo y la cooperación para el desarrollo con los países con mayores vulnerabilidades.


yoelpmarcano@yahoo.com


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Yoel Pérez Marcano


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