Doblevé lo llaman propios y extraños por su segundo nombre Walker, homónimo de una marca de güisqui. Pero George renunció a usarlo, como abstiene del licor que tan malos recuerdos le trae a ese tejano hijo de ex presidente.
Como “Doblevé” fue dos veces gobernador de Texas y ganó la designación por la candidatura presidencial a su hermano Jeb, gobernador de Florida, que nunca le guardó rencor; al contrario le dio el empujón necesario para que a mediados de diciembre de 2000, el Tribunal Federal Supremo de Florida lo designará jefe del país más poderoso de la tierra, tras el escándalo de las elecciones de noviembre de 2000 en las que se pusieron en practica la más variadas formas de fraude y presiones económicas.
Ahora Bush quiere demostrar que puede ganar una elección nacional y que por algo fue reelecto gobernador de un estado en el que impuso record de penas de muerte en solo 6 años. Ante sus ojos pasaron 152 peticiones de clemencia que negó sin reparos. Ahora, como creerle cuando dice que está en desacuerdo con el aborto.
Pero aún así es presidente y como candidato cuenta con 48% de los pocos electores que irán a las urnas (unos 40 millones de 115 millones con derecho a elegir a los que elegirán al rector de EEUU). De alguna manera los conquistó con el discurso antiterrorista, promesa medular de su campaña para permanecer en la Casa Blanca.
Nada nuevo ofrece “Doblevé” a los electores: Una estrategia de seguridad o doctrina Bush que se resume en matar algún día a su viejo socio Osama Bi Laden a pesar de los “daños colaterales” que en forma de seres humanos riegan con su sangre las invadidas tierras de Afganistán e Irak. Una excusa excelente para implementar el “plan energético” que consiste en buscar petróleo e hidrocarburos barato o regalado en Medio Oriente, Asia Meridional, Suramérica y México.
Es la doctrina Bush la que lo lleva a no firmar instrumentos como el Estatuto Penal Internacional, para así tener licencia para matar; es el plan energético Bush por lo que no firma instrumentos ambientales como el Protocolo de Kioto; la doctrina Bush justifica la Ley Patriota que acabó con la intimidad de los ciudadanos estadounidenses; el plan energético auspicia el separatismo checheno para apoderarse del petróleo del Caucazo; auspicia el Plan Puebla Panamá para acceder a los recursos energéticos de México, Colombia y Venezuela
Y es que “Doblevé” además de haber sido el dueño de los Ranger de Texas, también sabe quebrar empresas energéticas, para muestra la Enron. Para ello cuenta con un excelente tren ministerial y de asesores como el general Powell, el veterano Cheney, Rumsfeld y la emprendedora Condoleza entre otros halcones de la guerra. Todo ello bajo la atenta mirada de papá.
Si Bush es reelegido, aprovechando su discurso del miedo, que su rival se le parece mucho y que el pueblo estadounidense aún está a la espera del despertar de su historia, entonces habría que ver lo que podría hacer solitario en Washington cuando terminen de romperse las débiles alianzas que estableció para invadir a Irak. Ya se fue Aznar, ya se va Blair, ya muchos políticos comprenden que respaldarlo en sus “guerras preventivas” puede significar perder elecciones
Tal vez en el fondo el señor Walker quisiera mudarse definitivamente a su rancho tejano e ir a presenciar ejecuciones en Austin.
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