Los eventos que ocurren
en nuestro país, en toda nuestra América Latina, Centroamérica y
El Caribe, como también en otros partes del mundo son acontecimientos,
accidentes e incidentes, todos ellos programados, con el propósito
y fin de mantener el estado de cosas existentes con base a la premisa,
“que todo cambie para que nada cambie”.
Visto lo anterior, a
continuación reproduciré unos párrafos importantes del texto del
libro titulado, “El Arte de la Inteligencia” de Allen W.
Dulles, fundador e ideólogo de la CIA en la década de los 50 cuyo
hermano ex Presidente de los EE.UU. para la época, hicieron lo que
les vino en gana en toda la Subregión, desconociendo democracias e
imponiendo dictaduras a objeto de garantizar sumisión mientras las
trasnacionales gringas explotaban nuestros recursos y países.
Han pretendido vulgarizar
al Comandante Presidente Hugo Chávez y demás actores políticos, hombre
y mujeres, que en este siglo XXI se han revelado al stablisment; pero
las elocuentes revelaciones de un terrorista vinculado a los extremistas
mayameros, recientemente descubierto por los órganos de seguridad
venezolanos
(amén de otros que aún se mantienen a las sombra de la ignominia),
nos obliga a evidenciar la filosofía y el discurso que tras bastidores
soporta acciones y actuaciones de quienes en nombre de la “libertad”
y la “democracia”, violentan las normas y reglas existentes en la
Comunidad Internacional con tal de mantenerse y perpetuase en el poder
no importa si para ello deben destruir y someter, gobiernos, pueblos
y naciones a la voluntad y designios de quienes hoy pretenden controlar
y determinan la economía global.
“Sembrando el caos en la Unión Soviética, sustituiremos sus valores, sin que sea percibido, por otros falsos, y les obligaremos a creer en ellos. Encontraremos a nuestros aliados y correligionarios en la propia Rusia. Episodio tras episodio se va a representar por sus proporciones una grandiosa tragedia, la de la muerte del más irreductible pueblo en la tierra, la tragedia de la definitiva e irreversible extinción de su autoconciencia. De la literatura y el arte, por ejemplo, haremos desaparecer su carga social. Deshabituaremos a los artistas, les quitaremos las ganas de dedicarse al arte, a la investigación de los procesos que se desarrollan en el interior de la sociedad. Literatura, cine, teatro, deberán reflejar y enaltecer los más bajos sentimientos humanos. Apoyaremos y encumbraremos por todos los medios a los denominados artistas, que comenzarán a sembrar e inculcar en la conciencia humana el culto del sexo, de la violencia, el sadismo, la traición. En una palabra: cualquier tipo de inmoralidad. En la dirección del estado crearemos el caos y la confusión. De una manera imperceptible, pero activa y constante, propiciaremos el despotismo de los funcionarios, el soborno, la corrupción, la falta de principios”…
“La honradez y la honestidad serán ridiculizadas, innecesarias y convertidas en un vestigio del pasado. El descaro, la insolencia, el engaño y la mentira, el alcoholismo la drogadicción, el miedo irracional entre semejantes, la traición, el nacionalismo, la enemistad entre los pueblos, y ante todo el odio al pueblo ruso; todo esto es lo que vamos a cultivar hábilmente hasta que reviente como el capullo de una flor”...
“Sólo unos pocos acertaran a sospechar e incluso comprender lo que realmente sucede. Pero a esa gente la situaremos en una posición de indefensión, ridiculizándolos, encontrando la manera de calumniarles, desacreditarles y señalarles como desechos de la sociedad. Haremos parecer chabacanos los fundamentos de la moralidad, destruyéndolos”...
“Nuestra principal
apuesta será la juventud. La corromperemos, desmoralizaremos,
pervertiremos”…
(*) Politólogo e Internacionalista Venezolano
Magister en Seguridad y Defensa
monlan2001@yahoo.com