Cuando Jean Mendoza y su esposa Kathy Brillenburg escucharon a Leopoldo Castillo leer el comunicado de Globovisión, donde decía que: “Venezolanos, accionistas todos de Globovisión”, el grito que la pareja de jóvenes de la alta sociedad civil, dejó oír en todo Alto Prado, no dejó lugar a dudas que estaban en desacuerdo con esa locura. Los dos se fueron de bruces contra la alfombra persa que estaba en la sala, y desde allá abajo, Jean le dijo a Kathy: “Nos jodimos, nos igualaron con la chusma”
Justo en ese instante comenzaron a repicar los seis Black Berry de la pareja, y los teléfonos fijos también entraron en concierto. Toda la alta sociedad civil se estaba comunicando para ver qué hacían con aquella locura que había leído en Globovisión el loco ese de Leopoldo Castillo. Y Jean y Kathy hablaron con todos sus amigos al mismo tiempo, como si estuvieran en una sala de conferencia, y llegaron a una conclusión, “vénganse todos para la Quinta Ni un Paso Atrás, y aquí tomamos una decisión”.
Al momento comenzaron a llegar a la Quinta Ni un Paso Atrás diferentes vehículos, Mercedes, Audi, 4Ruuner, Hommer, y uno que otro chofer que traía al niño Kenny y la niña Pathy. En menos que canta un gallo, todos estaba allí.
Jean tomó la palabra y dijo que “esa vaina no se puede tolerar. A quién se le ocurre comenzar a leer un comunicado donde le dan poder a toda esa cuerda de locos, ojala que no se presenten al canal a reclamar sus acciones, porque eso sería la locura, y todo por culpa de los abogados internacionales que tenemos que parecen chavistas con esa vaina de darle a todos los venezolanos acciones en el canal”. Pathy también tomó la palabra y dijo: “Ladys and gentleman”, pero fue interrumpida por Harold Vollmer quien le dijo: “Déjate de vainas ridículas, Pathy, y habla en español, que estamos en esta porquería de país, o ¿tú crees que estamos en Miami”? Y entonces Pahty tuvo que rebajarse y hablar en español: “Decía pues que debemos esperar la reacción del Gremly, hay que esperar, pero eso sí, debemos crear un plan B para defendernos en caso de que la chusma chavista se tome eso literalmente. Aunque viéndolo bien, yo les confieso que tenemos todas las de perder, porque los dueños de nuestra casa de familia, es decir Globovisión, se fueron huyendo, y esa excusa jurídica de decir que no hay dueños sino instituciones, esa cosa no se la cree nadie”.
Kathy destapó una botella de champaña y llamó al mayordomo para que sirviera las copas y luego dijo: “Sólo la embajada de EE.UU salva”.
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