Todas las informaciones aquí resumidas sobre la injerencia de la CIA en elecciones, partidos, sindicatos y medios y periodistas, están rigurosamente comprobadas en varias investigaciones, sobre todo en la de Tim Weiner recogidas en Legado de Cenizas-La historia de la CIA.
Terminada la II Guerra Mundial, el demócrata cristiano Giulio Andreotti "ganó las elecciones gracias a la inyección de dinero de la CIA", que también financió a partidos menores: republicanos, liberales y socialdemócratas. Los fondos del Plan Marshall llegaban generosos para tales fines. E igualmente salían para pagar "personal y propaganda encubierta y las acciones anticomunistas dirigidos contra los sindicatos de Francia e Italia". Las organizaciones sindicales estadounidenses AFL y CIO y el Comité de Sindicatos Libres eran receptoras de millones de esos fondos.
Entre 1962 y 1968 aportaron más de dos millones de dólares para desestabilizar al gobierno de Cheddy Jagan en Guyana, mientras financiaba a Burnham y D'Aguiar y sus partidos.
"Ha habido numerosos casos en lo que, frente a la amenaza de victoria de un partido comunista o de un frente popular en unas elecciones del mundo libre, hemos afrontado dicha amenaza y la hemos resuelto con éxito. Guyana en 1963 y Chile en 1964 son buenos ejemplos…", dijo Richard Helms, jefe de la CIA, al presidente Nixon, aunque después no fueron suficientes los recursos suministrados a El Mercurio y al partido Democristiano ni la inversión directa para derrotar a Allende en 1970.
"Por orden del presidente Bush, la CIA gastó 10 millones de dólares en respaldar a la oposición en las elecciones panameñas celebradas en mayo de 1989", pero, derrotados, advirtieron: "sólo una invasión militar a gran escala podría desbancar a Noriega", lo que hicieron meses más tarde. Y cada vez que tuvieron necesidad de impedir el triunfo de la izquierda, abundaron los reales y recursos de la CIA. Así lo hicieron en México contra López Obrador, ¡y hasta financió partidos comunistas en países como Panamá!
Al Dalai Lama le tenían una subvención anual de 180 mil dólares, en 1969 le quitaron la ayuda a la resistencia tibetana pero "se mantuvo la subvención al Dalai Lama".
(Entre los intelectuales también circuló el dólar parejo. El libro La CIA y la guerra fría cultural revela la investigación que al efecto hizo Frances Stonor Saunders). La agencia fundó y financió el Congreso por la Libertad de la Cultura, que tuvo su sucursal en Venezuela, y "logro infiltrarse en todos los espacios de la cultura".
En cuanto a los medios, "Allen Dulles mantuvo estrecho contacto con los hombres que dirigían el New York Times, el Washington Post y las principales revistas semanales… podía coger el teléfono y hacer que se publicara una noticia de impacto…", que sacara del juego a un corresponsal "irritante", o contratar directamente los servicios de algún jefe de oficina en el exterior. Aquí, en América Latina, pagaba a 17 periodistas en igual número de países para defender al gobierno de Pinochet. ¿Quién en Venezuela? Y usa en aquellos países que representen "un peligro para EEUU todo su arsenal: guerra sicológica, sabotaje, guerra económica, engaño estratégico, contraespionaje, guerra cibernética..".
En Chile "se imprimieron carteles, se filtraron falsas noticias, se alentaron comentarios editoriales, se hicieron correr rumores, se arrojaron octavillas y se distribuyeron panfletos para aterrorizar al electorado".
"Dulles construyó, así, una maquinaria de relaciones públicas y de propaganda que incluiría más de 50 empresas de noticias y una docena de editoriales, además de diversos compromisos personales de ayuda por parte de hombres como Axel Springer, el magnate de prensa más poderoso de Alemania Occidental". Esa lista incluía las cadenas CBS, NBC, ABC, las agencias AP, UPI, Reuters, Scripps-Howard Newspapers, Hearst Newspapers, Copley y al Miami Herald (Carl Bernstein escribió The CIA and the Media) La agencia utilizaba con frecuencia la revista Times en momentos de crisis para potenciar su imagen.
"Tanto en el territorio estadounidense como en el extranjero, suministró propaganda a destacados reporteros que actuaban como verdaderos taquígrafos de la agencia".
Naturalmente, esa política de injerencia la mantiene particularmente activada en América Latina después de los cambios ocurridos en los últimos años, y Venezuela es epicentro de sus acciones.
Si Eva Golinger ha hecho recientes denuncias, apoyada en un informe de la National Endowment for Democracy (NED), sobre el financiamiento de sectores opositores, es de preguntarse a cuánto ascienden los recursos que emplea la CIA en nuestros países. En enero de 1947, la Asamblea Nacional Constituyente abrió una averiguación a raíz de la denuncia del médico Dr. José Izquierdo sobre la posibilidad de que el cráneo que está en el Panteón no sea el de Simón Bolívar sino uno encontrado en el panteón de la familia Bolívar en la Catedral de Caracas. Esa investigación terminó con un informe de la comisión de la ANC el 8 de marzo despejando las dudas; entonces Andrés Eloy Blanco, presidente de la Asamblea, en su discurso se refirió a la "urna impropia para contener esos huesos", y dijo "Nosotros esperamos que la República algún día tome en cuenta algunas medidas sobre este asunto… Esa urna no debe ser de plomo; esa urna debe ser de cristal y de oro de nuestra Guayana". De alguna manera el presidente Chávez tomó esas palabras del preclaro poeta nacional: se construirá un sarcófago especial, y lo arropará una bandera de hechura venezolana, con las ocho estrellas fijadas hace poco por costureras de las antiguas ocho provincias independentistas, y ayer llevada al Panteón.
Se entiende que la oposición no apoye la ruptura de relaciones con Colombia y que la critique como hizo la MUD, pero lo que no se entiende es que no haya visto en la agresiva y grosera intervención del embajador de Colombia en la OEA ni una palabra o gesto que le mereciera al menos marcar distancia y no coincidir tanto con los colombianos uribistas.
En febrero de 1947 la novísima Iglesia Católica Venezolana escribió al Ministerio de Relaciones Interiores solicitando que monseñor Castillo Méndez fuese reconocido como obispo. La respuesta del MRI fue que no podía reconocerlo porque "la designación de los obispos corresponde al Congreso, según lo establece la Ley de Patronato". Facultad que perdió el Congreso en 1964 con un decreto de Rómulo Betancourt.
Cambios en el deporte centroamericano. Es evidente que Colombia, impulsada por el crecimiento de nuestro deporte invirtió en desarrollo deportivo, lo que le hizo ganar los Suramericanos y ahora pugna con Venezuela por desplazar a México del primero. Los atletas criollos han tenido un desempeño por encima de las proyecciones de los dirigentes.
Como el cardenal Urosa puede tener razones cuando explicó su no comparecencia a la invitación de la Asamblea Nacional para discutir las relaciones con la Iglesia debida la falta de "condiciones de serenidad", cabe preguntarle: ¿Cómo explica su propuesta de abrir ahora esa discusión entre un grupo de obispos y diputados? ¿Para ese encuentro sí habría "condiciones de serenidad"?
Eleazar Díaz Rangel edrangel@cadena-capriles.com