Terminó en Lisboa, el pasado fin de semana, la cumbre de la Otan. Es una culminación de la geopolítica neoliberal, y un punto de inflexión en la militarización y securitización de las relaciones internacionales.
Sus bases son la hegemonía del capital financiero y el predominio del Pentágono en el trazado de la política exterior de EEUU y Occidente, con una ominosa proyección hacia el mundo.
El cerco estratégico a Rusia, más el plan de incorporar a Ucrania y Georgia a la Otan, las amenazas de desestabilización en China, los procesos de intervención en Asia Central, la subordinación de Europa, el papel cada vez más agresivo de Israel; la agresión contra Irán, Afganistán, Irak y Palestina; los procesos de compra y monopolización de tierras en África y en otros continentes, los procesos de desestabilización de los gobiernos progresistas de América Latina y muy particularmente de la Revolución Bolivariana, las agresiones y desestabilización en África, la ocupación de la región ártica (donde se cree que está un cuarto de los depósitos mundiales inexplorados de gas y petróleo) y alrededor de mil bases militares, configuran la magnitud de la amenaza.
Eso se complementa con la extensión y radicalización de las políticas neoliberales en Europa y en el mundo, que van extendiendo la pobreza y la destrucción de las redes sociales solidarias, más la inyección por parte de la Reserva Federal de EEUU de $600 mil millones que deprecian el dólar, para darle competitividad a las exportaciones de EEUU y desestabilizar las economías emergentes a través de la invasión de capital financiero.
Tienen trancadas las negociaciones sobre cambio climático y avanzan para convertir la diversidad biológica, los recursos genéticos y los conocimientos de las civilizaciones primigenias en fronteras para la acumulación de capital.
Es también un plan para destruir el multilateralismo, sustituir a la Asamblea General de las Naciones Unidas por el Consejo de Seguridad e imponer las soluciones de fuerza.
Ese es el marco geoestratégico donde nuestro proceso se desenvuelve. No es una fatalidad. Necesario es vencer con la unidad, la práctica común, la reflexión, la crítica y la lucha más las tres erres al cuadrado propuestas por el presidente Chávez y una gran alianza internacional.
julio.escalona99@yahoo.com
