Si en EEUU triunfaran las rebeliones populares y echaran abajo el imperio yanqui, otra cosa sería el mundo

1. Las protestas y manifestaciones populares en los estados norteamericanos de Wisconsin, Minnesota y Ohio están generando preocupación entre los políticos y analistas norteamericanos. Son estados industriales que han sido golpeados por la crisis económica en forma especial. La sobreproducción (o en otras palabras, el subconsumo) de la economía norteamericana está creando serias dudas sobre la capacidad que tiene ese país para salir de la recesión a mediano plazo, mucho menos a corto plazo. Sin embargo, para los EEUU –el país que lleva dominando al mundo desde hace un siglo- estas son protestas insignificantes. Son tan enormes las riquezas que acumula ese país como producto de guerras, invasiones, ocupaciones, rentas, intereses, saqueos, que puede dar lo que le pidan y algo más. Quizá ni un puñado de rebeliones en Nueva York, Washington y diez grandes ciudades más, pueda acabar con la opresión de ese gobierno.

2. Pienso que pueden haber grandes levantamientos en Francia, España, Italia, Grecia; de hecho los ha habido y hay amenazas que surjan más; pienso que pueden ser grandes y poderosos pudiendo lograr importantes cambios internos que hagan a esos países un poco más avanzados y menos corruptos, pero hasta ahí nada más. Sin embargo en EEUU –reflexionando lo que pasó en los sesenta con las luchas integracionistas o antirracistas y en los poderosos movimientos estudiantiles de 1968- no concibo que las batallas internas puedan doblegar al imperio. Éste sólo podrá derrumbarse cuando la competencia económica y militar mundial, cuando su poderoso mercado y su enorme producción armamentista comience a caer por incapacidad para competir. ¿Podría olvidarse que las dos guerras mundiales –en lugar de debilitarlo- lo transformaron en el imperio más poderoso sobre la tierra? Así que no hay nada fácil por hacer.

3. Si se quedara EEUU sin reservas de petróleo, sin electricidad, sin energía nuclear, sin teléfonos, sobre todo sin posibilidad de conseguirlo durante una semana, entonces me parece que el imperio podría venirse abajo. Pero nunca se quedarán los yanquis sin sus gigantescas reservas porque cuando éstas son amenazadas y comienzan a disminuir inmediatamente inventa cualquier guerra (provocándola él mismo), cualquier invasión para hacerse de petróleo, recursos naturales, granos, o lo que sea. Es la causa por la que los países pobres no solo no pueden tener reservas, sino que no alcanzan producir para su mercado interno. Por ejemplo: los grandes empresarios mexicanos prefieren siempre vender sus productos a EEUU que vender al mercado mexicano con un potencial inferior de compra. Mientras los empresarios buscan vender toda su producción a EEUU, México tiene que importar, a mayor precio, granos de los mismos EEUU. 

4. De los cambios o transformaciones de la estructura económica, política y militar de EEUU depende que el mundo cambie. Las grandes manifestaciones en África del Norte, por cierto penetradas profundamente por los intereses de EEUU, sólo podrán resultar revoluciones burguesas que crearán un nuevo poder de dominación, pero nada más porque son países dependientes. EEUU, por encima de todo buscará agrandar sus reservas energéticas. Las batallas de los pueblos de Centro y Sur América contra sus gobiernos burgueses es nuestra batalla, es la lucha de los pueblos y deben ser apoyadas y profundizadas; pero en tanto el imperio yanqui no sea debilitado y desarmado, las cosas volverán casi a las mismas condiciones anteriores. ¿Ver las cosas de esta manera es ser pesimista o derrotista? Por el contrario, pienso que es realismo, un objetivismo subjetivismo (dialéctico si se quiere) que se construye a través de la historia.

5. Seguramente otros imperios o países más poderosos como China, Japón, Europa, buscarían sustituir la dominación imperialista yanqui; pero sería otra cosa, puesto que ni juntos esos países representan el poder económico, política y militar de los EEUU. Este país podrá estar en crisis en algunos campos, podrán perder una que otra competencia económica, pero su potencial de reserva –sobre todo nuclear y armamentista- sigue siendo gigante, el más grande del mundo. Esto ha obligado –aquí no tengo duda alguna- que los mal llamados países socialistas y las revoluciones como la mexicana, rusa, china, cubana, nicaragüense, no hayan podido arrancarse del capitalismo a pesar de las muchas voluntades que se pusieron en ellas. ¿Qué hacen los EEUU en Afganistán, Irak, Israel, con bases militares en todo el mundo, en África, en Colombia, México, en Guantánamo y en todos lados, como en Vietnam y Corea? Asegurándose sus reservas.

6. Puedo tener en este momento muchas confusiones acerca de lo que pasa en concreto en muchas partes del mundo, en particular en Libia, pero de lo que estoy seguro es que todas esas manifestaciones y revolucioncitas –mientras los EEUU no caigan- darán una vuelta y regresarán casi al mismo lugar. Podrán tirar del poder a dictaduras personales evidentes (Díaz, Somoza, Trujillo, Strossner, Duvalier, Pinochet) pero de la instalación de gobiernos neoliberales, privatizadores, capitalistas, no escapan. Se ha demostrado hasta la saciedad a través de la historia que los procesos burgueses sólo cambian las caras de los gobernantes pero la dictadura de la clase capitalista continúa. El trabajador no vive ya en plena esclavitud o servidumbre porque en el capitalismo ya es libre para vender su fuerza de trabajo; pero da “la casualidad” que todos los capitalistas pagan el mismo salario miserable y explotan con la misma intensidad. ¿En qué consiste entonces la “libertad” sino no en ser libre para que cualquier capitalista te explote y oprima?

7. A veces por estar observando mucho lo que sucede, pierdo todo interés en opinar acerca de los pequeños luchas que miro sin perspectivas porque dependen de un gigantesco aparato de dominación. Siento que el 95 por ciento de la población –sin educación política e ideológica y con grandes necesidades- está “gastando mucha pólvora en infiernitos” para regresar a lo mismo: como pedir que el aumento al salario no sea de dos pesos y que sea de cuatro; que el gobierno tape baches o coloque un poste de luz, o que quiten a un funcionario para poner a otro. Me parece que todas las luchas ayudan a los pueblos a no sentirse tan jodidos y así debe ser. Pero también pienso que tenemos que ayudar a la gente a aclararse el panorama a fin de que sus batallas sean más afectivas y las ayuden a avanzar. ¿Cómo van a ser consecuentes en sus batallas, ser revolucionarios, si ven que solamente dan vueltas alrededor de lo mismo, es decir, que después de tanto batallar regresan al mismo lugar? Hay que hacer algo, pero ¿qué?

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Pedro Echeverría V


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