Para los imperialistas y desestabilizadores la mentira se ha convertido en la principal arma para acabar con los gobiernos que no son de su agrado o conveniencia. Y si ésta es potenciada con la poderosa maquinaria mediática, como ha venido ocurriendo, ya ustedes conocen los macabros resultados. Tergiversar los hechos reales, ocultar la verdad y toda una cantidad de estudiadas técnicas se vienen imponiendo de una manera grosera para justificar golpes de estado, invasiones y guerras prolongadas que se convierten en ocupaciones.
La mentira vuela vía satélite y se apodera de pueblos enteros para hacer lavados de cerebro. Para negar la conveniencia y hasta el amor a la patria. Los laboratorios del imperialismo trabajan día y noche con la afanosa meta de apoderarse no solamente de la mente y pensamiento de los pueblos. Su máximo interés es la materia prima: territorios, selvas, ríos, lagos, minerales y sobre todo el petróleo.
No hay duda que estamos en presencia de lo que los especialistas han llamado guerra de cuarta generación, y en ella es clave el control de los medios en sus diversas facetas. Muchos pueblos y países viven hoy la secuela o consecuencia de lo que es capaz de hacer el imperialismo cuando utiliza la mentira. En Irak, por ejemplo todavía no aparecen las armas químicas… ni biológicas. Ese pueblo ha sido masacrado, tal como ocurre en Afganistán, Pakistán, entre otros. Ante tal arremetida criminal por parte del gobierno de los Estados Unidos, la ONU, su Consejo de Seguridad y de derechos humanos hacen el triste papel de la sumisión. Alcahuetas del imperio. Pero ahora, en estos días, hemos visto lo diligente que han sido para pretender aislar y montarle una guerra a Libia. Alcahuetas y cómplices de los miles de crímenes cometidos contra pueblos inocentes. ¿En nombre de quién se ha convertido en jueces del mundo?
Y como la mentira es el estandarte para invadir, hacer la guerra, saquear, desestabilizar, dar golpes y adueñarse del petróleo y otras materias primas, los cachorros están regados por todas partes… y a sueldo. Aquí en Venezuela tenemos unos cuantos chismosos y mentirosos que se la pasan viajando para los Estados Unidos y Europa con ese denigrante fin. Gente de la llamada Mesa de la Unidad, MUD, que vendió su alma al diablo y al imperio. Su odio a Chávez y a un pueblo que cada día se empodera más y más, los hace alucinar con golpes y toma del poder. ¡Bien equivocados están!, ya ellos sabrán para quien trabajan. Como no hay que menospreciarlos por su odio e instinto criminal, hoy más que nunca hay que estar alertas porque para ellos no hay patria. Con la firmeza de ayer, hoy y siempre hay que frenarlos con conciencia y fortaleza. Por apátridas, traidores y criminales… ¡No volverán!
revolcones76@yahoo.com.ve