Queda claro tanto la influencia que ejerce en la Casa Blanca esa derecha de congresistas, como que no se quedarán ahí. Vienen por más, porque en el fondo, en el subsuelo, están las mas grandes reservas de petróleo del mundo y un gobierno que no tolera imposiciones del exterior.
Los tiempos han cambiado, en EEUU dominan las fuerzas más agresivas, aunque se supone que sabrán detenerse oportunamente, vistas la voluntad de un gobierno y el apoyo de un pueblo decididos a preservar la soberanía nacional y a defender el dominio sobre su industria petrolera, y la solidaridad latinoamericana.
La reacción. Justificadamente calificada como una agresión y de una descarada intromisión en los asuntos internos de Venezuela, inmediatamente se produjo la reacción oficial, que fue seguida por movilizaciones en varias ciudades durante todos estos días, hasta hoy, con una concentración en Caracas que seguramente desbordará todas las estimaciones. En términos taurinos, Washington como que ignoraba que estaba "picando" a un toro muy bravo.
Cuando el país debió expresarse unido para rechazar esa injerencia y la pretensión de dictarnos normas sobre lo que debe ser nuestra política exterior, con quién debemos tener relaciones y a quiénes venderles el petróleo, en la Asamblea Nacional se produjo un debate en torno a esa agresión donde hubo que aprobar el acuerdo con la sola votación del Psuv y aliados. ¿No era necesario sumar otros votos antes que mostrarles esa fisura?
Es posible que si se hubiese buscado el apoyo de la bancada de la oposición, y naturalmente, se introducían algunos cambios en el proyecto, se habría conseguido la votación unánime, o romper la unidad opositora. La verdad, no seguí el desarrollo de todo el debate parlamentario y no sé si había condiciones de encontrar esos puntos de acuerdo que hubiesen logrado que el rechazo de la Asamblea Nacional a las sanciones del Departamento de Estado hubiese reunido a todos o una mayoría más abrumadora. El comunicado que posteriormente emitió la MUD parece indicar que existían condiciones para la unanimidad.
La conducta del imperio estadounidense no se corresponde con el discurso de Obama en Trinidad; le salió su clase como potencia dominante y agresora, las influencias de la derecha resultan dominantes en la Casa Blanca, como lo evidencian sus acciones en otros lugares del mundo, obsesionados por las más grandes reservas de petróleo del mundo.
¿Hasta dónde llegará la Otan con sus bombardeos a Libia? Por supuesto que ya no pueden justificarlos diciendo que lo hacen en defensa de la población civil, pues en ese país hay una guerra de posiciones, con apoyo de EEUU, Francia, Italia, Reino Unido, sino que hunden barcos libios y dejan caer sus bombas sobre la residencia de Kadafi y otros blancos civiles. Entretanto, ni Moscú ni Beijing hablan con fuerza pidiendo al menos respeto a la Resolución del Consejo de Seguridad, que está siendo violada.
Y a propósito, ¿aprobarán otra resolución similar para defender a la población civil de Yemen? En la última semana han muerto más de 80 civiles víctimas de la represión del gobierno de Alí Abdullah, con 33 años en el poder, apoyado por el Ejército de Arabia Saudita.
Producto de las negociaciones de los presidentes Chávez, Santos y Lobos, del ex presidente Zelaya y de las posiciones del Frente de Resistencia de Honduras, ayer regresó el ex presidente ante una movilización popular de gran magnitud. Su retorno y el de decenas de exiliados fue uno de los cuatro puntos acordados. Otros son de más difícil cumplimiento, como la convocatoria de una Asamblea Constituyente, hace más de un año punto de partida de la crisis que generó el golpe de Estado; el reconocimiento del Frente como fuerza política legal y el respeto a los derechos humanos.
En todo ese proceso negociador hubo dos ausencias de signos distintos: la de Miguel Insulza, SG de la OEA, a quien seguramente dejaron a un lado pese a que el retorno de Honduras a la OEA es el centro de las aspiraciones de su gobierno, y la de María Emma Mejías, secretaria ejecutiva de Unasur. ¿No debió hacerse presente para estimular esas negociaciones? Pero su silencio es más escandaloso ante la agresión de EEUU a Pdvsa, es decir, a Venezuela. ¿Ustedes creen que Néstor Kirchner se hubiese quedado callado en Buenos Aires?
¿Qué habrá escondido entre pecho y espalda de los millones de cholos que votará en las presidenciales peruanas? Naturalmente, muchos ya están decididos, por Ollanta o por Keiko, y hacen que sea tan apretado el panorama, cualquiera de los dos puede ganar. Pero otros factores están en juego, agrupados en la poderosa derecha de ese país, que vieron desajustado el juego político cuando clasificaron los que ellos menos deseaban. Pero vean cómo están las cosas: hace poco, Vargas Llosa declaró que los servicios de inteligencia militar (que alguna vez dominó Montesinos), los partidos y los medios (y seguramente la Iglesia) apoyaban a Keiko, que de ganar, quien gobernará será su padre preso, o en libertad cuando decrete su amnistía. El novel Nobel dice que votará por Ollanta. Cree, supongo, que es manejable pese al miedo que despierta en la oligarquía limeña.
Las mujeres están siendo reivindicadas en las editoriales. La abogada y luchadora social María del Mar Álvarez ofrece Historia de la lucha de la mujer venezolana, editado por El Perro y la Rana en la Biblioteca "Aportes para el debate sobre la mujer", y seguidamente apareció Mujeres en Revolución, del Instituto Nacional de la Mujer, editado por Min-Mujer. Obténgalo por el (0212) 860.8210 al 19.