Durante los anteriores cinco (5) años de gestión de Ban Ki-Moom, formado en la escuela diplomática imperial desarrollada por la burocracia de la ONU, el planeta ha sufrido tres (3) guerras inmorales e ilegales del imperialismo contra los pueblos musulmanes de las Repúblicas de Irak, Afganistán y Libia, las cuales han producido cientos de miles de muertos y destruido una parte importante del patrimonio físico y cultural de tales pueblos milenarios, con el único inocultable propósito de apoderarse de los rico yacimientos petrolíferos y controlar la proyectada ruta asiática del transporte de hidrocarburos hacia el continente europeo.
La permanencia de Ban Ki-Moom en la Secretaría General de la ONU garantiza que este organismo no estará al servicio de la Asamblea General y de las diversas agencias que integran el organismo mundial, sino que profundizará su papel de los poderes que dominan el Consejo de Seguridad en su propósito de pasar de una oligarquía del Poder Mundial a una plutocracia con idénticos propósitos, pero esta vez con la incorporación de otros Estados dispuesto a colocar los intereses de sus clases propietarias a favor de la dominación del Capital, posponiendo los reclamos de democratización de la ONU, reforzamiento del papel de la Asamblea General, la reforma del sistema de votación y de integración del Consejo de Seguridad y el fortalecimiento de su papel en la lucha contra la pobreza, el cambio climático, la criminalidad internacionalidad y la solución pacífica de los conflictos armados.
La respuesta de los pueblos y gobiernos progresistas de Asia, Africa y América Latina a la confirmación de surcoreano Ban Ki-Moom al frente del más importante organismo mundial no puede ser abandonar este escenario fundamental de la lucha de clases internacional, sino fortalecer los organismos internacionales como UNASUR, la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe y la Unión Africana, en los cuales no están directamente presente el gobierno imperialista de los Estados Unidos, los gobiernos de la OTAN y el ente sionista israelí, por lo que, aún cuando tales fuerzas tengan aliados en el seno de estos organismos, siempre3 la presión de sus pueblos y las contradicciones en el seno de las clases dominantes, dará un espacio de resistencia que puede favorecer a los sectores progresistas y democráticos que defienden sus regiones como Zonas de Paz, Seguridad, Integración y Desarrollo Social.
La Victoria Imperial que representa la reelección de Ban Ki-Moom al frente de la Secretaria General de la ONU, no es un hecho determinante en el actual curso de la lucha de los pueblos por la soberanía, la independencia, la democracia y el Bienestar Social, porque todo parece indicar que la profundización de la crisis del Sistema Capitalista, en su fase global, ya no solo aumentará la gobernabilidad al interior de los Estados periféricos sino que desestabilizará los propios Estados imperialistas, abriendo nuevos espacios para la lucha nacional e internacional de los trabajadores por defender sus conquistas democráticas y sociales y, en muchos casos, avanzando hacia el rompimiento de la dominación burguesa imperialistas en su países, abriendo diversas transiciones hacia la sociedad de los Justos: El Socialismo.
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