En el año 2000 los voceros del gobierno de los Estados Unidos comentaron
en los medios de comunicación que el gobierno venezolano apoyaba a
Sadam Hussein, en el enriquecimiento de uranio y en la fabricación
de armas nucleares. Noticias que se ampliaron con más mentiras en los
años 2001 y 2002, siendo excusa para que el departamento de Estado
conspirara junto a los grupos de oposición venezolana, en el diseño
estratégico de un golpe de estado que se cumplió –al pie de la letra-
en abril de 2002. Golpe que duro pocas horas al desbordarse el pueblo
por las calles y tomar las guarniciones policiales, militares y gubernamentales,
solicitando la libertad de Chávez, quien permanecía prisionera en
una de las Islas del territorio venezolano.
A finales de 2006 y los primeros años de 2007, los organismos del gobierno
de Estados Unidos lanzaron otro feroz ataque a través de los medios
de comunicación contra el gobierno del presidente Hugo Chávez Frías,
donde informaban que el grupo de resistencia islámico Al qaeda tenía
conexiones con grupos árabes residenciados en la Isla de Margarita,
y que según analistas políticos venezolanos se debían a dos hipótesis:
el primero, según la cual Estados Unidos busca preparar el terreno
para futuras acciones terroristas. Y la segunda, en hacerle ver al mundo
que la seguridad de Estados Unidos está amenazada porque si llegase
a cortar el suministro de petróleo venezolano por una acción de Al
Qaeda, esto ameritaría una intervención militar en Venezuela.
En el mes de junio de 2008, el Departamento de Estado fue un poco más
allá acusando a funcionarios del gobierno venezolano en ser miembros
de los grupos políticos palestinos Hamas y Hezbollah. Antes de estos
hechos amenazaron al al actual Ministro de Interior y Justicia Tareck
El Aissami, en tenerlo inscrito en una “lista negra” por ser –presuntamente-
colaborador político y financiero del partido Baas de Siria, de otras
agrupaciones de resistencia en Venezuela y el Medio Oriente.
El extremo de la xenofobia contra los venezolanos de padres árabes
lo podemos leer en el documento emitido por el Departamento del Tesoro
de los Estados Unidos donde señala que, el señor Ghazi Nasr al Din
o Ghazi Atef Nasserddine, es un partidario de Hezbollah radicado
en Venezuela y que presuntamente ha utilizado su posición de agregado
diplomático como director de asuntos políticos en la embajada venezolana
del Líbano, con el objeto de proporcionar apoyo financiero al Hezbollah.
Asimismo, acusa al empresario Fawzi Kan’an, de utilizar agencias de
viajes de su propiedad, para facilitar el traslado de miembros de Hezbollah
a Venezuela y de recaudar fondos para dicho partido político.
La política del gobierno
del presidente Hugo Chávez ha sido firme en cuanto al respeto a la
soberanía y a la no ingerencia de los asuntos internos. Las agendas
trazadas por las trasnacionales y por los interesados extranjeros de
seguir gobernando con sus títeres impuestos a Venezuela, terminó cuando
se eligió por votación popular al Presidente Chávez en 1999. Esto
ha causado desequilibrios emocionales en los distintos sucesivos gobiernos
de los Estados Unidos, así como de algunas personalidades
“mediocres” unidos a los medios de comunicaciones, que se
han dedicado a desprestigiar al país, para buscar fisuras y de
esta manera calar en los organismos internacionales para sancionar a
Venezuela. Entre estos personajes cito a Patrick Meehan, Mario Vargas Llosa, Otto Reich, Alejandro Aguirre, Roger Noriega, Álvaro Uribe Vélez, Peter Hakim,
Carlos Alberto Montaner, Roberto Micheletti, Alejandro Peña Esclusa
(preso en Venezuela por actos terroristas), Ileana Rose Lehtinen, José María Aznar, Connie Mack, Jorge Quiroga,
Connie Mack, todos perteneciente a la política ultraderechista internacional,
y que son financiados para crear laboratorios mediáticos y planes golpistas
por instituciones como la USAID, el FLD filial del
think thank, las Fundaciones ATLAS y FAES, la CIA, el Mosad, la RELIAL,
grupos financieros judíos, a los que habría que sumarle a gran parte
de la oligarquía venezolana, a los golpistas y autoexiliados en varios
países de América.
No es extraño, por ejemplo,
que Roger Noriega tenga desde el año 2001 una constante campaña
mediática para desprestigiar a Venezuela, luego de su fracaso como
Embajador de EEUU ante la Organización de Estados Americanos OEA y
como Secretario de Estado adjunto para América Latina durante el gobierno
de George. W. Bush.
Este personaje estadounidense
de padres mexicanos, con un prontuario negro en su vida que va desde
violador –presuntamente- de niños, hasta estar relacionado con grupos
de la oligarquía hondureña ligada al narcotráfico, ha sido coautor
de la llamada ley Helms – Burton en 1996, que reforzó el embargo
contra Cuba y es un firme defensor del terrorista Luis Posadas Carriles.
Asimismo es quien ha manifestado que la región de América Latina tiene
grandes desafíos: Uno: “la lucha contra la criminalidad por el
narcotráfico, Dos: el populismo autoritario, que es un modelo presentado
de forma agresiva por el presidente venezolano Hugo Chávez”,
insinúa que “el chavismo y el régimen de Chávez tienen una alianza
con el narcotráfico, con Irán y grupos terroristas”. Directamente,
Roger Noriega, acusa a los venezolanos – que es la mayoría-, de ser
terroristas y narcotraficantes.
En sus propias declaraciones
hechas a un medio colombiano el 26 de junio de 2011, afirma: “Si
reconocemos esa amenaza trasnacional [hablando del Presidente Chávez]
tal vez podríamos empezar a fabricar una respuesta internacional, y
si podemos identificar la criminalidad de ese modelo, podríamos atraer
la atención de Washington.” En otras palabras, si ellos los enemigos
de Venezuela, con la fabrica de sucias mentiras, pudieran hacer que
una de ellas se transformara como verdad; primero para calar en la opinión
publica y en los organismos internacionales, luego para condenar e involucrar
al gobierno del Presidente Chávez, ya sea con el terrorismo, narcotráfico
o con la violación de los derechos humanos, con el fin de encontrar
una fisura para minar y derrocar la revolución bolivariana, en consecuencias
al Presidente Hugo Chávez.
Por eso no nos debemos
extrañar del complot internacional que existe contra Venezuela, donde
se crean matrices noticiosas como aquellas supuestas reuniones secretas
entre miembros del Hezbollah, Yihad Islámica, Hamas, en “el complejo
de Fuerte Tiuna”. U otras noticias construidas desde la imaginación
donde citan nombres del gobierno venezolano para relacionarlos con la
FARC, ETA, Al Qaeda, etc.
Más recientemente, Roger Noriega, aseguraba que el Presidente Hugo Chávez le había enviado a Ollanta Humala 12 millones de dólares para financiar su campaña como candidato presidencial, donde los propios periodistas Álvaro Vargas Llosa y Guillermo Gonzáles Arica (no amigos de la revolución bolivariana), salieron a desmentir tal desproporción. Gonzáles Arica afirma que Roger Noriega “solo demuestra su apasionado sentimiento antichavez que lo lleva a cometer estos excesos”.
Hace algunos días en
una reunión que sostuvieron algunos congresistas de la ultraderecha
de Estados Unidos con Roger Noriega, hablaron de haber expuesto evidencias
fotográficas de líderes y activistas árabes – venezolanos vinculados
al Hezbollah, y donde nombraron a Ghazi Atef Nasserddine y a dos de
sus hermanos como lideres de una supuesta base de entrenamiento y operaciones
en la Isla de Margarita, que podría constituirse en una amenaza para
la seguridad nacional de Estados Unidos.
Una vez más Roger Noriega
muestra una clara adversión a los árabes, musulmanes, a Irán, Cuba
y Venezuela.
¿Por qué la Unión
Europea EU, la Liga Árabe, la Organización de Estados Americanos OEA,
la Organización de Naciones Unidas ONU, y otros organismos internacionales,
no hablan sobre el Hezbollah? Sencillamente porque el Hezbollah
o partido de Dios, es un partido político de resistencia armado, que
surgió en la República Libanesa en la década de los años ochenta
en respuesta a la invasión israelí de 1982 del Líbano.
Como partido el Hezbollah
va a elecciones, tiene alcaldes, gobernadores, diputados y ministros
en el gobierno. Goza de una gran popularidad dentro de la población
libanesa y en el mundo árabe.
En cuanto al repudio
que muestra Roger Noriega a la comunidad árabe venezolana son por varias
razones: Uno; la comunidad árabe venezolana dentro y fuera de Venezuela
apoyan al gobierno de Hugo Chávez; DOS; Roger Noriega Recibe remuneración
económica por “gobierno” de Israel por cada opinión verbal o escrita
en los medios de comunicación internacional; TRES; por el daño
que pudiese haberle causado Ghazi Atef Nasserdinne a los Estados Unidos
y aliados que pretendían alguna actividad terrorista
en Venezuela; CUATRO; por los golpes y desarticulación del narcotráfico
que ha venido realizando el Ministerio de Interior y Justicia que preside
Tarek El Aissami; CINCO; la expulsión y cierre de la Embajada de Israel
en Venezuela, están podrían ser una de las tantas razones que impulsan
a Roger Noriega a calumniar contra la República Bolivariana de Venezuela.
La conspiración internacional
con los lacayos internos sigue latente, los escenarios a diario cambian,
pero los personajes siguen siendo los mismos.
La revolución bolivariana
se adapta a los nuevos cambios que le imponen los retos y seguirá
triunfando.