Xenofobia árabe y conspiración contra Venezuela

En junio del año de 2008, escribí un artículo subtitulado: La Xenofobia del gobierno de George W. Bush contra los Árabes venezolanos, allí decía que desde el año 2000, cuando el presidente Chávez visitó a varios países miembros de la OPEP, entre ellos Irak, el departamento de estado de Estados Unidos, la agencia central de inteligencia CIA, las agencias militares no gubernamentales y algunos voceros individuales, diseñaron la estrategia de involucrar a venezolanos (con apellidos árabes) con grupos de resistencia que ellos han denominado “terroristas” como HEZBOLLA, HAMAS, CIRCULOS BOLIVARIANOS, para poner en dudas la democracia y el gobierno del presidente Hugo Chávez Frías.

 
En el año 2000 los voceros del gobierno de los Estados Unidos comentaron en los medios de comunicación que el gobierno venezolano apoyaba a Sadam Hussein, en el enriquecimiento de uranio y en la fabricación de armas nucleares. Noticias que se ampliaron con más mentiras en los años 2001 y 2002, siendo excusa para que el departamento de Estado conspirara junto a los grupos de oposición venezolana, en el diseño estratégico de un golpe de estado que se cumplió –al pie de la letra- en abril de 2002. Golpe que duro pocas horas al desbordarse el pueblo por las calles y tomar las guarniciones policiales, militares y gubernamentales, solicitando la libertad de Chávez, quien permanecía prisionera en una de las Islas del territorio venezolano.

 
A finales de 2006 y los primeros años de 2007, los organismos del gobierno de Estados Unidos lanzaron otro feroz ataque a través de los medios de comunicación contra el gobierno del presidente Hugo Chávez Frías, donde informaban que el grupo de resistencia islámico Al qaeda tenía conexiones con grupos árabes residenciados en la Isla de Margarita, y que según analistas políticos venezolanos se debían a dos hipótesis: el primero, según la cual Estados Unidos busca preparar el terreno para futuras acciones terroristas. Y la segunda, en hacerle ver al mundo que la seguridad de Estados Unidos está amenazada porque si llegase a cortar el suministro de petróleo venezolano por una acción de Al Qaeda, esto ameritaría una intervención militar en Venezuela.

 
En el mes de junio de 2008, el Departamento de Estado fue un poco más allá acusando a funcionarios del gobierno venezolano en ser miembros de los grupos políticos palestinos Hamas y Hezbollah. Antes de estos hechos amenazaron al al actual Ministro de Interior y Justicia Tareck El Aissami, en tenerlo inscrito en una “lista negra” por ser –presuntamente- colaborador político y financiero del partido Baas de Siria, de otras agrupaciones de resistencia en Venezuela y el Medio Oriente.

 
El extremo de la xenofobia contra los venezolanos de padres árabes lo podemos leer en el documento emitido por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos donde señala que, el señor Ghazi Nasr al Din o Ghazi Atef Nasserddine, es un partidario de Hezbollah radicado en Venezuela y que presuntamente ha utilizado su posición de agregado diplomático como director de asuntos políticos en la embajada venezolana del Líbano, con el objeto de proporcionar apoyo financiero al Hezbollah. Asimismo, acusa al empresario Fawzi Kan’an, de utilizar agencias de viajes de su propiedad, para facilitar el traslado de miembros de Hezbollah a Venezuela y de recaudar fondos para dicho partido político.

Esto era parte de lo que escribí en el año 2008. Sin embargo, en las investigaciones, análisis y tratamiento de esa matriz de opinión de involucrar al Estado Venezolano con grupos “terroristas”, con la finalidad de minar la credibilidad que tienen los pueblos de América Latina, Europa, África, Asia, Medio Oriente y hasta los Estados Unidos, sobre el proyecto político revolucionario que se desarrolla en Venezuela y otras partes de América Latina, no solo comenzó con la visita del Presidente Chávez en el año 2000 a varios países de la OPEP, para levantar los precios del petróleo que apenas rozaban 7 dólares el barril, sino que en el año 2001 causó mucho malestar  a las trasnacionales norteamericanas, que el Presidente Chávez se desmarcara de la declaración final del encuentro al expresar reservas con relación a la «cláusula democrática» y a la fecha límite de la entrada en vigor del ALCA, que sería sepultada en la IV Cumbre de las Américas realizada en Mar de la Plata Argentina en noviembre de 2005. La posición antiimperialista, la diversificación de las relaciones bilaterales con países de Medio Oriente y América Latina en función del ejercicio de la soberanía y de los intereses de los pueblos, el manejo del sistema económico e industrial por el estado, el planteamiento del desarrollo de una democracia participativa y protagónica donde el pueblo tome decisiones y esté informado de las políticas del gobierno, la solidaridad con las causas justas de los pueblos como Palestina y Haití, los golpes dados al narcotráfico luego de la expulsión de la D.E.A del territorio venezolano, han causado daño a los intereses de los Estados Unidos, precisamente en sus empresarios monopolistas, quienes se creían dueños de las riquezas e instituciones de Venezuela por las políticas entreguistas que se practicaron durante todo el siglo XX. 

La política del gobierno del presidente Hugo Chávez ha sido firme en cuanto al respeto a la soberanía y a la no ingerencia de los asuntos internos. Las agendas trazadas por las trasnacionales y por los interesados extranjeros de seguir gobernando con sus títeres impuestos a Venezuela, terminó cuando se eligió por votación popular al Presidente Chávez en 1999. Esto ha causado desequilibrios emocionales en los distintos sucesivos gobiernos de los Estados Unidos, así como de algunas personalidades “mediocres” unidos a los medios de comunicaciones, que se han dedicado a desprestigiar al país, para buscar fisuras y de esta manera calar en los organismos internacionales para sancionar a Venezuela. Entre estos personajes cito a Patrick Meehan, Mario Vargas Llosa, Otto Reich, Alejandro Aguirre, Roger Noriega, Álvaro Uribe Vélez, Peter Hakim, Carlos Alberto Montaner, Roberto Micheletti, Alejandro Peña Esclusa (preso en Venezuela por actos terroristas),  Ileana Rose Lehtinen, José María Aznar, Connie Mack, Jorge Quiroga, Connie Mack, todos perteneciente a la política ultraderechista internacional, y que son financiados para crear laboratorios mediáticos y planes golpistas por instituciones como la USAID, el FLD filial del think thank, las Fundaciones ATLAS y FAES, la CIA, el Mosad, la RELIAL, grupos financieros judíos, a los que habría que sumarle a gran parte de la oligarquía venezolana, a los golpistas y autoexiliados en varios países de América. 

No es extraño, por ejemplo, que Roger Noriega tenga desde el año 2001 una constante campaña mediática para desprestigiar a Venezuela, luego de su fracaso como Embajador de EEUU ante la Organización de Estados Americanos OEA y como Secretario de Estado adjunto para América Latina durante el gobierno de George. W. Bush. 

Este personaje estadounidense de padres mexicanos, con un prontuario negro en su vida que va desde violador –presuntamente- de niños, hasta estar relacionado con grupos de la oligarquía hondureña ligada al narcotráfico, ha sido coautor de la llamada ley Helms – Burton en 1996, que reforzó el embargo contra Cuba y es un firme defensor del terrorista Luis Posadas Carriles. Asimismo es quien ha manifestado que la región de América Latina tiene grandes desafíos: Uno: “la lucha contra la criminalidad por el narcotráfico, Dos: el populismo autoritario, que es un modelo presentado de forma agresiva por el presidente venezolano Hugo Chávez”, insinúa que “el chavismo y el régimen de Chávez tienen una alianza con el narcotráfico, con Irán y grupos terroristas”.  Directamente, Roger Noriega, acusa a los venezolanos – que es la mayoría-, de ser terroristas y narcotraficantes.  

En sus propias declaraciones hechas a un medio colombiano el 26 de junio de 2011, afirma: “Si reconocemos esa amenaza trasnacional [hablando del Presidente Chávez] tal vez podríamos empezar a fabricar una respuesta internacional, y si podemos identificar la criminalidad de ese modelo, podríamos atraer la atención de Washington.” En otras palabras, si ellos los enemigos de Venezuela, con la fabrica de sucias mentiras, pudieran hacer que una de ellas se transformara como verdad; primero para calar en la opinión publica y en los organismos internacionales, luego para condenar e involucrar al gobierno del Presidente Chávez, ya sea con el terrorismo, narcotráfico o con la violación de los derechos humanos, con el fin de encontrar una fisura para minar y derrocar la revolución bolivariana, en consecuencias al Presidente Hugo Chávez. 

Por eso no nos debemos extrañar del complot internacional que existe contra Venezuela, donde se crean matrices noticiosas como aquellas supuestas reuniones secretas entre miembros del Hezbollah, Yihad Islámica, Hamas, en “el complejo de Fuerte Tiuna”. U otras noticias construidas desde la imaginación donde citan nombres del gobierno venezolano para relacionarlos con la FARC, ETA, Al Qaeda, etc.  

Más recientemente, Roger Noriega, aseguraba que el Presidente Hugo Chávez le había enviado a Ollanta Humala 12 millones de dólares para financiar su campaña como candidato presidencial, donde los propios periodistas Álvaro Vargas Llosa y Guillermo Gonzáles Arica (no amigos de la revolución bolivariana), salieron a desmentir tal desproporción. Gonzáles Arica afirma que Roger Noriega “solo demuestra su apasionado sentimiento antichavez que lo lleva a cometer estos excesos”.

Hace algunos días en una reunión que sostuvieron algunos congresistas de la ultraderecha de Estados Unidos con Roger Noriega, hablaron de haber expuesto evidencias fotográficas de líderes y activistas árabes – venezolanos vinculados al Hezbollah, y donde nombraron a Ghazi Atef Nasserddine y a dos de sus hermanos como lideres de una supuesta base de entrenamiento y operaciones en la Isla de Margarita, que podría constituirse en una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.  

Una vez más Roger Noriega muestra una clara adversión a los árabes, musulmanes, a Irán, Cuba y Venezuela.  

¿Por qué la Unión Europea EU, la Liga Árabe, la Organización de Estados Americanos OEA, la Organización de Naciones Unidas ONU, y otros organismos internacionales, no hablan sobre el Hezbollah? Sencillamente porque el Hezbollah o partido de Dios, es un partido político de resistencia armado, que surgió en la República Libanesa en la década de los años ochenta en respuesta a la invasión israelí de 1982 del Líbano.  

Como partido el Hezbollah va a elecciones, tiene alcaldes, gobernadores, diputados y ministros en el gobierno. Goza de una gran popularidad dentro de la población libanesa y en el mundo árabe.  

En cuanto al repudio que muestra Roger Noriega a la comunidad árabe venezolana son por varias razones: Uno; la comunidad árabe venezolana dentro y fuera de Venezuela apoyan al gobierno de Hugo Chávez; DOS; Roger Noriega Recibe remuneración económica por “gobierno” de Israel por cada opinión verbal o escrita en los medios de comunicación internacional; TRES; por el daño que pudiese haberle causado Ghazi Atef Nasserdinne a los Estados Unidos y aliados que pretendían alguna actividad terrorista en Venezuela; CUATRO; por los golpes y desarticulación del narcotráfico que ha venido realizando el Ministerio de Interior y Justicia que preside Tarek El Aissami; CINCO; la expulsión y cierre de la Embajada de Israel en Venezuela, están podrían ser una de las tantas razones que impulsan a Roger Noriega a calumniar contra la República Bolivariana de Venezuela. 

La conspiración internacional con los lacayos internos sigue latente, los escenarios a diario cambian, pero los personajes siguen siendo los mismos. 

La revolución bolivariana se adapta a los nuevos cambios que le imponen los retos y seguirá  triunfando. 

roajavier4@gmail.com



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Javier Alexander Roa


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