Ya se convierte en un chiste macabro y de mal gusto esa aprobada decisión “por consenso” de la ONU y su presidente títere de actuar para proteger a los civiles en los países en donde se presentan conflictos. ¡Bien bueno como los protegen! Cuando no los matan de hambre como en Haití o Somalia, les aplican una de armas de todo tipo de calibre, por aire, mar y tierra. Como ven, no hay escapatoria con el imperio. Si nos pela el chingo, nos agarra el sin nariz.
No es cuento lo del plan imperialista. Si alguien tenía algún tipo de dudas o sin alguien anda caído de la mata, es hora de abrir los ojos… ¡Y bien abiertos! En ese recetario hay fórmulas para cada país y para cada realidad. Planes mediáticos criminalmente concebidos para desvirtuar realidades y convertir verdades en mentiras en cuestión de segundos.
Planes para generar divisiones irreconciliables entre hermanos de un mismo país. Generar odios en donde no los hay, al punto de propiciar guerras civiles devastadoras, tal como ha venido ocurriendo en Irak, Paquistán, Abganistán y recientemente en Libia. Fotomontajes, falsos videos y todo tipo truculencia tecnológica para propiciar decisiones intervencionistas, cuyo único propósito es apoderarse de los recursos naturales y sumir los pueblos en la ignorancia, pobreza y esclavitud que son caldo de cultivo para la dominación.
Está claro que Estados Unidos está detrás de todas estas criminales intervenciones imperialistas. Con todo el estado de una economía parasitaria y una creciente descomposición social, ellos pretenden seguir avasallando pueblos con el propósito de seguir siendo los reyezuelos del planeta. Claro, mientras sigan contando con organismos como la ONU y la complicidad de muchas potencias.
Para los venezolanos el panorama debe estar bien claro. Nuestra condición de país que cuenta con grandes reservas petroleras y otros tantos recursos naturales, nos exige obligatoriamente la unidad y hacer respetar nuestra soberanía. Como dice el dicho, guerra avisada no mata soldados.
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