Ciertamente son amenazas serias y hay que tomarlas en cuenta. Son muchos los que desde Estados Unidos, el primer violador internacional de los derechos humanos, insisten en presentar al presidente institucional de Venezuela, Hugo Chávez como un peligro para la estabilidad de América Latina.
Figuras como Condoleezza Rice, secretaria de Estado y Poster Goss, director de la Agencia Central de Inteligencia así como varios congresistas y senadores estadounidenses han atacado verbalmente en los últimos días a Chávez.
La euforia antichavista ha tomado auge en Miami, donde durante años han proliferado organizaciones ultraderechista y terroristas.
Allí, una de las televisoras con más audiencia llevó a su programa al actor venezolano Orlando Urdaneta quien a una pregunta de la entrevistadora llamó a asesinar a Chávez “con un fusil con mira telescópica.”
Días después, la presentadora del mismo canal llevó a los estudios a Félix Rodríguez, un connotado agente de la CIA que realizó operaciones de terrorismo contra Cuba y acciones de desestabilización contra el gobierno Sandinista desde los campamentos contrarrevolucionarios construidos por Estados Unidos en El Salvador y Honduras.
En el programa, Rodríguez enfatizó que había que hacer algo contra el gobierno bolivariano, que ya Washington tenía planes de contingencia que podrían lograr el cambio dentro de Venezuela.
Durante el diálogo con la presentadora, Rodríguez declaró que las acciones militares son posibles y recordó el caso específico de Libia cuando aviones norteamericanos bombardearon la casa del líder Mohammed Khadafi, y seguidamente respondió que se podía eliminar físicamente al presidente con un ataque militar desde un avión.
Increíble que estas amenazas y declaraciones ocurran en una televisora de habla hispana en Miami y que llega a millones de personas en el hemisferio sur. Desde Estados Unidos se llama abiertamente al magnicidio de un jefe de estado latinoamericano.
Realmente la situación es alarmante, máxime cuando hace solo unos días un ex miembro de la comunidad bancaria internacional acaba de publicar el libro Confesiones de un Economic Hit Man (EHM)en el que denuncia que los ex presidentes de Panamá, Omar Torrijos y de Ecuador, Jaime Roldos, fueron asesinados porque no se plegaron a las órdenes de Estados Unidos.
Los EHM son personas escogidas entre los más inteligentes y sagaces de las universidades para hacer trabajos del gobierno estadounidense pero con la fachada de funcionarios de alguna empresa transnacional.
En su libro, John Perkins explica que durante años, como profesional muy bien pagado, ayudó a Estados Unidos a timar alrededor de un trillón de dólares a los países pobres, obligándoles a tomar préstamos que no podían pagar y de esa forma se adueñaban de sus economías.
Perkins puntualizó que tanto Roldos como Torrijos no murieron por accidente en sus aviones. Ellos fueron asesinados porque se opusieron a esa fraternidad de corporaciones, gobiernos y elites bancarias cuya meta es el imperio global.
Agregó que Torrijos había firmado el Tratado del Canal con el presidente Jimmy Carter, asunto muy discutido en el Congreso estadounidense. El mandatario panameño también negociaba con los japoneses la construcción de un canal a nivel del mar, lo que había disgustado a la Corporación Bechtel, que dirigían George Schultz y Caspar Weinberger.
Al llegar el gobierno de Ronald Reagan, Shultz fue nombrado secretario del Departamento de Estado y Weinberger, ministro de Defensa, los que volvieron a presionar a Torrijos para que no negociara con los japoneses.
Él era un hombre asombroso, de principios, afirma Perkins, y así murió, en una caída de un avión en llamas al que se le conectó una grabadora con explosivos en su interior.
Yo estaba allí, había estado trabajando con él. Supe que los EHM habíamos fallado. Supe que los chacales estaban rodeándolo, no hay duda en mi mente que fue la rúbrica de la CIA.
Perkins hace otras muchas confesiones en su libro pero en esta ocasión la situación es distinta porque el mundo ha sido alertado de que Estados Unidos con tal de eliminar el ejemplo que significa la revolución bolivariana, prepara un posible magnicidio contra el presidente Hugo Chávez.
Y esa es la conclusión, hay que tener bien abierto los ojos porque las garras el águila revolotean sobre la patria de Bolívar.
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