No tengo dudas al afirmar que la VI Cumbre de “Las Américas” ha sido junto a la Cumbre de Quebec el más rotundo fracaso de las políticas imperiales de los EUA, y en el caso de Cartagena, la frustración más grande del anticastrismo miamero, quienes deben ver en la contundente postura de todos los países latinoamericanos (incluso Colombia, a pesar de su gobierno) la necesaria incorporación de Cuba a dicho encuentro.
Es importante refrescar la memoria en cuanto a esta Cumbre, mal llamada de “Las Américas”, ya que América es un solo continente, aunque la política colonia de los EUA definitivamente divide, fragmenta y pretende sobre esta circunstancia dominar lo que ellos denominan su “patio trasero”. Esta Cumbre nace con un solo objetivo, ser el espacio promovido por la OEA para aprovechar la debilidad producto de la disolución del Bloque Soviético y “el fin de la historia” para imponer un Tratado de Libre Comercio entre EUA y América Latina, que condenara definitivamente a nuestros pueblos a la postración económica ante el sistema Norte Americano (EUA y Canadá).
Sin embargo, con el tiempo, y después de la digna postura del Presidente Chávez en Quebec, donde ante la inminente concreción del Tratado, fue la única voz discordante, esto permitió impulsar un proceso vertiginoso que condujo al fracaso del ALCA y al inicio de un despertar de los pueblos latinos en cuanto a su soberanía, capacidad de autodeterminación y autonomía.
LA Cumbre de Cartagena, convertida en un espacio de odas al presidente Obama, por parte de un gobierno entregado como el de Santos, y un pueblo altamente alienado ante el “american sweet dreams”, terminó siendo un escenario de los colombianos para el divertimento de la delegación gringa, al punto que; parte de los escoltas de Obama fueron expulsados del país, no por el caso de prostitución del que fueron protagonistas, si no, porque no pagaron la fiesta organizada, mientras Hillary tomaba cerveza en un local bogotano llamado Habava; ¡que ironía!
El resultado fue: Santos terminó de amarrar su TLC con EUA, mientras La Cumbre, censurada por los “gobiernos más demócratas del continente” se realizó a puerta cerrada, y allí, se excluyó el tema de Cuba y su incorporación como exigencia de todos los países americanos menos EUA y Canadá, además de mancillar el honor del pueblo argentino al dejar de lado, incluso como tema dentro del discurso de instalación de Santos; Las Malvinas y la soberanía, no sólo Argentina sino Latinoamericana sobre estas tierras.
Pero el gobierno colombiano pretende haber obtenido otra ganancia, un foro de empresarios donde se lograron interesantes negocios, totalmente desconectados de los intereses centrales de la Cumbre y de los pueblos Latinoamericanos y del Caribe.
En esta Cumbre hubo un verdadero ganador, y dos grandes perdedores. El verdadero ganador fue el pueblo latinoamericano representado por La ALBA y La CELAC, quienes han demostrado su postura de dignidad y cada vez clarifican más que su camino está trazado sobre su unidad y no su sumisión, y el perdedor fue el gobierno de Colombia, que cree haber tenido éxito con su TLC, que sabemos generará la más grande pobreza de su pueblo y un foro empresarial que no condujo sino a más privatización de las acciones gubernamentales colombiana. Y el otro perdedor: EUA, que a través de Obama, lo único que se lleva es la certeza de la entrega de Colombia como una nueva estrella de su bandera, y un pueblo latinoamericano que de pie le ratificó que no se cala más sus imposiciones y arbitrariedades.
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