En pelota quedó Estados Unidos y su grosero Imperio ante la opinión pública mundial con el caso del joven Edward Snowden, exagente de la CIA y quien develó al mundo parte de las injerencias e intromisiones que su país ha venido haciendo a lo largo de los años y a los largo de la urbe; con la finalidad de proteger sus intereses particulares de los grandes monopolios y transnacionales mundiales que incluyen la industria armamentista y farmacéutica, que son sus grandes brazos de poder y riqueza.
Snowden, quien al redactar se encontraba en Rusia esperando el asilo de cualquier país que lo proteja de la tortura y la muerte que le espera en el país de la Libertad, Estados Unidos, por sacar a la luz pública lo que ya todo el mundo sabía, lo que todo el mundo comentaba, lo que los más incautos sospechaban y no era más que otro que este Imperio prepotente y depravado no le importa la especie humana ni el ciclo vital de la naturaleza sino el cultivar sus poderíos a costilla de doblegar al hambre y la muerte a gran parte de la humanidad.
Lo del espionaje es sólo una pequeña paja en el ojo, una basurita, ante la complejidad de un sistema económico y político capaz de generar guerras, capaz de hacer un festín con las muertes de miles y millones de niños, ancianos e inocentes, con el apoyo de las grandes corporaciones de medios de “desinformaciones” mundiales y con el apoyo de sectores privados y religiosos que se prestan a este macabro juego del terror y de la muerte.
Muchas han sido las evidencias sobre el pretexto de Bush para invadir Irak; fue capaz de hacer añicos las torres gemelas del World Trade Center de New York, una masacre en su propio país, para tener la excusa perfecta para junto a su cómplice Osama Bin Lade, quien nunca apareció y ya dejaron de buscar, para desatar una guerra cruenta en el medio oriente que todavía tiene secuelas negativas y devastadoras.
Así mismo pasa con la cantidad de virus que han florecido en estos tiempos y que personalidades cercanas al entorno Bush son dueñas de sus antídotos y patentes de las farmacias que poseen los retrovirus y remedios, como el mismo sida, y las fulanas gripes aviar AH1N1 y sus tantas mutaciones que pululan en el urbe diezmando poblados y enfermando grandes conglomerados.
Toda una mentira perversa montada para implantar la hegemonía mundial, sin piedad alguna, socavando todo cimiento de moralidad y ética. Un imperio degenerado, decadente, asesino y oscuro que ahora ha quedado desnudo con la deserción de uno de sus agentes Snowden, un valiente joven que seguro será castigado con la muerte si logran atraparlo.
Cobarde han sido muchos países del mundo, es hora de decirlo. Muchos países, que se jactan de ser primer “mundista” o potencias, han mostrado una diplomacia pusilánime, genuflexa, ante las groserías del imperio…, y han optado por cerrarle las puertas de sus pueblos a este valiente y honesto joven estadounidense capaz de desnudar parte de las atrocidades del Imperio.
Sin embargo, lo peor no está allí, lo peor es la posición reptil de algunos diplomáticos de la cuarta república y alguna vocería opositora que nos vuelven a demostrar a todos los venezolanos sus indolencias, sus bajezas de súbditos y marionetas del gobierno de Estados Unidos, quienes han salido a arremeter contra este joven Snowden que es perseguido de manera brutal por las redes oscuras de seguridad internacional para pulverizarlo como escarmiento de haberse metido con este clan de asesinos.
Digna y valiente es la posición de nuestro presidente Nicolás Maduro y algunos gobernantes del área, que están considerando la ayuda humanitaria y política a este muchacho valiente que ha sido capaz de demostrar al mundo lo que ya todo el mundo sabe de las acciones viles y canallescas de un gobierno de forajidos y asesinos que se creen policía y dueños del mundo.