Viendo los acontecimientos en torno a Siria, luego que Vladimir Putín, hizo frenar en seco al Premio Nobel de la Paz, en su empeño por invadir al país árabe, no podemos menos que recordar las reflexiones que constantemente hacía el Comandante Eterno Hugo Rafael Chávez Frías, cuando se refería a estas entelequias internacionales, que nacieron con bombos y platillos, pero que al final del cuento han quedado solo para servir de lanilla a los limpiabotas del imperio, que sin el menor pudor salen en las pantallas de la televisión mundial, con la mayor desvergüenza, avalando los actos de terrorismo y bandolerismo del imperio en contra de los pueblos pacíficos del mundo, cuyo único delito ha sido recibir como regalo de la madre naturaleza, recursos naturales abundantes, que la voracidad sionista internacional, requiere para continuar sustentando sus sueños de ser dueño único del mundo.
La noche del lunes 17 de septiembre de 2013, no pudimos menos que sentir nauseas, al ver como desfilaban los Pinochos, uno tras otro haciendo lobby, para que se le conceda la buena pro al complejo militar, industrial y comunicacional, para que intervenga en Siria y masacre a ese pueblo que pugna por conservar su libertad y soberanía frente a los mercenarios entrenados, armados y sembrados por occidente en el corazón de Siria, para que cometan toda clase de tropelías, por las cuales los payasos y la canalla mediática se encargan de responsabilizar al gobierno del presidente legítimo sirio, doctor Bashar Al Assad y de esa manera justificar la agresión armada, que ya el mercado del crimen a través de su relacionista público, inquilino de la Casa Blanca, se ha encargado de vender al mundo, com o un castigo necesario, para quien ha violentado los principios de los derechos humanos.
Las preguntas lógicas son: ¿Ha recibido castigo el estado criminal y terrorista, que hace 68 años lanzó su Litleboy, sobre Hiroshima y el Fatman sobre Magasaki, dejando más de 200 mil víctimas en el momento, más las miles que a lo largo de los años han venido cayendo, porque a 68 años de ese crimen los efectos no han desparecido? ¿Ha recibido castigo el Estado forajido terrorista, que plagó a los Balcanes de mercurio empobrecido, a través de una intervención en un conflicto interno donde nadie le llamó? ¿Ha sido castigado de manera ejemplar el estado terrorista, que asaltó y sumergió en la más espantosa violencia a Irak, tras asesinar a más de un millón de civiles entre ancianos, niñas, niños, mujeres y hombres, que a nadie molestaban en su patria? ¿ Ha recibido el castigo que merece el estado terrorista, que fumigó a Vietnam con el gas naranja, cuyo efecto todavía lo sigue padeciendo ese pueblo asiático, donde por generaciones han venido naciendo, seres humanos con monstruosas deformaciones?
¿ Han sido castigados por la comunidad internacional, los delincuentes que invadieron Libia y que tras la espantosa carnicería que patrocinaron, la llevaron de ser el país con el mejor estándar de vida en África y en buena parte del mundo, a una nación, harapienta, hundida en la miseria y en un clima de violencia jamás vivido? ¿ Pagó por sus crímenes de guerra, el sicópata que acabó con el barrio de Chorrillos en Panamá, con una inclemente invasión y cacería casa por casa de millones de panameños, como regalo de navidad? ¿Alguien está enjuiciando a los criminales que se metieron en Afganistan para asesinar civiles de todas las edades, con los denominados Trones, aviones sin tripulación, haciendo de ese país asiático un laboratorio para probar sus diabólicos instrumentos de muerte? ¿Quien va a castigar al estado terrorista y forajido, que planificó el asesinato del Presidente constitucional Salvador Allende y la matanza de chilenos a través de la dictadura del sanguinario Augusto Pinochet?
Si nos responden aunque sea la mitad de estas preguntas, podremos oír a los cipayos que hoy están tramando una nueva matanza en el Medio Oriente, que nos afectará a todos, porque un ataque a Siria, por parte del imperio del terrorismo internacional, nos abriría las puertas a la tercera guerra mundial que devendría en una conflagración nuclear que dudamos mucho deje vida en el planeta.
Por eso no podemos menos que sentir nauseas, cuando presenciamos a los tarifados del imperialismo de la manera más vergonzosa montando la treta para complacer al amo, en su empeño de atacar al pueblo sirio.
En esa opera bufa, vimos a un Ban Ki Mon, que en su condición de presidente de la Organización de Las Naciones Unidas, por dignidad, tendría que fungir de mediador, de equilibrio en la balanza. Pero puede más el mendrugo imperial y por eso de la manera más indignante juzgó de una vez por todas al gobierno de Bashar Al Assad, cuando de manera irresponsable da a conocer los resultados de la investigación de sus expertos, que determinaron el uso de armas químicas, pero sin concretar cual de los bandos enfrentados lo hizo. El sabe quien lo hizo, pero veladamente lanzó el dardo a Bashar.
Luego está Turquía con su lastimosa posición de títere de los guerreristas, Francoise Holland, presidente de un país que en un pasado brillante representó la cuna de la defensa de los derechos humanos y hoy desgraciadamente por la degeneración moral de sus políticos, es un reducto del patio trasero del imperio en Europa, la representación del Reino Unido, que aún cuando el parlamento de su país negó el placé para una nueva y criminal aventura, está pegada a las medias del amo, todos junto a los títeres colonialistas del Medio Oriente, armando la patota, para caerle a Siria.
Todos sabemos cual es el interés del imperio por arrasar a Siria, porque su próximo objetivo es Irán, China, Rusia y el resto del mundo, donde Venezuela, está en lugar preferencial, como Bocatto di Cardenale. Definitivamente el proyecto imperial no puede ser más satánico y los pueblos conscientes del mundo debemos prepararnos para desmontar esa aquelarre terrorista, que están avalando, quienes representan la vergüenza planetaria.
Periodista* CNP 2414 cd2620@gmail.com