La Revolución cabalga ya sobre 14 años de humano, melodioso y, en ocasiones, duro andar. Golpe de Estado, sabotaje petrolero, guerra económica, intentos de magnicidio, traiciones, corrupción, errores, acaparamiento, especulación, paramilitares, asesinatos políticos, calumnias e injurias para golpear moralmente a honestos dirigentes del Proceso han teñido -gravemente en algunos casos- el sendero iniciado el 6 de diciembre de 1998 con la conquista electoral en la figura del Comandante Hugo Chávez, cuya partida física el 5 de marzo de este año también debe sumarse a las tragedias sufridas por el pueblo.
Frente a ese panorama que la historia diaria se encargará de demoler, están las alegrías por las que debemos celebrar constantemente. Más de 500 mil viviendas entregadas en tiempo récord a los sectores jamás tomados en cuenta por el capitalismo, barrios llenos de médicos que brindan salud gratuita, educación garantizada desde todo punto de vista, la organización social que en consejos comunales y en Comunas se alistan para asumir la conducción de los destinos de millones de compatriotas, Independencia, soberanía, abuelos con pensión justa y pagadas a tiempo, aumento salarial año tras año, espacios dignos y realmente sanos para la juventud, hermandad franca con países hermanos y, en dos palabras, la transformación digna de la cualidad humana de la población constituyen solo algunas de las victorias alcanzadas.
Sobre las mencionadas en principio, mucho lamentamos que a estas alturas determinado sector de la población en el que coexisten “revolucionarios”, sea escéptico sobre su origen maléfico. El ejemplo de Cuba, Chile y otras potencias que decidieron liberarse les resbala. Por ello, ahora cuando Barack Obama prohibió a Nicolás Maduro volar sobre Puerto Rico, no tenemos más que agradecerle que lo haya hecho para que así los incrédulos empiecen a reflexionar y a entender que el imperialismo existe, que nos ataca a diario y que un gran favor le hacemos cuando ignoramos su presencia.
¡Chávez vive…la lucha sigue!