Para comprobar lo que aseveramos sobre los planes de esa dama, basta leer este material que transcribimos seguidamente y luego abrir la página que les copiamos al final sobre el video de la conversación de ella mantuvo con Carrera Damas, aun cuando como sucedió con Agustín Edwards, quien como lo verán en este primer documento, rechaza haber tenido alguna injerencia en el derrocamiento del Presidente Allende, tal y como ha venido ocurriendo con todos los dirigentes de la oposición venezolana, sin excepción alguna, quienes en estos últimos catorce años jamás han asumido responsabilidad alguna en los graves eventos que han puesto en grave peligro la estabilidad de nuestra democracia, entre los cuales sobresalen el Carmonazo, las “guarimbas”, los paramilitares de la finca Daktari y el paro terrorista de los años 2002 y 2003. Niegan haber tenido en ellos alguna participación, no obstante que el país todo los vio por la televisión instigando y dirigiendo bandas y grupos al mejor estilo nazi fascista, como ocurrió con la embajada de Cuba en Chuao y en la Plaza Francia de Altamira.
Veamos ambos documentos:
“Peter Kornbluh, director de la sección Chile del National Security Archive:
“Edwards presionó a Estados Unidos por un Golpe Militar, incluso antes de que Allende pusiera un pie en La Moneda”*
El historiador estadounidense echa por tierra la versión de Agustín Edwards dada en su declaración como testigo ante el juez Mario Carroza, en la que asegura no haber tenido nada que ver con el Golpe de Estado que derrocó a Allende. Según Kornbluh, archivos desclasificados demuestran que El Mercurio recibió y solicitó importante financiamiento de la agencia de inteligencia norteamericana, manteniendo una larga y continua relación que duró hasta después del quiebre institucional. Por eso asegura que o “Edwards tiene o una memoria defectuosa, o está mintiendo sobre el alcance de los vínculos de El Mercurio con la CIA”.
“No recibí dineros de la CIA”, aseguró el dueño de El Mercurio, Agustín Edwards, en su declaración como testigo ante el juez Mario Carroza por el caso gestores del Golpe Militar de 1973.
El patriarca del grupo Edwards también negó estar al tanto de lo que pasaba en El Mercurio mientras estuvo fuera del país entre 1970 y 1975, o haber impulsado junto a la CIA el Golpe de Estado que terminó derrocando a Salvador Allende, así como haber tenido contactos con la CIA en Chile.
Lo que sí reconoció fueron vínculos con la agencia de inteligencia norteamericana en Washington, a través de su director, Richard Helms, con el que sostuvo reuniones, así como con el consejero de Seguridad Nacional, Henry Kissinger.
Versión que está muy alejada de informes, investigaciones y archivos desclasificados que sitúan a Edwards Eastman y su diario como un actor clave para la CIA, que entre otras cosas entregó millonarios fondos al medio para impulsar la cruzada contra el gobierno de Allende.
En opinión del historiador Peter Kornbluh, que dirige la sección Chile del National Security Archive, y que es autor de diversos libros donde se desclasifican documentos relativos al rol de Estados Unidos y el Golpe de Estado chileno, o Edwards tiene mala memoria o simplemente falta a la verdad.
Kornbluh, cuya investigación “The Pinochet File” fue elegida por Los Ángeles Times como el “libro del año” en 2003, echa por tierra la versión de Edwards al detallar la estrecha relación entre la CIA y su imperio periodístico.
-¿Qué impresión te deja, en vista de todos los archivos desclasificados que has sacado a la luz, la declaración de Agustín Edwards?
-Primero quiero destacar cuán importante es que Agustín Edwards haya sido finalmente interrogado por el juez Carroza. La CIA, en sus propios informes secretos, identifica su “Proyecto El Mercurio” como la operación encubierta más importante en Chile que “preparó el terreno” para el Golpe de Estado hace 40 años. Por lo tanto es fundamental para una plena rendición de cuentas que Edwards sea investigado como cómplice de este crimen histórico.
Las preguntas realizadas por el juez son muy importantes. Pero hay tres interrogantes que no se le hicieron y que son fundamentales para comprender la relación entre Edwards, la CIA y El Mercurio.
La primera se refiere al apoyo que El Mercurio recibió secretamente como parte de las operaciones anti-Allende de la CIA durante los años ‘60. Como parte de las operaciones encubiertas para socavar a la izquierda chilena, la CIA entregó fondos encubiertos a El Mercurio, nombró a periodistas y editores para que fueran contratados, escribiendo artículos para su publicación y suministró algunos fondos operativos.
Edwards puede alegar ignorancia de lo que estaba sucediendo en El Mercurio mientras se encontraba fuera de Chile entre 1970 y 1975, pero parece improbable que él no supiera de esta relación continua entre la CIA y su imperio periodístico mientras se encontraba en Chile y era responsable de El Mercurio. Claramente Edwards conocía a funcionarios de la CIA en Chile. Y él estaba lo suficientemente cerca de ellos para tener acceso al principal jefe de estación de la CIA.
Inmediatamente después de la elección de Allende, envió un mensaje a través del jefe de la CIA en Chile, Henry Heckscher, para establecer una reunión privada con Edward Korry, el embajador norteamericano en Santiago. Korry, a quien entrevisté hace muchos años, recuerda que Edwards tenía una pregunta: ¿Tomará los Estados Unidos alguna acción militar, directa o indirectamente?Korry le respondió que no.
Luego Edwards voló a Estados Unidos para presionar a funcionarios de mayor nivel y así obtener una respuesta diferente (“Si”). Entre ellos el director de la CIA, el asesor de seguridad nacional, e (indirectamente) el Presidente de los Estados Unidos.
Edwards no fue consultado sobre esta reunión con Korry. ¿Conocía al jefe de la estación de la CIA, Henry Hecksher? ¿Cómo se comunicó con él para pedirle una reunión privada con Korry? ¿Recuerda haber presionado por un Golpe Militar auspiciado por Estados Unidos incluso antes de abandonar Chile?
Finalmente, Edwards no fue consultado sobre el financiamiento secreto que su imperio mediático recibió de ITT, la empresa de telecomunicaciones que estaba colaborando activamente con la CIA en operaciones para impedir la elección de Salvador Allende y luego socavar su capacidad de gobernar.
Un agente de la CIA llamado Jonathan Hanke fue informado por el funcionario de la ITT, Hal Hendrix, que la compañía había traspasado al menos US$ 100.000 al Grupo Edwards a través de una cuenta bancaria en Suiza. Esta es un área de investigación adicional en la historia secreta del financiamiento encubierto de Estados Unidos para El Mercurio.
-¿Consideras que Edwards miente?
-Edwards tiene o una memoria defectuosa, o está mintiendo sobre el alcance de los vínculos de El Mercurio con la CIA cuando dice “debo reiterar que El Mercurio no recibió aportes de Estados Unidos, ni hubo una relación estrecha entre El Mercurio y la CIA”.
La verdad es todo lo contrario. El expediente desclasificado demuestra sin lugar a dudas que El Mercurio solicitó y recibió una importante financiación de la CIA, y que mantuvo una relación larga y continua con la agencia de inteligencia norteamericana, que duró hasta mediados de 1974. Incluso después del Golpe, ya que la CIA consideraba al diario clave para ayudar a Pinochet a consolidar su régimen sangriento.
Sin embargo, probablemente está diciendo la verdad cuando dice que él personalmente nunca recibió fondos de la CIA. Los fondos de la CIA se traspasaron a los funcionarios de El Mercurio en Chile. Uno de los agentes de la CIA que hacía esto les entregaba bolsas de dinero durante subrepticias citas. Un representante de El Mercurio solicitó fondos de la CIA en septiembre de 1971 —”apoyo encubierto por un total de US$ 1.000.000″— según documentos desclasificados. Al año siguiente se aprobaron 2 millones de dólares en secreto a El Mercurio, con el visto bueno del presidente Nixon. Es difícil creer que alguien del grupo Edwards se hubiese acercado a la CIA por financiamiento secreto sin haberlo consultado con Edwards. Finalmente, Edwards está mintiendo, o se ha olvidado, cuando afirma que durante sus reuniones con Kissinger y Helms —que eran dos reuniones por separado, a pesar de lo que dice en su declaración— “en ningún caso se pensaba en un Golpe de Estado o algo parecido”. El resumen desclasificado de su reunión secreta con Helms muestra claramente que los dos discutieron “el momento para una posible acción militar” para evitar la llegada al poder de Allende. Y deja claro que fue el propio Edwards quien puso en duda cualquier solución “constitucional” a la elección de Allende y presionó a la CIA para instigar un Golpe de Estado.
-Hay varias negaciones de Edwards: haberse reunido con Nixon, haber tenido vínculos a la CNI en Chile. Incluso haber manejado y tenido noticias de El Mercurio mientras estuvo en EE.UU. entre 1970 y 1975. En cada uno de estos casos ¿qué información y pruebas hay de lo contrario?
-Es importante tener en cuenta que Edwards nunca se reunió con el presidente Nixon. Fue Donald Kendall —presidente de Pepsi— quien llegó a Washington con Edwards, quien se reunió con Nixon el 13 de septiembre, y le transmite al Presidente lo que Edwards decía sobre Chile y su necesidad de reunirse con otros altos funcionarios. Mi organización, el Archivo de Seguridad Nacional, obtuvo la desclasificación de “conferencias telefónicas” de Kissinger, transcripciones de sus conversaciones telefónicas que registran sus diálogos con el presidente Nixon ese mismo día. Kissinger dice que se va a reunir personalmente con Edwards. El Presidente es claro en que el tema de conversación será un posible Golpe Militar. De hecho, Nixon advirtió a Kissinger: No queremos que se filtre un gran artículo respecto de que estamos tratando de derrocar al gobierno. Kissinger y el Fiscal General de los Estados Unidos, John Mitchell, se reunieron con Edwards en la mañana del 14 de septiembre. Kissinger entonces cogió el teléfono y llamó al director de la CIA, Richard Helms, y le pidió que se reuniera con Edwards. Helms indicó que la reunión ya se había dispuesto en un lugar que sería conveniente para Edwards.
-En cuanto a sus vínculos con la CIA reconoce contacto con Helms (y también con Kissinger), pero como algo breve y concreto. ¿Cuáles fueron los vínculos reales de Edwards con la CIA?
-Pues el resumen de la reunión secreta entre Helms y Edwards es bastante extenso. Fue una reunión larga y amplia, que termina con una discusión de cómo el esfuerzo de la CIA para comprar votos en el Congreso de Chile para bloquear la ratificación de Allende (1970) probablemente falle. Y luego una discusión sobre “el momento de una acción militar”. El documento deja claro que Edwards está presionando a Estados Unidos por un golpe militar, incluso antes de que Allende pusiera un pie en La Moneda.
-Edwards desconoce haber tenido un rol en la gestación del Golpe Militar ¿consideras que (eso es verdad?)
-Edwards estuvo fuera de Chile durante cinco años. Los investigadores tendrán que determinar a partir de sus altos ejecutivos quién estuvo en contacto con él, qué información le dieron y qué instrucciones recibieron de él. Pero que no quepa duda alguna: el grupo El Mercurio, que pertenece y es operado por Edwards, no era solo un colaborador pasivo al Golpe de Estado, sino el factor que más contribuyó, además de los militares chilenos, según los registros de la CIA. Un cable secreto del 2 de mayo de 1973 de la estación de la CIA en Santiago identificó a la cadena periodística El Mercurio como uno de “los elementos más militantes de la oposición que han fijado como objetivo la creación de conflictos y enfrentamientos que conducirá a algún tipo de intervención militar”. “El Mercurio y los otros miembros clave de la oposición golpista”, continúa el cable, “están tratando de coordinar sus esfuerzos con los miembros de las Fuerzas Armadas que conocen y comparten este objetivo”. Después del Golpe la CIA recomendó continuar entregando fondos para El Mercurio, con el fin de que el diario mostrara el régimen de Pinochet de la manera más positiva y consiguiera el apoyo para el nuevo gobierno militar, a pesar de las atrocidades contra los Derechos Humanos. Funcionarios de la CIA justifican este apoyo al señalar que “el proyecto de propaganda de la estación de Santiago”, en la que El Mercurio era el actor dominante, “jugó un papel significativo en el establecimiento de las condiciones para el Golpe Militar del 11 de septiembre de 1973″.
-En tu opinión ¿por qué Edwards tuvo el rol al que apuntan los archivos desclasificados en el Golpe de Estado? Es decir ¿cuál era su interés?
-Pues, dinero…y su estatus como el capitalista chileno más prominente. En el momento de la elección de Allende, Edwards era considerado el hombre más rico de Chile. Él tenía mucho que perder con el programa político de Allende de redistribuir la riqueza en Chile, y mucho que ganar con la sangrienta imposición de la economía de libre mercado en el Chile de Pinochet.
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