La estrategia imperial de ingobernabilidad permanente contra el gobierno bolivariano

Nota:

Hoy, 05  de marzo de 2014, se cumple el primer año de la partida del Presidente Chávez. En la memoria y el corazón del pueblo venezolano y de los pueblos del mundo, permanece vitalmente, cotidianamente. Este escrito es mi modesto homenaje al Presidente Chávez. Cumpliendo una misión del proceso bolivariano, en este momento voy en tren desde Washington hacia Nueva York. Con toda mi fuerza y mi esperanza puesta en nuestra patria, el pueblo bolivariano y la solidaridad internacional que vamos construyendo. La batalla final se va a dar en suelo venezolano. Espero estar allí.

Leyendo las 10 primeras páginas, se harán una idea de lo que estoy planteando y proponiendo

Los conflictos mundiales son cada vez más críticos, en consecuencia, los países soberanos, no importa cómo se definan: islámicos, socialistas, plurinacionales, etc., están cada vez más en peligro. El proceso de desestabilización de la República Bolivariana de Venezuela existe desde que esta apareció  en el panorama nacional-mundial, pero hoy esa desestabilización ha entrado, desde hace cierto tiempo, en una nueva fase, la fase de Ahora o Nunca.

Esta política tiene unos objetivos, algunos de los cuales enumeraré. Esta enumeración tiene, entre otras finalidades, la de alertar sobre ellos en función de tomar medidas para que no se cumplan. Por lo tanto, esos objetivos no son una fatalidad. Algunos están en pleno proceso de desarrollo. Según como se vaya estructurando la relación de fuerzas, podremos detenerlos. Entonces, nuestra primera tarea es revisar el balance de las fuerzas con el propósito de avanzar debilitando la fuerza de ellos e incrementando la nuestra. Si logramos avanzar así, los derrotaremos  e impediremos que sus objetivos se cumplan. Para esto es necesario que en cada combate podamos reunir fuerzas superiores.

Ellos han escogido como aspecto principal de la batalla, la guerra mediática y la guerra psicológica aplicando tecnologías derivadas  de la guerra cibernética pues mediante ellas pueden legitimar todo género de violencia.

En ese campo de batalla nos superan y esa superioridad la están usando para tratar de ganar la guerra. Pero si sabemos desarrollar con inteligencia, habilidad, sabiduría, la guerrilla comunicacional, apoyándonos en la movilización y la conciencia del pueblo chavista, también en ese campo que es donde tienen mayor fortaleza (derivada de la fuerza del capital), los podremos derrotar.

Tenemos la experiencia del paro petrolero. La directiva de PDVSA saboteó toda la infraestructura informática de alta tecnología que ponía en movimiento la industria en sus distintas fases. Muchos de esos procesos fueron puestos en movimiento con el conocimiento y la experticia de gente humilde, sin títulos universitarios, lo que no significa que los académicos y universitarios no cuenten. Todo lo contrario. Son un soporte decisivo. Lo que quiero significar es que hay una sabiduría que está más allá de los títulos académicos, que tiende a subestimarse, que ha resultado y resultará decisiva en el desenlace de esta lucha.

La dimensión del esfuerzo ahora es mayor. Pero el movimiento bolivariano tiene conexiones en el mundo entero y en esas conexiones hay una suma de sabiduría que la guerrilla comunicacional puede movilizar.

Para esto hay que creer que ese pueblo chavista esparcido por el mundo, unido y movilizado jamás será vencido. Podemos derrotar a estos nuevos señores de la guerra, de la guerra comunicacional y cibernética si desarrollamos toda esa pasión revolucionaria y toda esa sabiduría que está dispersa por el mundo. Muy diversa, que va desde una gran fuerza de humildes trabajadoras y trabajadores hasta ilustres académicas(os), científicas(os), intelectuales, artistas, funcionarias(os) gubernamentales, parlamentaria(os), presidentas y presidentes...

De lo  dicho se desprende claramente que esta batalla, en todos sus aspectos, tiene un carácter nacional-mundial. El campo de batalla contemporáneo es de una gran complejidad y tiene múltiples expresiones y caras. Nuestra versatilidad y sabiduría para movernos a través de ellas es esencial. Si lo logramos ganaremos esta batalla evitando la guerra civil.

Algunos de los objetivos de la derecha transnacional son los siguientes:

1) Provocar una situación de ingobernabilidad absoluta, que facilite el derrocamiento del gobierno bolivariano bien sea mediante:

a) Un golpe de Estado,

b) una guerra civil,

c) Una intervención “humanitaria” o cualquier otra variante que las fuerzas imperiales decidan aplicar utilizando a la OEA o incluso, con algún respaldo, directo o indirecto, de las Naciones Unidas.

d) Una combinación de todas las anteriores

2) Provocar un progresivo desmembramiento territorial de la Nación venezolana, destruyendo su componente territorial, aplicando una política de creación de zonas “liberadas”. Prácticamente van logrando esto en el estado Táchira y en distintas ciudades como Valencia y Caracas, donde van tomando el control de urbanizaciones y podrían ir extendiendo eso a barrios populares mediante el terror, el chantaje y las redes que han ido creando utilizando el microtráfico de drogas y los microcréditos (ampliaré esto más adelante).

3) Si los procesos de desestabilización y de desmembramiento territorial avanzan, no será extraño que vayan incrementando una ofensiva terrorista dirigida contra altos funcionarios gubernamentales, dirigentes políticos, dirigentes populares en los barrios y pueblos, dirigentes de movimientos sociales... Incluso, si no detenemos este proceso, podríamos enfrentar una seria ampliación de la violencia intentando tomar y ocupar barrios y pueblos. Todo depende que los podamos detener ahora, en la fase inicial del proceso de desestabilización. No se van a detener a menos que los detengamos en la fase inicial. No es una fatalidad que esto ocurra. Lo estoy denunciando para que se tomen medidas para evitarlo.

4) Si logran asegurar alguna zona que consideren “liberada”, pueden dar el paso de crear un gobierno provisional, pedir reconocimiento internacional y pedir apoyo para derrocar al gobierno del Presidente Maduro. Tampoco esto es una fatalidad.

5) Ellos desarrollan una estrategia de Ahora o Nunca para derrocar al gobierno bolivariano. El movimiento popular y el gobierno bolivariano deben desarrollar una estrategia de Aquí y Ahora para derrotarlos y garantizar la profundización del proceso bolivariano.

¿Cómo enfrentar esta situación?

La cuestión básica

Tomar conciencia de que el proceso bolivariano está enfrentado al peligro más grave que haya vivido desde su existencia. El pueblo venezolano como un todo y el pueblo chavista en particular, en su proceso de maduración deben comprender que la preservación de la paz, que es el tesoro más preciado que podamos tener, está en grave peligro. La amenaza a la paz es una amenaza a nuestra soberanía, nuestra integridad territorial y nuestra independencia. La conciencia sobre la defensa de la paz, la integridad territorial, la soberanía y la independencia, constituyen la piedra angular de cualquier estrategia y plan de defensa del proceso bolivariano.

Este es el plan más vasto, con más recursos de todo tipo (dinero, armas, mercenarios, guerra mediática, etc.), el mejor organizado y coordinado nacional-mundialmente, con la mayor suma de fuerzas internacionales participando (parlamentarios, funcionarios gubernamentales, periodistas, etc.), con ilimitados recursos mediáticos, logísticos y con las opciones que ofrece la guerra cibernética, la robótica, la guerra psicológica, el trabajo con los valores y los imaginarios... Esta no es una desestabilización más. Está planeado como un golpe final.

Aspectos generales para una estrategia y un plan de defensa

No  seré exhaustivo. Me limitaré a destacar algunos aspectos que considero relevantes:

1) Estamos enfrentados a una gran batalla política con una acento fundamental puesto en las calumnias mediáticas.

La desestabilización, independientemente de que es violenta y promueva la violencia, es principalmente un proceso político en el cual mediante mentiras mediáticas repetidas hasta la saciedad, utilizando guerra psicológica, recursos melodramáticos y una diversa gama de personalidades -“comentaristas” políticos, artistas, cantantes, figuras religiosas, familiares, líderes políticos, incluidos algunos presidentes y ex presidentes, periodistas, narradores de noticias, actores- como “testigos”, acusadores, difamadores, etc., se trata de demostrar que los violentos, los violadores de derechos humanos, etc. somos nosotros, es el proceso bolivariano.

2) En consecuencia, ganar la batalla política y de la información es clave para decidir si ganamos esta batalla contra la desestabilización y sus objetivos de conducirnos hacia la ingobernabilidad absoluta y la desmembración territorial de la nación venezolana.

La guerra mediática, en la que el papel de las grandes cadenas transnacionales  y las llamadas redes sociales, es decisivo, creo que por ahora la estamos perdiendo, lo que, en última instancia, puede determinar si ganamos o perdemos la batalla política. Si perdemos la batalla política la desestabilización y sus objetivos pueden triunfar.

3) La batalla política por la paz y para la paz contra la desestabilización y la desintegración territorial del país, tiene varias dimensiones esenciales:

a) La batalla por la información y la guerra mediática, que a su vez tiene una dimensión formal que incluye el sistema de medios públicos y la asociación de estos medios con Internet y una dimensión informal que incluye la organización popular y las redes populares y su asociación a Internet.

Lo ideal es la coordinación de esas dos dimensiones. En este aspecto, el sistema de medios públicos no ha sido exitoso y no ha logrado ser expresión de los movimientos y hechos sociales en desarrollo y mucho menos articularse con las redes populares de información y contribuir al desarrollo de ellas.

La clave para la batalla por la información es articularla mundialmente. Hay una red de radios y televisoras comunitarias, de redes sociales, redes académicas, de profesionales, de gobiernos, artistas, cineastas, actores, etc. que es imprescindible articular. Para esta tarea nuestro cuerpo diplomático y consular y el de países amigos, debe jugar un papel fundamental. Volveré sobre este aspecto.

b) El desarrollo del poder popular, una de cuyas expresiones esenciales es la unidad cívico-militar.

  • La seguridad ciudadana, que implica neutralizar los focos subversivos orientados a generar desórdenes, obstrucción de calles y avenidas, atracos, asesinatos, microtráfico de drogas, guerras de pandillas, secuestros  exprés, motines, etc. no puede ser derrotado sólo con la intervención de la fuerza pública. Es necesario emprender la política de diálogo con nuestros hermanos de clase, es necesaria la acción decidida del pueblo chavista.
  • Es fundamental establecer un control riguroso en materia de seguridad y defensa de los barrios populares y las urbanizaciones de clase media. La operación de cerco y hostigamiento de las zonas populares para sembrar terror, asesinar a los dirigentes comunales y desmoralizar a la población, debe ser derrotada antes de que se inicie o antes de que se vaya extendiendo. Es clave el desarrollo de la inteligencia social.
  • Se debe impedir las operaciones  de desarticulación territorial en nuestras fronteras, como el estado Táchira y otros estados como el Zulia, por ejemplo;  en las ciudades y en cualquier lugar del país. Si no cortamos de raíz este proceso en un plazo corto, se nos puede hacer tarde. No se puede permitir avances hacia el desarrollo de zonas “liberadas”, que es lo que están ensayando ahora.

 

  • El control absoluto de nuestras fronteras marítimas y terrestres es indispensable, precisamente apoyándonos en el poder popular y la unidad cívico-militar.

c) Defensa de las empresas básicas y los servicios públicos

  • El control de las zonas petroleras y las empresas básicas. En principio, no creo que las vayan a destruir. Esas producciones son vitales para ellos. En un momento determinado, pueden tratar de ocuparlas utilizando mercenarios para eliminar el control estatal sobre ellas, para como en un golpe de gracia cortar las exportaciones o tomar el control de ellas e impedir que recibamos los ingresos que ellas generan.

 

  • Defender la infraestructura de servicios públicos tales como hospitales, escuelas, universidades, carreteras, puentes, autopistas, puertos, aeropuertos, servicio eléctrico, transporte público, abastecimiento de agua, los centros de acopio, distribución y venta de alimentos. No puede ser garantizado sólo con la fuerza pública. Es imprescindible la acción de las organizaciones y las redes populares.

d) Defender la infraestructura militar, asunto en el que no me detendré ahora.

4) La política de paz emprendida por el Presidente Maduro debe ser firmemente respaldada. Ella tiene diversos aspectos. Deseo resaltar algunos:

a) Unir a todo el que pueda ser unido en la defensa de la paz como cuestión clave para la defensa del proceso bolivariano

Por supuesto en las conferencias por la paz van a penetrar enemigos de ella, aliados de la desestabilización, que van a tratar de empantanar al gobierno en un proceso ilimitado de negociaciones, para neutralizarlo e impedirle tomar medidas urgentes para derrotar la desestabilización. Esto va a ocurrir en todos los ámbitos, pero especialmente en la conferencia sobre las cuestiones económicas. Por supuesto, no digo esto para desestimar el proceso de paz. Todo lo contrario. Me parece una de las iniciativas más importantes del Presidente Maduro.

b) La conferencia económica, clave de la negociación en marcha

Ciertamente, tenemos serias vulnerabilidades económicas. Reconocerlas nos permite no dejarnos chantajear y poner sobre la mesa las salidas y soluciones que el gobierno puede y debe proponer. El gobierno tiene fuerza para negociar y establecer las reglas de juego.

Los empresarios y otros sectores han aceptado ir a estas negociaciones con cartas guardadas y cartas marcadas. Van a negociar sobre la paz, pero en la calle se mantiene la violencia y tiende a multiplicarse creando inestabilidad que deteriora a la economía venezolana. En el pasado y en el presente ellos han estado asociados a esa violencia desestabilizadora. Enumeraré algunos asuntos:

b1) Una condición para negociar es que el que manifiesta esa disposición, debe renunciar y condenar firmemente la violencia y renunciar a ella. No se puede poner en la misma balanza a la fuerza pública que tiene el deber de garantizar la paz y la seguridad de toda la población, con los que destruyen bienes públicos y privados, cierran calles, carreteras y autopistas, cercan urbanizaciones, asesinan, etc. No es el momento de afirmar que se condena la violencia venga de donde venga, que en el fondo, en las actuales circunstancias, es una manera de justificar a los desestabilizadores. Por supuesto, el Estado debe garantizar el respeto a los derechos humanos y el castigo de cualquier exceso y así se viene haciendo.

b2) Los problemas económicos deben ser resueltos manteniendo las condiciones de vida del pueblo y afectando a quienes han venido concentrado la riqueza ¿Están los empresarios dispuestos a aceptar este punto de partida? Sin esa aceptación es muy difícil realizar una negociación sincera.

b3) La presión fiscal que existe en Venezuela sobre las ganancias de los ricos es una de las más bajas de América Latina ¿Están dispuestos los empresarios a aceptar una reforma fiscal de carácter progresivo, que disminuya la carga sobre los pobres mientras se incrementan las cargas fiscales sobre los ricos? Una reforma de este tipo es uno de los caminos para resolver el déficit fiscal sin afectar la política social que beneficia a los pobres.

b4) La burocracia pública y sus asociados del sector privado, ¿están dispuestos a aceptar un recorte drástico de los gastos que los han venido beneficiando? Este es otro punto clave. En los períodos en donde las circunstancias obligan a una vida más austera, no se puede aplicar la ley del embudo. La burocracia pública tiene que dar el ejemplo. Hay que volver a leer “Golpe de Timón”, lo que considero el testamento político del Presidente Chávez.

b5) Ante los problemas económicos que vivimos, el mundo del capital aplica las recetas neoliberales. Así fueron destruyendo a Grecia y a otros países Europeos ¿Los empresarios están yendo a la mesa de negociación a imponer esas políticas? Es decir, ¿quieren obtener en la mesa de negociación lo que la oposición no ha podido lograr participando en las elecciones, en las que han perdido 18 de las 19 que hemos realizado?

b6) ¿Quieren aplicar una tenaza en la que una pata es la desestabilización y la violencia callejera y la otra es la negociación?  El problema entonces es quien atenaza a quien. El gobierno tiene todo el poder para ejercer el derecho a impedir que la violencia triunfe en las calles y por otra parte mantener consecuentemente una política fundada en la paz y el diálogo, que la oposición no tiene posibilidades de enarbolar pues es responsable de la violencia. Ahora que tomaron el camino de la violencia, no pueden hacer demagogia sobre la paz. El Presidente Maduro les ha cerrado el camino de la demagogia.

La violencia callejera tiene varios significados. Uno que deseo resaltar ahora es la de multiplicar el sentimiento de inseguridad, multiplicar el temor y el miedo, que se pueden ir convirtiendo en terror.

b7) En la medida que en el mundo se han ido estableciendo las políticas neoliberales, el capital no puede ofrecer concesiones políticas y sociales propias del Estado del Bienestar. El miedo se ha ido convirtiendo en factor clave para lograr la cohesión social, que sobre esa base sólo es posible bajo un régimen autoritario. Miedo al diferente, al que tiene otra religión, otra cultura, al desempleado, al “comunista”... Es el típico pacto mafioso: te vendo “seguridad”, te “protejo” a ti, a tu familia y a tus propiedades y tú entregas tu adhesión absoluta al poder absoluto que lo va decidiendo todo. Es la desaparición de la democracia y la imposición de un poder omnímodo, cruel y criminal, que garantiza “seguridad”, que construye escuelas, hospitales, etc. y va asesinando o mutilando a todo el que resista las normas u órdenes de ese poder. Es así como se han instaurado los regímenes fascistas, fue así como triunfó Hitler. También como se hicieron “populares” Pablo Escobar Gaviria y el “Chapo” Guzmán. Este es el mundo que el capital financiero va modelando en el planeta tierra.

El Presidente Maduro tiene todo el poder y la autoridad para impedir que se instale la violencia en las calles, en los barrios populares y en las urbanizaciones de la clase media. Esta es una gran prioridad. Las medidas de fuerza son fundamentales, pero simultáneamente se debe impulsar una amplia, cotidiana y sistemática pedagogía política explicando una y otra vez este proceso de fascistización de la sociedad venezolana. Pedagogía que debe estar acompañada con películas, videos y la más amplia información audiovisual que se extienda por barrios, urbanizaciones y todos los lugares públicos. Esta explicación es vital. Es crucial derrotar las políticas orientadas a sembrar miedo y terror, pues ese proceso culminaría infectando la conciencia popular y paralizando la acción del pueblo. Esa sería la muerte del proceso bolivariano.

b8) El acuerdo con los empresarios debe incluir un compromiso de tipo legal para regularizar el otorgamiento de créditos orientados a la producción. Debe haber un compromiso jurídicamente vinculante para garantizar montos de producción en tiempos determinados. Igualmente, la sostenibilidad de la inversión que implique que la reinversión de las ganancias será la fuente principal para continuar ampliando la producción. No la recurrencia sistemática a nuevos créditos estatales.

b9) Un tratamiento jurídico especial debe establecerse para los que recibieron dólares preferenciales. Deben retornarlos medidos en producción exportable o en producción para el mercado interno que sustituye importaciones o en todo caso, incrementa la oferta de bienes esenciales.

b10) Incautar los bienes y propiedades de los corruptos no sólo sería un ejemplo de cómo se manejará esta situación en el futuro, sino que permitiría recuperar ingresos que pueden contribuir a aliviar el déficit fiscal. Particularmente deben ser perseguidas las empresas de maletín que estafaron miles de millones de dólares. Buena parte de ellos están depositados en Panamá. Sus propiedades deben ser embargadas y se debe expropiar de inmediato las que estén en el país. Igual debe hacerse con los depósitos bancarios.

b11) Un serio talón de Aquiles que tiene la economía venezolana es la deuda externa. Prácticamente no se ha mencionado este poderoso mecanismo de desestabilización que está siendo manejado por las calificadoras de riesgo, agentes del capital financiero transnacional. En la medida que las calificadoras de riesgo, aumentan la prima de riesgo, esto provoca un incremento de la tasa de interés que debemos pagar por los créditos solicitados. El incremento constante de la tasa de interés hasta niveles usurarios (posibilidad cierta), se convierte en factor poderoso de desestabilización.

b12) El incremento de los intereses de la deuda externa, en momentos en que tenemos un serio déficit fiscal y problemas en la balanza de pagos, puede ser una mezcla capaz de hacer detonar la economía venezolana con un potencial desestabilizador sumamente peligroso. La pedagogía política implica explicarle esta situación a la población y junto con ella y sus organizaciones elaborar planes de contingencia.

c) La paz es un deber constitucional que le corresponde prioritariamente al Estado venezolano.

Los deberes constitucionales que le corresponden al Estado venezolano en cuanto al mantenimiento del orden público, la defensa de las fronteras, el mantenimiento de la integridad  territorial, la defensa del normal funcionamiento de la economía (producción, abastecimiento, distribución de alimentos, por ejemplo), no pueden estar colocados en la mesa de negociación. El Estado soberano debe quedar plenamente libre para cumplir con sus deberes constitucionales y no puede ni debe aceptar condicionamiento alguno.

Las medidas para la defensa de las fronteras e impedir el bloqueo de autopistas, el cerco a urbanizaciones, etc. no son negociables. El gobierno deberá actuar en algún momento con firmeza para erradicar la estrategia de desestabilización permanente que pretende derrocar al gobierno bolivariano. Las fronteras deben ser defendidas y resguardas y no se puede permitir que estén hablando de zonas “liberadas” sobre la base del terror y la generación de miedo. Siempre respetando los derechos constitucionales y preservando la paz aislando a la minoría que quiere incendiar el país.

El gobierno está sometido a una fuerte presión y a un chantaje. La presión es la violencia desatada que está provocando millonarias pérdidas materiales, pérdida de vidas, una seria perturbación de la vida cotidiana, dificultades en el transporte, en los diversos servicios, etc.

El chantaje está dirigido a impedir que las instituciones públicas actúen preservando el orden público, el funcionamiento de los servicios, en fin, enfrentado la desestabilización y la violencia. Cuando lo hace, cumpliendo con su deber, estalla un coro nacional-mundial gritando que se violan los derechos humanos, que se asesina, que el Presidente Maduro se ha convertido en un dictador... Esta ha sido la reciente experiencia de Siria. Mientras se agudiza el terrorismo y el gobierno se defiende, se levanta el coro de acusaciones orientadas a justificar y estimular el terrorismo.

En estas circunstancias ¿Sería conveniente buscar acompañantes internacionales que puedan acreditar la limpieza jurídica y ética de las acciones gubernamentales defensivas? Esto puede ser más urgente de lo que parece.

c) El gobierno venezolano debe estar preparado para la deserción de quienes han entrado a las conferencias por la paz con la finalidad de retirarse, en la oportunidad que lo consideren conveniente, en función de acusar al gobierno de enemigo de la paz y favorecer así  los planes de desestabilización.

5) Los asuntos económicos y muy especialmente los problemas vinculados a la producción y distribución de alimentos, implican también deberes constitucionales. Si bien, hay temas que pueden estar en la mesa de negociación, el gobierno puede dejar claro que como gobierno, tomará las medidas que en el momento debido considere necesarias. Con el mejor lenguaje diplomático, con el mejor estilo.

Es conveniente recordar los conflictos de fines de 2001 que condujeron al golpe de Estado de abril de 2002. Ellos surgieron en torno a los decretos-leyes promulgados por el Presidente Chávez en uso de las facultades que le confirió la respectiva Ley Habilitante. Especialmente el desacuerdo estuvo centrado en la Ley de Tierras, orientada a destruir el latifundio.

El diálogo concluyó cuando los empresarios se retiraron alegando que el Presidente Chávez no aceptó modificar la Ley de Tierras. Ese episodio fue marcando la ruptura de Luis Miquelena con el proceso bolivariano.  Como sabemos el golpe de Estado de abril de 2002 fue el desenlace y luego el paro petrolero.

Hoy tenemos una nueva Ley Habilitante, que generó la Ley de Precios Justos que regula la ganancia en un 30%. Según la denuncia realizada por el Presidente Maduro, es una de las causas inmediatas del presente conflicto.

6) Ganar la batalla política implica ganar la batalla diplomática

Creo que la tarea prioritaria de nuestro cuerpo diplomático es ganar la batalla en desarrollo pues las fuerzas imperiales le asignan un papel clave a los organismos multilaterales y a las relaciones bilaterales. En el mundo está circulando y ganando cada vez más espacio la mentira mediática. Difundir la verdad sobre lo que pasa en Venezuela es una prioridad para el gobierno y el pueblo. Creo que el cuerpo diplomático tiene que tomar esta tarea como la prioridad. La vida diplomática cotidiana dispone de un gran número de espacios para hablar sobre Venezuela y difundir la verdad de lo que está ocurriendo. Todos deberíamos estar movilizados en esta batalla mundial contra la dictadura mediática y convertir cada misión diplomática en una trinchera de lucha en defensa del proceso bolivariano. El Presidente Maduro ha llamado a constituir los “comandos anti-golpe”. Creo que nuestras misiones diplomáticas deben sumarse a la creación de esos comandos.

En los organismos multilaterales y en las relaciones bilaterales la tarea prioritaria, repito, es la defensa de la revolución bolivariana. Nada, absolutamente nada, puede estar por encima de esta tarea.

Además ocurre que el plan de desestabilización para provocar una situación de ingobernabilidad absoluta (real o supuesta) incluye maniobras en los organismos internacionales, incluida la Organización de las Naciones Unidas.  Buena parte de los diplomáticos de las potencias imperiales se han ido convirtiendo en agentes de la Estrategia Imperial de Guerra Permanente, que en Venezuela toma la forma de Estrategia de Desestabilización Permanente. ¿Cómo responderán los diplomáticos venezolanos? Eso es lo que está en juego ahora. Las cartas están echadas. Se trata de levantar en alto las banderas del Presidente Chávez y reivindicar al mejor geopolítico del siglo XXI.

Creo que debe estudiarse la posibilidad de designar embajadores itinerantes, extraordinarios y plenipotenciarios, con experiencia política y de organización, que recorran el mundo y asistan a las principales misiones diplomáticas en la elaboración de los planes de defensa del proceso bolivariano. Esto me parece de la mayor urgencia. Sobre todo, en el enfrentamiento de la guerra mediática y las desavenencias internas que puedan presentarse. En un momento decisivo como el actual cualquier hecho puede ocurrir. A estas alturas no podemos considerarlos imprevistos.

También creo que las reuniones con el cuerpo diplomático de cada país, de cada organismo multilateral, incluso, en nuestra capital, es un asunto que debería ser colocado en la agenda de la defensa de nuestra revolución.

7) La unidad popular es clave para salvar al proceso bolivariano

La conferencia por la paz ha sido un importante éxito político del Presidente Maduro. Ahora, tal como lo ha indicado el presidente, hay que construir las conferencias de paz en todas las zonas populares. El pueblo no chavista y el pueblo chavista, deben unirse para aislar a los núcleos ultraderechistas, base social de la derecha transnacional, salvar la patria y derrotar a las fuerzas imperiales que desean destruir al continente entero, a los seres naturales y a la naturaleza.

El presente proceso de desestabilización es una nueva batalla por la redistribución y control de la renta petrolera

Es crucial esta batalla que se libra a nivel nacional-mundial. A través de la reciente historia venezolana las batallas políticas han tenido como eje la lucha por el control de la renta petrolera con una activa participación del poder mundial (hay una amplia documentación sobre este asunto. Puedo recomendar mi trabajo sobre la experiencia de “La Petrolia del Táchira y el Modelo Petrolero Impuesto por el Capital”... publicado por Aporrea el 10-02-14).El actual proceso de desestabilización promovido por la oposición radical tiene ese eje como expresión de un profundo conflicto con el poder transnacional, que viene impulsando una estrategia de Ahora o Nunca para tratar de liquidar al proceso bolivariano, pues este ha redistribuido la renta hacia el pueblo y ha impulsado, bajo la orientación del el Presidente Chávez, una geopolítica fundada en el uso de la renta petrolera para fortalecer la cooperación Sur-Sur, una nueva relación Norte-Sur, la lucha contra el neoliberalismo (que tuvo una primera culminación con la derrota del Alca), la integración de los  pueblos, la cooperación solidaria, el desarrollo del pluricentrismo y la multipolaridad, entre otros aspectos.

1) Apostaron a la muerte del Presidente Chávez para recuperar el control de la renta petrolera.

Desde la enfermedad y muerte del Presidente Chávez vieron la posibilidad de cambiar la estructura del poder en función de reconquistar el control de la renta petrolera. Fracasaron en las elecciones presidenciales del 07 de octubre de 2012. El aliento popular, el liderazgo del Presidente Chávez y la heroica campaña electoral realizada por el Presidente Chávez, se lo impidieron. Intentaron gritar fraude pero los resultados fueron tan contundentes, que no tuvieron oportunidad para emprender una campaña de desestabilización. Ante esta frustración sus esperanzas se cifraron en desear la muerte del Presidente Chávez.

Calcularon que muerto el Presidente Chávez el liderazgo chavista se desintegraría, el chavismo se desmoralizaría y no estaría en condiciones de afrontar una campaña electoral sin el Presidente Chávez como candidato. Nada de eso ocurrió.

Trataron en las elecciones Presidenciales del 14 de abril de 2013, después de la muerte de Chávez y no pudieron. Ya habían sido ampliamente derrotados en las elecciones de gobernadores de diciembre de 2012.

Entonces, apostaron para las elecciones de alcaldes y concejos municipales del pasado 08 de diciembre, que Capriles ilegalmente trató de convertir en plebiscito revocatorio del Mandato del Presidente Maduro. Esta es una historia conocida y de nuevo el “autobusero” les ganó la batalla política. La campaña desestabilizadora que han lanzado ahora, es la que tenían preparada pensando en que ganarían el “plebiscito”, pero el pueblo chavista (que ellos llaman “hordas”) les preparó una nueva sorpresa, pues en medio de la escasez, la inflación y otras calamidades, votó a favor de la paz y la no violencia.

2) La crisis capitalista mundial los obliga a precipitar los acontecimientos

a) El mundo puede estar marchando hacia un grave desastre

La situación del mundo, pese a la campaña mediática internacional que intenta ocultar la verdad, es que el sistema capitalista mundial continúa viviendo una profunda crisis y la solución es posible que no surja, ni siquiera a mediano plazo ¿A largo plazo? Es posible que tampoco. El sistema capitalista puede estarse pudriendo indefinidamente, pero si no hay una fuerza política que se estructure mundialmente y en cada rincón del mundo, continuara sobreviviendo. El problema es que lo hará a costa de los pueblos del mundo y de la naturaleza. Es decir, a costa de nosotros y de todos los seres vivos.

Las múltiples crisis (que en fin de cuentas son una sola) continúan profundizándose. La crisis económica, financiera, social, política, energética, espiritual y sobre todo dos aspectos cruciales de ella: los graves peligros para la paz mundial que las fuerzas imperiales representan, que pueden conducirnos a una guerra nuclear y la grave crisis ecológica que el capital está provocando, amenazan severamente la existencia de la humanidad y los ecosistemas. Si no logramos detener este proceso, el gran desastre podría ser inevitable.

Para que el capital sobreviva necesita urgentemente apropiarse de las riquezas naturales del Sur y de la fuerza de nuestros trabajadores... Y particularmente del petróleo de Venezuela. Esta es una de las causas de la estrategia de ahora o nunca.

b) Cortar a China sus fuentes de abastecimiento petrolero y monopolizar las riquezas naturales del Sur.

Como la crisis mundial no se supera, entonces el capital financiero trata de ubicarse estratégicamente tratando de monopolizar las riquezas naturales del planeta. Además, necesita fortalecer ventajas estratégicas en relación con China y buena parte de esas ventajas tienen que ver con el control de los recursos petroleros, y  Venezuela, como se sabe, es un importante exportador de petróleo hacia China.

Venezuela es uno de los llamados países megadiversos, pero además, posee la principal  reserva mundial de petróleo. En un momento cuando en el mundo las potencias imperiales continúan preparándose para monopolizar las riquezas del planeta por todos los medios, incluida la guerra y todas las formas de violencia, nuestro país está seriamente amenazado pues una parte esencial de las reservas logísticas para la guerra permanente que está en desarrollo son precisamente las riquezas naturales y entre ellas, una de las más preciadas, el petróleo.

No están dispuestos a esperar hasta 2019 para ver si entonces el chavismo puede ser derrotado. Tampoco hasta las elecciones parlamentarias de 2015 ni hasta un eventual referendo revocatorio para 2016. Para desplegar su estrategia en la región Asia-Pacífico, en el medio oriente y  África, es necesario poner orden en el llamado “patio trasero”. De ahí la impaciencia.

El siguiente ejemplo ilustra la manera como China viene creciendo e impactando a la economía mundial:

En los últimos años, China ha construido un nuevo rascacielos cada cinco días, más de 30 aeropuertos, metros en 25 ciudades, los tres puentes más largos del mundo, casi 10.000 kilómetros de líneas de tren de alta velocidad, 42.000 kilómetros de autopistas y desarrollos inmobiliarios comerciales y residenciales en una escala inconcebible. (China: ¿se avecina una crisis que sacudirá al mundo? Robert Peston, Editor de negocios de la BBC).

China seguirá siendo clave para el mundo y el desenvolvimiento de la economía mundial estará muy influido por el desenvolvimiento de la economía china. Lo cierto es que de acuerdo con los indicadores que conocemos, EEUU, en nombre de la cúpula militar-financiera que gobierna al mundo, sólo tiene el camino de conquistar la superioridad militar absoluta, pues su economía aún no se recupera de la crisis y en ese campo es poco probable que pueda superar a China.

EEUU ha venido fortaleciendo el cerco estratégico contra China. No tanto, por ahora, para un eventual ataque militar contra el territorio chino, sino principalmente para, llegado el caso, cortar sus abastecimientos de petróleo. La ofensiva en el medio oriente ha tenido, entre otros, ese objetivo. Es también el objetivo de la ofensiva global que EEUU desarrolla en la zona Asia-Pacífico, ocupando puntos estratégicos en el Mar del sur de China por donde circula buena parte del petróleo que abastece a ese país.

Esta estrategia plantea una seria amenaza sobre Venezuela y todos los países del Sur, donde, como sabemos, están concentradas las principales riquezas naturales de la humanidad (particularmente el petróleo).

c) Hablemos un poco de Siria

Este año 2014 comenzó con  expectativas favorables para la paz pues por una parte, se acordó la conferencia de paz sobre Siria conocida como Ginebra II, que evitó el ataque misilístico contra Siria que anunció el Presidente Obama en el mes de septiembre del año pasado (2013) y por otra parte, también se estableció un acuerdo con Irán, que temporalmente clausuró el eventual ataque contra Irán, que incluía el uso de armas nucleares.

Por unos días la humanidad respiró tranquila. Sin embargo, la conferencia de Ginebra fracasó, pues EEUU y sus aliados desean obtener en la mesa de negociaciones lo que no han podido obtener en el campo de batalla: la renuncia del presidente de Siria, que es lo que el gobierno sirio ha ratificado que no va a aceptar y una de las razones por la que miles de sirios han estado dando la vida.

El fracaso de esas negociaciones ha puesta de nuevo la guerra en la agenda del presidente Obama, es decir, de la cúpula militar-financiera mundial a la que el Presidente Obama está subordinado.

Como se sabe el Estado de Israel y el lobby israelí de EEUU han venido trabajando para sabotear la paz. Ahora la política que Obama está delineando parece ser la siguiente:

La prensa internacional especializada está recogiendo señales que indican que está negociando con el presidente de Francia Hollande y con el presidente de Turquía para que sean quienes lleven el peso de la guerra en el terreno.

Ahora parece estarse perfilando como excusa para profundizar la guerra, pues esta no ha cesado, la presencia de Al Qaeda en Siria, que está allí como un aliado fundamental del Pentágono-OTAN para desestabilizar y destruir. Pero eso fue cuando para desestabilizar a Siria los mercenarios ocuparon un lugar central. Pero los mercenarios no lograron derrocar al gobierno Sirio. Por el contrario el gobierno Sirio ha estado ganando la guerra.

Ahora lo que necesita la cúpula militar-financiera es una excusa para justificar una intervención extranjera clara y asumida con la necesaria cobertura política (no olvidemos que la política es la continuación de la guerra por otros medios).

Como las fuerzas imperiales no tienen amigos permanentes sino socios comerciales, ahora Al Qaeda podría ser la justificación para profundizar la guerra. Se trata de llamar la atención del mundo hacia el hecho de que Al Qaeda ha tomado posiciones en Siria desde donde puede lanzar ataques terroristas contra Europa (posiciones que fueron permitidas y facilitadas por las potencias imperiales). Entonces, el ataque misilístico será dirigido contra las posiciones que tiene Al Qaeda en Siria y poco a poco, hacia las  posiciones del gobierno Sirio con la finalidad de lograr su derrocamiento, que es el objetivo estratégico del capital financiero, que se está ejecutando a través del Pentágono-OTAN, con la cobertura política que les ofrece el presidente Obama. Probablemente este libreto estuvo preparado desde el principio ¿Lo podrán desarrollar?

Incluso, piensan que hasta el Consejo de Seguridad de la ONU podría digerir este nuevo-viejo discurso: una operación humanitaria para salvarnos de futuros ataques de Al Qaeda contra Europa y otros países del medio oriente. De nuevo la política como la continuación de la guerra por otros medios.

Es la Estrategia Imperial de Guerra Permanente en acción. El Objetivo estratégico es recolonizar y reconfigurar el mundo y como lo he dicho, la destrucción de todos los Estados soberanos es esencial.

Es en este proceso donde calza la estrategia de desestabilización permanente contra Venezuela, que es una manera de atacar a Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Argentina y a todos los Estados soberanos de la región latinocaribeña.

d) El relanzamiento del Alca en la región latinocaribeña, supone derrotar a Venezuela

Como es bien sabido, la visión geopolítica y geoestratégica del Presidente Chávez (que el Presidente Maduro ha sabido continuar), fue clave en la derrota del Alca, la formación de la Alba, Unasur, la Celac y los acuerdos de nuestra región con otras regiones del mundo como Asia y África, y el consiguiente debilitamiento de la OEA y de las cumbres de las Américas, donde están presentes EEUU y Canadá.

Los principios de la cooperación Sur-Sur se fueron delineando y fortaleciendo en ese proceso: la cooperación solidaria, el comercio justo, la creación del Banco del Alba, el Banco del Sur, el trueque, los intercambios utilizando monedas nacionales, la integración no sólo como un proceso económico sino político, cultural, geopolítico, la unidad de la diversidad... Esos principios se fueron fortaleciendo y no sólo pusieron en jaque el neoliberalismo sino que lo fueron desacreditando.

El Presidente Chávez convirtió al Petróleo y a la renta petrolera en sólidos instrumentos geopolíticos para la fortalecer la cooperación Sur-Sur, la integración regional y muy especialmente a la consolidación de la soberanía nacional como cooperación solidaria. La independencia nacional y la no subordinación a potencias supranacionales fueron retornando como principios guías de las relaciones internacionales. Repito, el petróleo y la renta petrolera fueron claves en este proceso.

Hay entonces una operación simultánea para, por una parte, penetrar a las organizaciones regionales de integración (en primer término a la Celac) y destruirlas desde dentro, y por otra parte, derrocar al gobierno venezolano a través de una guerra de baja intensidad, que en el momento preciso, puede subir de tono y generalizarse incendiando al país por los cuatro costados. De nuevo el petróleo es el denominador común.

En Venezuela se da la batalla organizando focos desestabilizadores en las principales ciudades del país (particularmente en las zonas de clase media), hechos que luego las llamadas redes sociales y la dictadura mediática transnacional, pone a rodar por el mundo tratando de crear la “realidad” de que estamos al borde de la guerra civil y que en cualquier momento Venezuela podría ser un gran campo de batalla.

Su fuerza en el interior del país no es decisiva. Si no contaran con apoyo transnacional político, mediático, financiero y con fuerzas subversivas de apoyo (grupos de narco-paramilitares), la acción unida del pueblo y el gobierno, ya hubiesen terminado con la acción de los focos subversivos. Hasta ahora no han logrado que su base política en los barrios y pueblos de Venezuela, se sume intensamente a la jornada de violencia que vienen promoviendo. No subestimo el peligro que representan, pero el partido de Leopoldo López, desde el punto de vista electoral, según los resultados del 08 de diciembre, no representa más del 5%. De hecho, ellos están aplicando una política foquista: el foco puede crear las condiciones, o simularlas, para una “insurrección” general. Pero más que los focos que han ido creando, el impulso a un conflicto más amplio vendrá de los efectos multiplicadores de las mentiras que en forma masiva produce, cada minuto, la dictadura mediática nacional-mundial. Mentiras mediáticas y “realidades” virtuales de carácter incendiario.

e) Como se sabe el Presidente Chávez impulso el más radical proceso de redistribución de la renta petrolera, que conozcamos

Alrededor de 600.000 millones de dólares se han invertido en política social, lo que ha implicado una reorientación en la apropiación de la renta petrolera transfiriendo hacia los pobres ingresos que antes iban hacia los capitalistas.

Esto fue posible, entre otras razones, porque a raíz del paro petrolero de diciembre de 2002 y enero 2003, el Presidente Chávez sacó de la directiva de PDVSA a la burocracia transnacional que la conducía, y así la oligarquía transnacional perdió la posibilidad de administrar directamente la industria y particularmente la renta petrolera.

Como se sabe la directiva de PDVSA ocultó la importancia estratégica de la Faja Petrolífera del Orinoco mientras establecía negociaciones con las empresas petroleras internacionales.

Por otra parte, el Presidente Chávez realizó un uso geopolítico de la renta petrolera, que tuvo que ver con la derrota del ALCA, el surgimiento de la Aba, Petrocaribe, Unasur, la Celac, el fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur y los procesos de integración de los pueblos y gobiernos.

Este proceso de expansión y fortalecimiento de la soberanía de los países de la región, ha sido muy importante para contener el avance de la globalización neoliberal.

La reconfiguración y recolonización de la región latinocaribeña plantea con urgencia doblegar el proceso bolivariano y retomar el control de la renta petrolera.

Golpe de Estado y guerra de baja intensidad

La estrategia de ingobernabilidad permanente es la manera como se desarrolla en Venezuela la Estrategia Imperial de Guerra Permanente, que es el camino para el establecimiento de la hegemonía del capital financiero sobre la humanidad y la naturaleza.

Como he dicho en otros escritos, por las condiciones concretas de Venezuela y del continente latinocaribeño (distintas a las de Irak, Libia y Siria), en nuestro país la estrategia Imperial de Guerra Permanente, toma la forma de guerra de baja intensidad que se manifiesta, precisamente, a través de la estrategia de desestabilización permanente.

No están en condiciones para dar un golpe de Estado convencional (precisamente el Presidente Maduro habla de golpe de Estado continuo). Las condiciones para los procesos de abril de 2002 y el paro petrolero de diciembre 2002 y enero 2003, no existen hoy. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana es otra, los servicios de inteligencia y la directiva de PDVSA también. Luego, la oposición tampoco tiene la unidad de mando que tuvo en aquellos momentos y su liderazgo está debilitado. En el interior de Venezuela no cuenta con la fuerza mediática de aquellos tiempos, pues esos medios todavía no son el organizador colectivo de 2001-2002-2003. Ahora cuentan más con la dictadura mediática transnacional. La estrategia de desestabilización permanente implica un proceso de demolición constante de las bases políticas, económicas, psicológicas y morales del proceso bolivariano.

El esfuerzo de la extrema derecha nacional-mundial está orientado a derrocar al gobierno bolivariano, pero no probablemente será mediante un golpe de Estado como el de abril de 2002. Tampoco mediante una insurrección popular. Para ninguno de esos dos procesos tienen fuerza.

La guerra de baja intensidad (como vengo sosteniendo desde hace cierto tiempo) más que en el uso de la fuerza militar se apoya en la derrota política y moral del adversario, particularmente en su capacidad para movilizar la fuerza del pueblo y de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). Ambos (pueblo y FANB) progresivamente deben ir quedando lo suficientemente desarticulados y desmoralizados como para poder presentar resistencia alguna; en el uso moderado de la fuerza para generar asesinatos selectivos contra figuras públicas destacadas, golpes selectivos contra la infraestructura civil y militar, golpes contra la dirección política y militar; guerra económica, guerra psicológica y guerra mediática, entre otros. Una mezcla de caos, inseguridad, asesinatos, acciones terroristas, sabotaje de servicios públicos, obstáculos para el libre tránsito por calles, avenidas carreteras y autopistas, generación de miedo y terror. Como dije, una demolición constante. La guerra mediática, psicológica y cibernética constituyen el piso, el soporte y la potenciación de un proceso político con un claro contenido criminal.

La acción diplomática es clave y está a prueba su capacidad para moverse en las condiciones de una guerra de baja intensidad. El requisito primario es reconocer que esa es la situación y que muchas acciones de la diplomacia imperial y los diplomáticos que las desarrollan, no son acciones diplomáticas tradicionales y tampoco lo son los diplomáticos que las impulsan. Son agentes de la guerra de baja intensidad.

Han desarrollado un profundo odio clasista contra nuestro presidente, el “autobusero” Nicolás Maduro. Los prejuicios clasistas no los dejan dormir. Ellos los impulsan, entre otros factores, a reconquistar las cuotas de poder que han perdido. Particularmente, como he dicho, al control de la renta petrolera y del proceso de producción, distribución y comercialización del petróleo, lo que incluye el control de la Faja Petrolífera del Orinoco.

Los últimos enfrentamientos y las acciones que la ultraderecha ha generado en la calle y continúa generando, podrían ser tomados sin desestimar la gravedad que representan, como parte de un ensayo para experimentar y profundizarlos en los combates que continuarán. Entonces, valen por sí mismos y como una prueba para medir la reacción de la dictadura mediática nacional-mundial y otros apoyos internacionales con los que cuentan; para observar la reacción de los distintos sectores de la sociedad Venezolana; para evaluar la respuesta de la solidaridad internacional con el gobierno y el proceso bolivariano; para los movimientos, organizaciones, grupos e individualidades que respaldan y forman parte del proceso bolivariano; para la capacidad de movilización del pueblo chavista; para el comportamiento del conjunto de la oposición y sus diversas tendencias; para la movilización gubernamental y la firmeza de las medidas que el gobierno podría tomar. Es probable que estén evaluando permanente desde las oficinas imperiales y preparando las próximas acciones, que aun cuando sean violentas, son acciones políticas.

Lo que está planteado no es simplemente un enfrentamiento violento. Lo que está en juego es quien gana la batalla política y particularmente como he dicho, la guerra mediática.

Es también una prueba para su capacidad de movilización y acción y la reacción de la policía, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), los cuerpos de seguridad y los servicios de inteligencia. Sobre todo, deben estar muy pendientes de la reacción en el interior de la FANB en función de evaluar qué relación de fuerzas existe en ella y cómo podrían modificarla hacia el futuro. Es muy importante conocer sus conclusiones pues ellas orientarán sus futuras acciones.

Este ensayo seguramente dará como resultado una intensificación de la violencia y la desestabilización después del feriado de carnaval. Creo que ahora van por la conquista y estabilización de zonas “liberadas”. Esto debe ser impedido por todos los medios constitucionales y legales disponibles. Creo que el ensayo general culminó. Ahora deben venir con todo, pero ello dependerá de lo que el proceso bolivariano les permita desplegar. Es necesario impedir que rematen la política de creación de zonas “liberadas”. Sobre todo en el estado Táchira y en las zonas de clase media que han ido ocupando en varias de las ciudades venezolanas. Si consolidan bases de operaciones con apoyo de la población que han ido organizando, la radicalización de la violencia, de su poder destructivo y terrorista no será fácil de contener. Podemos ganar esa batalla, pero nos va a resultar más costosa tanto en vidas que se puedan perder como en destrucción del país y de la vida cotidiana de las personas.

La estrategia de ingobernabilidad permanente no tolera que se regularice la vida política del país.

No ensayaron un golpe de Estado convencional, sobre todo porque no  tienen fuerza para eso y la que tienen no la pueden emplear ensayando.

Bien saben que el solo intento de golpe de Estado encontraría de frente a los gobiernos reunidos en la Celac, Unasur, Alba, Petrocaribe, etc. Incluso, la OEA y su Secretario General, el Sr. Insulza, tendría que hacer algún tipo de declaración oponiéndose.

En cambio están mezclando “guarimbas” (desórdenes “políticos” más o menos permanentes), combinados con guerra económica, desabastecimiento, inflación, caos urbano, problemas (sin descartar el sabotaje) con el funcionamiento de los servicios públicos (electricidad, agua, transporte público, hospitales, escuelas, aseo urbano, etc.), incremento de la inseguridad (atracos, secuestros “exprés”, asesinatos selectivos (como la joven reina de belleza de Valencia), guerras de pandillas, microtráfico de drogas en los barrios pobres), proliferación de la corrupción y la denuncia de hechos moralmente cuestionables que afecten a miembros del gobierno y dirigentes políticos vinculados a este, calentamiento y agitación recurrente en las calles, más guerra psicológica y guerra mediática y en algún momento, la perpetración de actos terroristas con vistas a la construcción de zonas “liberadas”.

Lo anterior podría provocar un cuadro de ingobernabilidad, que sostenido durante un cierto período de tiempo, puede generar confusión en la opinión pública mundial que afecte la solidaridad internacional, genere cansancio y desmoralización en el pueblo que puede nutrir una corriente de opinión favorable al cambio de gobierno, a la renuncia del Presidente Maduro... En el momento oportuno tratarían de tomar las calles con gente gritando Maduro vete ya.

Es probable que un proceso de ese tipo debilite y condicione la posición de solidaridad de los gobiernos más conservadores de la Celac y Unasur, que favorezca las condenas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (enemiga declarada del gobierno bolivariano) y fortalezca en la OEA, liderada por EEUU, una corriente para la aplicación de la Carta Democrática Interamericana.

Esta carta prevé “protección” a los gobiernos ante un golpe de Estado y a los gobernados de las alteraciones al orden constitucional que los gobiernos puedan provocar.

Este segundo aspecto está incluido y redactado como a la medida para los desestabilizadores (lo que por supuesto incluye a las fuerzas imperiales). Es, precisamente, el que la oposición ha recalcado diciendo que aun cuando un gobierno se origine en unas elecciones, si estas son fraudulentas o en el ejercicio del gobierno no hay separación de poderes, libertad de expresión, respeto al derecho  de los partidos a organizarse y manifestarse públicamente de manera autónoma, no se respeta el derecho de manifestación y estas terminan con muertos y heridos, por ejemplo, ello altera el orden constitucional y el “pueblo” tiene derecho legítimo a la rebelión, establecido en el Art. 350 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Lograron en Ginebra, Suiza, donde está la sede del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, se generara la siguiente declaración: El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU pidió el viernes a Venezuela que enjuicie a los responsables de ataques contra manifestantes antigubernamentales, que dejaron esta semana tres muertos en Caracas. (Leer más en: http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/actualidad/politica/onu-pide-a-venezuela-enjuiciar-la-muerte-de-manife.aspx#ixzz2tX88l5ZO).

Como se puede observar, el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, asume en su declaración  la versión que la oposición radical está dando sobre los hechos, lo que revela claramente que hay una mano transnacional moviendo los hilos.

Ante hechos más graves que han ocurrido y están ocurriendo en el mundo, ese comisionado ha guardado y guarda silencio. La violencia callejera la inició la oposición radical el 12 de febrero pasado. Prácticamente al día siguiente, sin realizar averiguación alguna, ya está tomando una posición absolutamente sesgada, que favorece a la oposición ultraderechista. Un alto funcionario de la ONU ha debido tomar en cuenta las declaraciones e informaciones que ha dado el Estado venezolano. Eso es lo que debe hacerse y se ha hecho en otros casos. La ONU es una organización de Estados y gobiernos. No de destabilizadores golpistas; pero no, las ignora y de hecho condena a un gobierno alimentando la campaña mediática transnacional contra este. Tuvo razón nuestro canciller Elías Jaua cuando en octubre del año pasado (2013), en el debate general de la ONU, dijo que esta organización estaba secuestrada.

Tomando en cuenta este antecedente, si  la violencia crece en las calles y se generan más muertos y heridos, cuyo efecto puede ser magnificado por la guerra mediática y la guerra psicológica nacional-mundiales (tal como está ocurriendo), ello podría favorecer una “intervención humanitaria”, incluso con eco en las Naciones Unidas, alegando la “Responsabilidad de Proteger”.

La “Responsabilidad de Proteger” es un principio supranacional que viola la soberanía de los Estados y que EEUU y sus aliados han venido estableciendo en los hechos en las Naciones Unidas. Sin que esté acordado formalmente por una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, fue aplicado en Libia y existe la decisión, por parte de las fuerzas imperiales, de aplicarlo en cualquier lugar del mundo donde lo consideren apropiado. En las intervenciones “humanitarias” los servicios de inteligencia de EEUU y su cuerpo diplomático tienen una amplia experiencia.

Si intensifican la violencia, crece el número de muertos y heridos, avanza la ingobernabilidad  y tienen éxito en la creación de zonas “liberadas”, pueden ir creando condiciones tanto para la eventual aplicación de la Carta Democrática y de la Responsabilidad de Proteger. Nada de esto es fatal, sin duda puede ser derrotado.

En las elecciones regionales y locales del pasado 8 de diciembre fueron derrotados políticamente, aun cuando obtuvieron algunas victorias electorales ganando alcaldías de ciudades importantes. Pero, la ilegal propuesta de plebiscito en la que cifraron sus esperanzas y fue el centro de su política, fue derrotada, lo que los dejó sin plan B, pues ese plan consistía en tomar las calles reclamando la renuncia del Presidente Maduro si ellos “ganaban” el llamado plebiscito.

Esa derrota los paralizó y el Presidente Maduro los sorprendió de nuevo y los dejó sin iniciativa al proponer la necesidad del diálogo para encontrar soluciones políticas a los problemas existentes y emprendió el desarrollo de un movimiento por la paz y la seguridad ciudadana.

El Presidente Maduro no sólo propuso sino que, en el mismo mes de diciembre (2013), tomó importantes iniciativas tales como: convocó a una reunión en el palacio de gobierno a los alcaldes y gobernadores de la oposición que resultaron electos en las elecciones del 08 de diciembre de 2013 y les presentó propuestas para establecer acuerdos. Convocó también a los parlamentarios de la oposición y del gobierno para emprender un programa parlamentario. En torno a estas y otras iniciativas, el gobierno se ha mantenido a la ofensiva en función de regularizar la vida política del país. Así fue aislando a los sectores desestabilizadores y violentos y en la dirección opositora fueron apareciendo otros protagonistas, los sectores partidarios de negociar y marchar pacíficamente hacia las elecciones parlamentarias de 2015 y eventualmente, aplicando una disposición constitucional, marchar hacia un referéndum revocatorio que en 2016, si ellos lo ganan, pueda terminar con el mandato del Presidente Nicolás Maduro. Este es un mecanismo constitucional. Pero la extrema derecha no está segura de que sin la estrategia de desestabilización permanente, pueda ganar ese referéndum, en el supuesto de que logren reunir la fuerza y las firmas para convocarlo.

La acción de la oposición quedaría regulada por los medios constitucionales y legales existentes, lo que podría favorecer el fortalecimiento de una situación de gobernabilidad, con lo que la cuestión esencial que quedaría planteada para el gobierno, los partidos y organizaciones que lo respaldamos, sería gobernar bien, convirtiéndose en funcionarios públicos y militantes populares que sirven obedeciendo.

Podría surgir una competencia y emulación pacífica, sometida a las reglas de juego constitucionales y legales obligatorias para todas las partes. Las consultas electorales serían el campo para esa competencia pacífica y el Consejo Nacional Electoral (CNE), el árbitro reconocido por todos, cuya autoridad y legitimidad quedaron amplia y firmemente establecidas en las elecciones de diciembre pasado. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana igualmente, tiene un bien ganado respeto como custodio de la paz y la transparencia de los procesos electorales venezolanos.

Se proponen acentuar la estrategia de ingobernabilidad permanente

Esta perspectiva llenó de rabia y frustración a los desestabilizadores, es decir, la derecha transnacional y sus agentes internos. Ellos no pueden permitir la regularización de la vida política del país pues consideran que sólo con la desestabilización pueden derrotar al proceso bolivariano.

No confían en que puedan derrotar electoralmente al proceso bolivariano. En todo caso, no creen que una victoria electoral será el resultado de una buena campaña electoral. Será el resultado de haber debilitado severamente o destruido la base popular del gobierno del Presidente Maduro y ello estaría garantizado si mediante la desestabilización (incluida cada vez más la violencia), crean una situación en la que de hecho, según su perspectiva, el gobierno se esté derrumbando pues la gente estaría tan decepcionada, atemorizada y sin esperanzas, que se abstendría o votaría (incluso, puede ser que hasta masivamente) por la derecha. Esta es la perspectiva con la que ellos trabajan. Las victorias fascistas bien sea por la vía electoral o  por la violencia (o una combinación de ambas), se han materializado en circunstancias como las descritas. Revísese la historia y se podrá verificar lo que estoy diciendo. Este es el escenario hacia el que nos quieren llevar.

La guerra civil es una opción que ellos pueden provocar y que es necesario evitar. Si ellos deciden librarla es porque están dispuestos a provocar una carnicería con el apoyo de las fuerzas imperiales y barrer con el movimiento popular desde la raíz. Creo que no hay, aún, condiciones para ese escenario en la Venezuela de hoy, pero pueden estar marchando hacia allá y no debemos descartarla. No debe ser descartada, precisamente, para impedir que ocurra.

De lo que no podemos dudar es de la decisión tomada por la extrema derecha nacional-mundial para derribar y liquidar el proceso bolivariano. Esta no es una hipótesis. Es la política de Ahora o Nunca, que en la Red PatriaUrgente hemos venido conversando y denunciando. Es la conclusión a la que podemos arribar observando lo que está ocurriendo en el mundo y la relación de fuerzas que se ha configurado y se está configurando, para inclinar la balanza decisivamente a su favor e impedir la construcción de un mundo multicéntrico y pluripolar.

Para ello es decisiva la derrota de los Estados soberanos, uno de cuyos centros fundamentales está en América Latina y Venezuela ha sido uno de los países más importantes liderando el proceso de independencia nacional con respecto a las fuerzas imperiales para cumplir el objetivo I del programa de la Patria: Defender, expandir y consolidar el bien más preciado que hemos reconquistado después de 200 años: La Independencia Nacional.

Una aplicación de las tres ERRES (revisión, rectificación y reimpulso), como un aspecto central de nuestra política y de “Golpe de Timón” puede permitirnos salir victoriosos. En medio de esta batalla debemos corregir errores y tomar las medidas necesarias para mantener la iniciativa gobernando bien y mantener la pedagogía política.

Aun cuando hay sectores de la derecha que han rechazado la violencia, la extrema derecha trata de seducirlos susurrando el mensaje de que, en fin de cuentas, para derrotar electoralmente al chavismo, es necesario desestabilizar y debilitar sistemáticamente el gobierno del Presidente Maduro. Para la ultraderecha es esencial, evitar la regularización de la vida política nacional e impedir que el Presidente Maduro pueda gobernar.

¿Cómo impedir una alianza de todos los sectores de la oposición en torno a la estrategia de desestabilización permanente? ¿Cómo mantener aislada a la derecha fascista? Esa es una de las claves para impedir el golpe de Estado, una eventual guerra civil y también para evitar en el futuro una eventual derrota electoral. Entonces una cuestión central de nuestra política es como impedir unificación de la derecha en torno a los planes desestabilizadores, no sólo como un camino hacia el golpe de Estado continuo sino también hacia una eventual derrota electoral del proceso bolivariano.

Hasta ahora toda la derecha concentrada en la llamada mesa de la unidad democrática se ha colocado detrás de la extrema derecha respaldando los planes desestabilizadores, generalmente, por ahora, desde una posición relativamente pasiva. La tradición social de la democracia cristiana representado por Copei y de la socialdemocracia representada por Acción Democrática, hace tiempo fue dejada de lado y esto se ratifica en la medida en que hasta ahora se han alineado con la extrema derecha. Pese a los esfuerzos políticos del Presidente Maduro, la ultraderecha sigue liderando a toda la oposición.

Fortalezas que le podrían permitir a la oposición radical profundizar la desestabilización para derrocar al gobierno

Las fortalezas tanto de la oposición en general como de la oposición radical, se han venido derivando de las debilidades y errores del gobierno y la dirección política del movimiento bolivariano (este tema lo trabajé con más amplitud en Notas Urgentes sobre el 26 de Septiembre, publicado por Fundarte en abril de 2011).

Por supuesto, no  han podido derrotar e incluso derrocar al gobierno por los aciertos del Presidente Chávez, ahora del Presidente Maduro y porque el pueblo bolivariano ha demostrado que es un gran pueblo.

Las fortalezas que la oposición radical ha venido estableciendo son a mi modo de ver las siguientes:

1) Han logrado establecer una base social ultraconservadora, que no existía en Venezuela. Desde las elecciones de diciembre de 2007 se hizo evidente que la derecha venía avanzando en sectores populares, incluso, en zonas donde el chavismo tenía fuerza. Tengo la impresión de que a esto no se le ha prestado la debida atención. Hace tiempo vengo sugiriendo que para las zonas populares donde la oposición ha venido creciendo, ha debido y debe establecerse un plan especial multidimensional. Todavía hay tiempo.

Dirigentes de la derecha fascista como Leopoldo López, fueron creando redes que ahora, en las agresiones contra instituciones públicas y contra Venezolana de Televisión, se puede observar cómo han generado grupos de choque, grupos de asalto en la conocida tradición fascista. Finalmente, estas bandas han sido desplegadas poniendo en evidencia el camino que están recorriendo.

Para el desarrollo de esta base social fascista que no existía en el país vienen utilizando, además de la labor que cumplen los medios de comunicación nacional-mundiales para sostener las tradiciones, valores y costumbres burguesas, el desarrollo de lo que yo he venido denominando una política “social” fundada en las prácticas fascistas. En párrafos posteriores ampliaré estas consideraciones.

2) Han participado de la organización de grupos narco-paramilitares que han ido instalándose en barrios y pueblos. Son grupos con experiencia de combate, entrenados en crear bases operativas vendiendo “seguridad” para lo cual es necesario sembrar miedo, incluso, terror; es más, en algunos lugares del país, sobre todo en la zona fronteriza, se han encargado de administrar “justicia”. Entonces, vendiendo “seguridad” y administrando “justicia” han ido sustituyendo al Estado venezolano, a la FANB, a los cuerpos de seguridad y a los tribunales. Más grave aún o tan grave, estos son grupos entrenados para, llegado el momento, matar a sangre fría, asesinar y aterrorizar a la población. Uno de los lugares donde más se avanzado con esta política es precisamente en el estado Táchira,  ubicado en la frontera con Colombia, donde se está produciendo un proceso de desmembración de ese estado con respecto al territorio nacional. Ahí están construyendo una zona “liberada”.

3) Esa asociación con grupos paramilitares relacionados con traficantes de drogas, podría estar vinculando, de alguna manera, a la extrema derecha con la organización del microtráfico de drogas, orientado hacia los pobres y sobre todo hacia los jóvenes de ambos sexos, constituyendo entre esa población, bandas de pequeños narcotraficantes, fomentando la vocación individualista de enriquecimiento por vías “fáciles” e ilegales, lo que de hecho los enfrenta a los cuerpos de seguridad y al Estado.

Ese enriquecimiento “fácil” los coloca por el camino (sobre todo de la expectativa) de satisfacer los caprichos consumistas de la clase media acomodada y de las élites transnacionales, lo que los convierte en parte del patrón de consumo estimulado por el modelo petrolero transnacional (ver mi trabajo sobre este tema publicado en Aporrea 10-01-14). Fácilmente se adaptan a la defensa de los valores del mercado y particularmente, a la defensa de la propiedad privada.

Rápidamente van asociando sus derechos de propiedad adquiridos mediante un gran “esfuerzo” (incluso, arriesgando sus vidas), con la posesión de armas y el agavillamiento para enfrentar a todo el que atente contra esos derechos, particularmente la policía y los cuerpos de seguridad. No sólo al Estado venezolano sino por extensión, a todos los sectores políticos, chavistas y no chavistas, habitantes de zonas populares o no, partidarios de la convivencia pacífica.

Ahí tenemos un proceso de configuración de una base social fascista, defensora de la propiedad privada y los valores capitalistas, distribuida por el territorio nacional, violenta, y llegado el caso, dispuesta a matar.

Si no se actúa rápido y a tiempo, nos encontraremos en algún momento, con unas bandas armadas, como un “ejército” sembrado en zonas populares, extremadamente violento, obteniendo ganancias mafiosas, por tanto, con una importante capacidad de consumo o con la fuerte expectativa de tenerla, y entrenado para “disparar primero y averiguar después”, con saña y con pocos escrúpulos.

Los “pranes” y las redes delictivas que funcionan en las cárceles venezolanas, superarmadas y dotadas de moderna tecnología informática y asociadas al tráfico de drogas (con evidente complicidad de los carceleros), parecen estar relacionadas con el proceso que vengo describiendo.

4) El capital financiero transnacional se ha ido asociando al narcotráfico, tráfico de armas, de personas, lavado de dinero, comercio de esclavos, etc. Es probable que en lo descrito se pueda estar dando un vínculo entre sectores financieros asociados a la oposición de extrema derecha, precisamente, con el crimen transnacional y los problemas de seguridad que azotan a la sociedad venezolana y a otras de nuestro continente latinocaribeño. Esa asociación es otra de las fortalezas de la derecha fascista que se mueve en Venezuela.

Por esas y otras vías el capital financiero se relaciona con la formación de grandes ejércitos privados y en general a la privatización de la guerra. Esos ejércitos privados han participado en las guerras de Irak, Afganistán, Libia, Siria, Colombia; en la desestabilización de gobiernos, invasiones, sicariato, atentados, sabotaje... Son ejércitos de mercenarios, que eufemísticamente son llamamos “contratistas civiles”.

El microtráfico de drogas es una variante del crimen transnacional, que como ya señalé se relaciona con la formación de pandillas, con los enfrentamientos entre ellas, la generalización de atracos, secuestros exprés, el sicariato y las más diversas formas de criminalidad. Esta es una de las raíces de los problemas de seguridad en Venezuela, México, Colombia, EEUU... Por supuesto, la seguridad tiene raíces internas (aun cuando hoy día es muy difícil definir la frontera entre lo “interno” y lo “externo”); pero las redes del crimen transnacional se van extendiendo por los intersticios de la sociedad venezolana. No es una simple amenaza circunstancial. Tiene una tremenda significación estratégica como grave amenaza a la seguridad del Estado, a la estabilidad de las instituciones y para la paz y la vida cotidiana de nuestra sociedad, para la economía, para la salud, etc. Es un componente esencial de la estrategia de desestabilización permanente.

5) Han aprendido de la política “social” basada en la dádiva y el terror impulsada por Pablo Escobar y el “Chapo” Guzmán, inspirada en la más antigua tradición mafiosa.

Apoyándose en el estímulo a los intereses individuales y a métodos ilegales, orientados a socavar al Estado y las relaciones de solidaridad, los grupos narco-paramilitares han venido perfilando algo así como una política “social” mafiosa.

Un aspecto es la política de “microcréditos”, que en su desenvolvimiento puede vincularse con el microtráfico de drogas, que llegado el caso puede suministrar fondos para cancelar los créditos recibidos. Es una múltiple subordinación.

Usando los fondos acumulados a través de acciones delictivas van distribuyendo “créditos” entre la población pobre con diversos fines (consumo, microempresas, pequeños negocios, problemas familiares...), pero con el claro propósito de construir redes de poder e ir suplantando al Estado venezolano. Con los microcréditos, combinados con la extorsión, el chantaje y el miedo, han ido echando las bases de una política “social” en correspondencia, como ya dije, con la más antigua tradición mafiosa.

Hay una amplia experiencia sobre estos procedimientos. Uno de los más famosos fue el de Pablo Escobar Gaviria, que llegó a controlar a la población y a la ciudad de Medellín apoyándose en una combinación de dádivas, chantaje y asesinatos. En los barrios y pueblos de Venezuela esta política de microcréditos ha venido estableciendo redes al servicio de los jefes mafiosos y en el fondo, al servicio de la derecha que se mueve en Venezuela y de las fuerzas imperiales y el capital financiero internacional, que desde las sombras son los que manejan los hilos de estos negocios y como ya dije, van impulsando un proyecto para suplantar al Estado venezolano e ir construyendo una especie de contrapoder que pueda estar en condiciones de derrocar al Presidente Maduro.

Más recientemente hemos podido apreciar la promoción que a través de la red mediática transnacional, se le ha venido dando a las movilizaciones de masas en apoyo al “Chapo” Guzmán. De hecho, en todos los países del mundo (menos en Cuba), las mafias han desarrollado un contrapoder, no sólo desde fuera del Estado, sino desde dentro de este corrompiendo y chantajeando a funcionarios públicos. Cuando el chantaje y la corrupción no han sido suficientes, entonces utilizan los asesinatos y el terror, contra los funcionarios, sus familiares y miembros de su entorno de relaciones personales y sociales.

Otro fenómeno vinculado a las frustraciones y expectativas consumistas de la clase media, que forma parte de lo que estoy considerando una suerte de política “social”, es el proceso de “raspar” los cupos en divisas asignados para viajeros por CADIVI (Comisión de Administración de Divisas). En esto ha habido una clara complicidad de funcionarios públicos, bancos y grupos mafiosos que de esa manera lograron sacar miles y miles de petrodólares, con un pequeño beneficio para el viajero (disfrutar de un corto viaje), entregando el resto de la asignación de dólares a la empresa organizadora de este fraude, usufructuaria final de los dólares concedidos por CADIVI a viajeros inescrupulosos a través de los bancos y los grupos gansteriles que sirvieron de intermediarios con la complicidad de funcionarios públicos corruptos.

La justificación fue muy sencilla: el petróleo es del pueblo venezolano por tanto, a cada venezolana o venezolano le corresponde una cuota. El “raspado” del cupo es considerado ilegal por el Estado, pero es legítimo apropiarse de esa cuota, no importa el procedimiento. Si no (es parte de la justificación), de todas maneras algún funcionario público se la robará. Es el triunfo del pensamiento egoísta e individualista. Es también uno de los efectos de la corrupción sin sanciones severas. Una de las consecuencias es el debilitamiento del Estado, que seguramente los neoliberales celebran, no importa cuál sea el procedimiento, lo importante es que mueva a la economía. Bien sabemos que los neoliberales consideran que la economía no tiene ética, sólo leyes que se cumplen inexorablemente.

El Estado y el gobierno venezolanos han invertido más de 500.000 millones de dólares en salud, educación, vivienda, etc. Esta es la manera justa y legal de distribuir la renta petrolera, que le ha ganado un importante apoyo popular al proceso bolivariano, encabezado ayer por el Presidente Chávez y hoy por el Presidente Maduro.

Sin embargo, sectores bancarios, con la complicidad de importantes funcionarios  públicos y la participación de grupos mafiosos, han creado esta forma de distribución fraudulenta de la renta petrolera como una política “social” fundada en el egoísmo y el individualismo. Es el sueño de los neoliberales. Ellos ya han justificado muchas cuestiones inmorales. En la Escuela de Economía de la UCV un economista neoliberal me dijo una vez lo siguiente: en los períodos cuando el dinero es escaso y por tanto el precio del dinero sube, la usura es una necesidad, pues es la única manera de acceder al crédito y emprender actividades económicas o resolver problemas que la gente no podría solucionar de otra manera. De ese modo las acciones orientadas y/o ejecutadas por el crimen transnacional, que pueden asumir la forma de pequeñas o grandes “raterías”, son claramente justificables. Esas acciones delictivas calzan perfectamente con la racionalidad económica guiada por el egoísmo como sentimiento fundamental de los sujetos cuyo objetivo esencial es la maximización de beneficios.

Ya desde el siglo XVIII lo dijeron claramente: Vicios privados. Virtudes públicas. (Bernard de Mandeville, Fábula de las abejas, 1732). Desde el punto de vista privado puede ser condenable, desde el punto de vista público, genera empleo, crecimiento de la economía, es decir, prosperidad. Por tanto, es una “virtud”. Esta es la ética neoliberal. Volveré sobre esto en párrafos posteriores.

Las acciones delictivas claramente visibles de los llamados “raspa” cupos y los facilitadores de ellas, que se han movido con abierta impunidad, causan la indignación de otros sectores de clase media que para obtener las divisas necesarias para viajar al extranjero, deben someterse a tortuosos procedimientos burocráticos, que las mafias que defraudan al país se saltan fácilmente. En un solo proceso el gobierno se enajena el respaldo de la clase media “raspa” cupos, que actúa ilegalmente, y  de sectores honestos de la clase media, víctimas de procedimientos burocráticos, que observan indignados la impunidad con la que se mueven los otros.

Lo más grave es que hasta ahora, por estos delitos, no hay nadie detenido ni juzgado por los tribunales. Esta y otras impunidades, quizás le están haciendo tanto daño al proceso bolivariano como las campañas de desestabilización impulsadas por la derecha. Le hacen daño por cuanto se van perpetuando y sedimentando. Un sedimento que petrifica la ideología dominante tanto en la conciencia como en el inconsciente.

La inseguridad y la criminalidad por supuesto, tienen diversos orígenes y la corrupción de funcionarios públicos y empresarios privados, es un efecto demostración que pesa significativamente. Sin embargo, los procesos que vengo describiendo sobre el peso del narcoparamilitarismo en ellos y la relación que dirigentes opositores pueden tener en dichos procesos deben ser tomados muy en serio.

Estas son fortalezas de la ultraderecha. Hay una seria inmoralidad detrás de ellas. Pero ciertas fortalezas políticas no se caracterizan por la moralidad. Hitler se levantó sobre la base de asesinatos, crímenes, la organización de bandas hamponiles y una guerra espantosa y bárbara que casi destruye a la humanidad. La humanidad pudo destruir a Hitler y a su aparato de guerra y todas las formas de violencia que impulsó.

Confío en que el pueblo venezolano conducido por el Presidente Maduro, sabrá cumplir con su deber ante el pueblo latinocaribeño y la humanidad toda.

¿En qué proceso nacional-mundial nos estamos desenvolviendo?

Vivimos en los tiempos de la hegemonía del capital financiero y la mercantilización de todo.

Vivimos en los tiempos de la hegemonía del capital financiero, que se desenvuelve con la lógica de la globalización neoliberal cuya plataforma es el Consenso de Washington. El capital financiero avanza destruyendo las fronteras nacionales, los Estados nacionales, la soberanía nacional, los derechos humanos y la democracia. Ha dado un golpe de Estado y ha erigido un gobierno totalitario, que se ha colocado por encima de todos los gobiernos, incluido el gobierno de EEUU. Una cúpula militar-financiera gobierna el mundo. Esa cúpula es la mano invisible que gobierna al mercado mundial. Las señales del mercado, en lo fundamental, son las señales del capital financiero.

Los Estados pueden proclamarse socialistas, revolucionarios, antiimperialistas. Eso no es el problema. El problema es que sean Estados soberanos. En el medio oriente todas   las naciones profesan el islamismo. Sin embargo, el  problema es Irán porque además de islámico, que no es el problema esencial, es un país soberano. El problema de Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina, Nicaragua... Es que son Estados soberanos. Podrían proclamarse socialistas y el imperio podría convivir con ellos si dejan de ser Estados soberanos. Brasil es un país capitalista, igual Rusia, pero son Estados soberanos. En el caso de Venezuela se le cobra que ha liderado los procesos de integración, el fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur, los procesos de autonomía financiera a través del Banco del Alba y el Banco del Sur, el desarrollo del trueque, del comercio justo, etc. En fin, procesos de afirmación de la soberanía y la independencia nacional, no sólo en la región latinocaribeña sino con proyecciones hacia otros continentes.

Vivimos en los tiempos de una poderosa ofensiva para destruir al ser humano y las sociedades humanas donde de alguna manera se respete la solidaridad, la vida colectiva y las relaciones humanas convivenciales entre los seres humanos y entre estos y la naturaleza.

Son los tiempos de la mercantilización de todo. La mercancía no es un simple objeto concreto que se intercambia en el mercado por un determinado precio. La mercancía ha sido convertida en relación esencial en tanto  que todos los seres vivos, animados e inanimados, vamos siendo transformados en mercancías: la humanidad, la naturaleza, los ecosistemas, el planeta. Incluso, este proceso de mercantilización avanza sobre el sistema planetario solar en la medida que la luna y Marte están siendo colonizados. Es tan cierto, que en EEUU y Japón hay empresas vendiendo parcelas en la luna y  gente comprándolas.

Avanza destruyendo la cultura y en particular las culturas regionales y locales, la diversidad biológica, lo que incluye la diversidad humana, la diversidad étnica, religiosa, los imaginarios colectivos y personales.

El modo de existir del capital financiero es la guerra

Esta afirmación nos obliga a detenernos en algunos aspectos cruciales de la guerra contemporánea y la manera como ella se está desenvolviendo bajo la hegemonía del capital financiero.

El aspecto principal de la política imperial, como he dicho, es La Estrategia Imperial de Guerra Permanente, que supone que todos los pasos están en función de la guerra. Ello tiene que ver con el cambio de la política imperial de la estrategia de contención a la estrategia de guerras preventivas, lo que ha conducido a cambios importantes tales como:

1) La política se ha convertido en la continuación de la guerra por otros medios. Es decir, la decisión de ir a la guerra está tomada, de lo que se trata entonces es de reunir una masa crítica de apoyo político que garantice el triunfo militar. Por eso he venido diciendo que si ellos ganan la batalla política, habrá guerra. Si las fuerzas que se oponen a la guerra, ganan la batalla política, habrá paz.

Esto fue claro en los episodios que se desenvolvieron después del 14A, cuando en Venezuela las fuerzas imperiales pensaron que estaban dadas las condiciones para derrocar al gobierno bolivariano, encabezado por el Presidente Maduro, que sin duda ganó las elecciones del 14A. El Presidente Maduro les ganó ampliamente la batalla política y en ese momento frenó la agresión y el proceso bolivariano salió fortalecido políticamente.

El “autobusero” los sorprendió con el “Gobierno de Calle” e importantes iniciativas internacionales, incluidas entrevistas con varios jefes de Estado, entre ellos el Papa Francisco. Mediante estas iniciativas fue logrando reconocimiento nacional y popular a su liderazgo y reconocimiento internacional. Las denuncias de fraude y de ilegitimidad del gobierno del Presidente maduro, perdieron fuerza y en el mundo, salvo en voceros de la derecha recalcitrante como CNN. En la región latinocaribeña fueron derrotados políticamente de manera contundente.

2) Por tanto, ya no es verdad que la guerra sea la continuación de la política por otros medios. La política imperial es la continuación de la guerra por otros medios

3) Tampoco es cierto que si quieres garantizar la paz, debes prepararte para la guerra. Estamos en guerra, una guerra compleja, que hasta puede pasar desapercibida, lo que constituye un éxito de los que la han planeado y están dirigiendo.

La guerra contemporánea no se declara formalmente, se desarrolla cotidianamente. Por lo tanto, no se trata de prepararse para la guerra que viene, sino para la que está en marcha, que no se está decidiendo sólo en enfrentamientos militares que se cumplen en territorios específicos, cercamos o lejanos. Es más, las fuerzas de infantería atravesando fronteras, descendiendo en paracaídas o en desembarcos navales, ya no tienen la misma importancia de ayer.

4) El campo de batalla se ha modificado sustancialmente. Hoy día va desde el cerebro humano y los imaginarios personales y colectivos, hasta lo que comes (la hegemonía de la producción transgénica), como te vistes, con quien te reúnes (es decir, la más feroz invasión de la vida privada y su desaparición a través del espionaje permanente), la guerra cibernética, la robotización de la guerra, la constitución de grandes ejércitos privados (los soldados irán dejando de tener banderas nacionales), nuevos métodos de tortura y la guerra nuclear, pasando por específicos enfrentamientos convencionales en determinados territorios.

5) La doctrina de la destrucción mutua asegurada que desde los años 60 hasta hoy funcionó como contención de la guerra nuclear, viene siendo sustituida por otra basada en la superioridad militar absoluta con respecto a las actuales potencias nucleares (Rusia y China).

La superioridad militar absoluta está planteando que es posible un primer golpe mediante un ataque nuclear devastador contra Rusia y China, anulando su capacidad de respuesta y respondiendo mediante un poderoso sistema de de defensa antimisilística a las reacciones que de todas maneras se generaran.

Esta es una locura, una locura imperial. Es la racionalidad de la ley del más fuerte y de la prepotencia imperial que los ha llevado a concebirse como invencibles. Cada vez son más peligrosos.

6) La superioridad militar absoluta estaría fundada en la superioridad científica y tecnológica absoluta.

El mundo ha conocido dos grandes revoluciones científico-tecnológicas. La primera fue La revolución industrial que se desplegó en Inglaterra, pero que se generó mundialmente mediante un aporte decisivo del oro y la plata y las materias primas proporcionadas mediante el robo, el saqueo y el genocidio, por el continente latinocaribeño y el trabajo esclavo proporcionado por el continente africano y que se desplegó por todo el continente americano (el Norte, el Centro y el Sur).

La segunda es la presente revolución científico-técnica alimentada por las diarias milmillonarias ganancias del capital financiero. A través de un proceso que no describiré ahora, los bancos fueron dejando de ser intermediarios entre el ahorro y la inversión orientada a producir bienes y servicios para la gente en la medida que el proceso del Estado del Bienestar y las políticas keynesianas establecieron una articulación entre inversión, empleo, crecimiento del ingreso de los trabajadores y más inversión y la continuación del mismo ciclo.

Las políticas neoliberales rompieron esa articulación. La inversión y el papel de los bancos se modificaron radicalmente. Los bancos dejaron de invertir en la economía real tradicional y orientaron la inversión hacia la especulación financiera, que genera día a día, como ya dije, milmillonarias ganancias que fluyen hacia negocios de carácter delictivo (tráfico de drogas, de armas, de personas) y las que se orientan hacia los mercados a futuro con bienes estratégicos como el petróleo, los alimentos y materias primas en general, que  a su vez multiplican esas ganancias en proporciones inimaginables, de tal manera, que la humanidad está conociendo la más fabulosa concentración de capital financiero.

Esas inimaginables y fabulosas ganancias están fluyendo hacia la inversión en  ciencia y tecnología, que está generando espectaculares descubrimientos científicos, lamentablemente algunos orientados hacia la muerte mediante la generación de nuevas armas de destrucción masiva (de configuración nuclear y no nuclear), nuevas herramientas para el espionaje en gran escala (lo que anula la vida privada y nos somete a una vigilancia dictatorial permanente), para la guerra cibernética, la robotización y otros aspectos que he venido mencionando como creaciones diabólicas que están como marcando el fin de esta humanidad generada por el capital y parece que es el mismo capital el que la va a enterrar, pero el capital puede enterrarnos a todos, enterrar a toda la humanidad.

7) La lucha por la paz y la negación de todas las formas de violencia es la opción de la humanidad.

La superioridad absoluta del capital en ciencia y tecnología fundamento de su superioridad militar absoluta, no le deja otra camino a la humanidad que la lucha por la paz para que, como lo he dicho otras veces, las armas que están creando para que el imperio sobreviva a costa de la destrucción de la humanidad, se queden como piezas de museo.

No hay, repito, no hay otra opción diferente a la paz. Sin rodeos, sin excusas. Las fuerzas imperiales están esperando cualquier ocasión para lanzar toda su fuerza contra la humanidad o contra países específicos. No hay posibilidades de victoria frente a ese súper aparato militar-financiero, diferente a  ganar la batalla para garantizar la paz. Aun cuando pueda parecer ridículo. Revisemos las experiencias de Afganistán, Irak, Libia y Siria. Ahora, precisamente, la única posibilidad que le queda a Siria es que se pueda negociar la paz, si Siria y sus aliados logran ganar la batalla política.

9) La política del Presidente Maduro un buen ejemplo de cómo derrotar la violencia y la guerra desarrollando una política fundada en la paz y el diálogo

Algo que desespera a la extrema derecha es que en todas las oportunidades en que han pretendido levantar cabeza, el Presidente Maduro los ha derrotado políticamente. Hemos medido las victorias electorales en las que el proceso bolivariano les ha ido dando una paliza con una diferencia de 18 victorias en 19 enfrentamientos electorales. Ahora debemos medir las batallas políticas en las no han podido obtener una sola victoria. Veamos.

a) Cuando el Presidente Chávez murió, trataron de impedir, con supuestos argumentos jurídicos, que nuestro compañero Nicolás Maduro, en ese momento Vice-Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, asumiera la Presidencia.

Ensayaron su tesis del vacío de poder, amenazaron con “guarimbear” (desórdenes callejeros) y patalearon de diversas maneras. Con mucho pesar y resentimiento clasista tuvieron que aceptar, en los hechos, al “autobusero” como  Presidente, pero dejando abierta la puerta para la desestabilización.

b) El 14 de abril (14A) del año pasado fueron derrotados electoralmente, con un pequeño margen, pero una victoria inobjetable. Entonces, el Sr. Capriles gritó fraude y llamó a “descargar la arrechera”. Organizaron desórdenes callejeros, asaltaron locales dedicados a la prestación de salud (con la finalidad de agredir a los médicos cubanos), locales del Consejo Nacional Electoral (CNE), del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), etc. Realizaron varios asesinatos y causaron un importante número de heridos.

El Presidente Maduro lanzó una importante iniciativa nacional-mundial y logró el reconocimiento del Papá Francisco, del Presidente Hollande, de Francia y de hecho del Presidente Obama cuando el Secretario de Estado de EEUU, aceptó entrevistarse con el Canciller Elías Jaua. Con estas y otras iniciativas en un corto tiempo, el Presidente Maduro obtuvo un importante reconocimiento internacional. Los volvió a derrotar políticamente y tuvieron que retirarse de las calles derrotados.

c) Entre septiembre, octubre y noviembre del año pasado (2013), como parte de su campaña electoral para las elecciones regionales y locales del pasado 08 de diciembre, lanzaron una feroz campaña de guerra psicológica y mediática basada en la escasez, la inflación, la especulación, etc. Entonces, el Presidente Maduro emprendió una fuerte contraofensiva denunciando la especulación, cerrando cadenas comerciales, demostrando la existencia de sobreprecio en varios productos esenciales, de acaparamientos y diversos ilícitos.

La oposición fue agarrada por sorpresa y no supo reaccionar. Apenas pudo balbucear hablando del “irrespeto” a la propiedad privada, pero encontró ningún eco. Los volvió a derrotar políticamente.

d) Las elecciones del 08 de diciembre, como ya lo he dicho, trataron, ilegalmente, de convertirlas en plebiscito. Con la campaña contra la guerra económica y basándose en el efecto positivo que las medidas económicas tuvieron entre la población, el Presidente Maduro los enfrentó manteniendo la comunicación con la población y ya conocemos los resultados. El “autobusero” los volvió a derrotar políticamente.

e) Esta derrota los dejó desesperados y llenos de impaciencia y se lanzaron una fuerte ofensiva desestabilizadora organizada nacional y mundialmente. Han organizado con cuidado y en detalle la mejor guerra mediática y guerra psicológica que han lanzado, muy bien coordinada con la violencia desatada en las calles, contra edificios públicos y privados, contra la población y ya han provocado un gran número de muertes, heridos, lesionados, detenidos. Los asesinatos, la guerra mediática se encarga de atribuírselos al gobierno, ocultando que los detenidos, son detenidos que han estado asaltando, incendiando y cometiendo diversos delitos castigados por la ley. Ese es el momento que ahora vivimos.

El doble propósito de las ofensivas imperiales: desestabilizar para derrocar al gobierno o forzar negociaciones para imponer condiciones antipopulares

No tengo dudas de que en Venezuela el Presidente Maduro ha sabido mantener la iniciativa y por eso los ha ido derrotando políticamente. Pero sin duda, la desestabilización afecta la acción de gobierno, provoca pérdidas millonarias, paraliza planes, proyectos, en fin, puede empantanar e incluso paralizar el proceso. Precisamente, ese es uno de los objetivos de la desestabilización, una de las maneras de avanzar hacia el derrocamiento. En esta ofensiva, la derecha ha aprendido de las derrotas políticas que ha experimentado.

La estrategia de condicionar las revoluciones desde “fuera” ha venido siendo desarrollada desde muy largo tiempo. Desde la revolución rusa, pasando por la revolución cubana y ahora, la revolución bolivariana. Ese desde “fuera” es también desde “dentro”, lo que configura un solo proceso.

Esto obliga a las revoluciones a vivir procesos constantes de desestabilización, de agresión, de marchas y contramarchas. A ofensivas, negociaciones, momentos de reflexión y análisis, golpes firmes a la contrarrevolución y simultáneamente concesiones. Por eso la dificultad de la revolución en un solo país.

El proceso latinoamericano ha ido avanzando porque se ha ido creando una alianza de gobiernos y pueblos que trata de empujar hacia adelante practicando permanentemente la solidaridad. Cuando un proceso está en peligro los demás se movilizan y se crea una sólida línea de defensa. Pero las fuerzas imperiales no desisten.

No  desisten porque pueden ir minando las bases del proceso en función de derrocarlo o pervertirlo. Por ejemplo, se puede tratar de profundizar las dificultades financieras, incrementar el déficit fiscal, los problemas monetarios, etc. Simultáneamente, se pueden generar presiones para que se negocie con la banca internacional.

El endeudamiento siempre puede limitar la soberanía. Particularmente hoy, en los tiempos de la globalización neoliberal, la deuda con la banca internacional es sumamente peligrosa. Podemos ver las experiencias recientes de Europa, donde sólo un país, Islandia, que se atrevió a romper con los bancos internacionales, a no negociar con el FMI y meter presos a los banqueros que provocaron la crisis, pudo salir adelante.

No hay otro camino que el que ha emprendido el Presidente Maduro: la paz, el diálogo y la regularización de la vida política del país. Es decir, el camino de la no violencia.

Hay que prever el siguiente escenario: 1) un sector de la derecha se instala en la mesa de negociación; 2) otro sector profundiza la desestabilización para fortalecer al sector que está negociando y que este pueda radicalizar sus peticiones en la mesa de negociación tratando de de acorralar al gobierno para arrancar concesiones antipopulares.

Es decir, unos presionan incrementando en la calle y en los medios de comunicación la desestabilización y la violencia para crear ingobernabilidad, descrédito mundial y ante el pueblo venezolano. Otros, presionando para que el gobierno tome decisiones antipopulares, que lo desacrediten ante los sectores sociales explotados, la base popular con la que el gobierno ha contado. Ambos caminos conducen al derrocamiento.

La solidaridad con la revolución bolivariana es el principal deber de los gobiernos soberanos y de todos los pueblos del mundo.



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Julio Escalona


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